sábado, 21 de noviembre de 2009

La profecía auto cumplida de la pérdida de nuestra soberanía



Por Hans Fiebig M.


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Recordamos, en noviembre, otro aniversario más de la muerte, heroica, del Teniente de Carabineros Hernán Merino Correa, en Laguna del Desierto. Quien cayera abatido por una emboscada de gendarmes Argentinos que se habían adentrado en nuestro territorio. Recordamos también, en octubre, un aniversario más del fallo adverso que nos quitó dicho territorio en el que se derramó sangre Chilena.



Lejos de haber aprendido de ese episodio, la clase política sigue evidenciando su completo desinterés e ignorancia por los temas de soberanía. Basta recordar el lamentable comentario del Ministro de Relaciones Exteriores, Mariano Fernández, en marzo pasado, en donde declarara que el teniente habría fallecido en territorio trasandino, siendo este infortunado episodio intervenido, raudamente, por su par de defensa Francisco Vidal. Sin duda que para llevar adelante un cargo de vital importancia geopolítica, lo mínimo que se requiere es saber de historia y geografía.



Actualmente, nuestra soberanía se encuentra amenazada en cuatro frentes: las aspiraciones de Perú por obtener una franja de nuestra soberanía, con la demanda de delimitación marítima en la corte de la Haya; las acciones pendientes para establecer el límite de Campos de Hielo Sur, de acuerdo al acuerdo Chile-Argentina de 1998; la radicalización del conflicto Mapuche, que aspira a convertirse en un conflicto separatista; y el más delicado frente, el frente interno con una clase política ignorante y desinteresada, de la que se pueden contar (con los dedos de las manos) algunas nobles excepciones.



Haciendo referencia al desaparecido diplomático y escritor Miguel Serrano y su libro Conspiración Mundialista y Traición a Chile, es interesante recorrer lo planteado hace ya 15 años atrás en dicho libro respecto a la seguidilla de situaciones desafortunadas, pero coherentemente orquestadas, con las cuales se pierde definitivamente Laguna del Desierto. La profecía que habla de la pérdida de la Patagonia Chilena tiene muchos antecedentes a su haber, como por ejemplo el plan de Theodor Herzl descrito en su obra “El estado Judío” (de hace ya más de un siglo), en donde como casi un ingeniero de la colonización, fijó las pautas de usurpación de Palestina en pro de la fundación de un estado Judío, lo que se concretó con los años, quedando aún pendiente y anunciado en el mismo plan, la colonización de la Patagonia para la formación de una nación Judía llena de riquezas y recursos naturales.


Se suele crear un velo con el tema anteriormente expuesto, acusando a todo aquél que se pronuncie o divulgue el tema, de antisemita. Lo más curioso es que todos los antecedentes y evidencias disponibles han sido, precisamente, las obras escritas por autores sionistas y/o de origen judío como el mismo Theodor Herzl, y las mismas actividades que se llevan a cabo en la Patagonia, en donde prepotentemente los turistas, provenientes de Israel, tras hacer su servicio militar, se jactan de estar visitando su tierra prometida. Así lo relatan los habitantes Patagones hastiados de tener que lidiar con visitas no gratas en sus hospedajes, con sus malas conductas y hábitos que dejan mal parado al país desde donde son originarios.


Siguiendo más al norte, nos encontramos con el conflicto Mapuche, el que, anunciado hace ya 15 años, no nos debería causar novedad. Ya, en aquel tiempo, líderes de movimientos Zapatistas anunciaban “insurrecciones indígenas” en América Latina. Pasando los años, el conflicto Mapuche fue escalando, seguido de políticas erradas de gobierno, en materias indígenas y del conflicto mismo, encontrándose ahora ad portas de convertirse en un conflicto armado. Etapa final que se ha concretado en Colombia con las FARC y en México con los Zapatistas siguiendo la misma estrategia.


No es de extrañar las veces que se han encontrado ciudadanos extranjeros en las zonas de conflicto o los viajes de dirigentes Mapuches al exterior, llegando a poner en práctica todo lo aprendido en materia de guerra de guerrillas. El gobierno no ha sabido manejar el asunto con firmeza, demostrando debilidad, la misma que han sabido golpear una y otra vez y que seguirán explotando hasta segregar una zona en la cual no haya presencia policial ni militar, una tierra de nadie, sin soberanía.


Lo más curioso de todo es que, en los informes de las comisiones parlamentarias sobre colonización de principio de siglo, ya en 1910 advierten litigios con comunidades indígenas, como por ejemplo, por la aplicación de leyes del siglo XIX de enajenación de terrenos. Pasaron los años y las diferencias culturales, entre los colonizadores asentados hace ya generaciones y los pueblos originarios, llegaron a su extremo. Sin duda, si este problema ocurriese en otro continente, el tratamiento habría sido distinto y con tolerancia cero. Es notable destacar que los otros continentes son justamente aquellos que han impuesto las reglas de buenas conductas en estas materias, recalcando siempre el rol del cumplimiento de normativas internacionales, que precisamente no fueron capaces de cumplir en su tiempo, porque no existían ni las tenían contempladas, llegando incluso (algunos países del primer mundo) a tener colonias de esclavos. Los mismos, ahora nos fijan las pautas, de las que, si nos desviamos, pasamos a ser mal vistos, arriesgando sanciones o imposibilidad de acceder a préstamos internacionales, etc. Todo con tal de que nunca lleguemos a ser potencia internacional porque ellos necesitan países subdesarrollados, como el nuestro, para proveerlos de materias primas y darles la tranquilidad de que nunca los vamos a alcanzar.


Terminando más al norte, nos encontramos con la demanda marítima del Perú. Años de preparación, por parte de Perú, en trabajar a su pueblo para convencerlo de que el tema está pendiente. Sin embargo, no es tal ya que está resuelto desde los acuerdos y tratados de 1947 e incluso podría ser de mucho antes. Cabe destacar las palabras del reciente designado almirante en jefe de la Armada, el almirante Edmundo González Robles, que en una entrevista indicara que la demanda marítima estaba ya perdida. Chile ha tenido una posición de ostentar seguridad en demostrar que los temas ya están resueltos, desechando incluso imputar la competencia del tribunal de la Haya. Mientras , por otro lado, Perú ha hecho propaganda nacional e internacional para crear convicción respecto a su demanda. ¿Qué ha hecho Chile todos estos años para posicionarse en el exterior?


En casos anteriores, ya se ha demostrado que la estrategia de imponer la verdad es más débil que aquella de bombardear mediáticamente imponiendo versiones opuestas como lo fue la estrategia Argentina tras Laguna del Desierto.


Como vemos, si no tenemos un golpe de timón, por parte de nuestro Estado, en materia de defensa de nuestra soberanía, Chile seguirá perdiendo soberanía y terminaremos siendo testigos de la pesadilla ya anunciada por Miguel Serrano hace ya décadas.


1 comentario:

Hans dijo...

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Atte,

Hans Fiebig M.