
Roberto Ampuero
El Mercurio
Jueves 05 de Noviembre de 2009
Aplaudo la iniciativa gubernamental de inaugurar, en enero próximo, un Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, pues un país que olvida su pasado, repite sus errores. Contar la historia patria reciente con recursos públicos debe comprender, eso sí, la diversidad de la nación y evitar lapsus y sectarismos. Así como respaldo el testimonio de la represión bajo la dictadura, pregunto por qué ese museo —como destaca en los medios la autoridad— recuerda sólo a partir del 11 de septiembre de 1973.
¿Es posible entender nuestra gran tragedia del siglo XX ignorando las vicisitudes anteriores a ese día?
¿Puede describirse el período 1973-1990 soslayando la crisis política y económica que casi nos arrastra a una guerra civil? Una memoria nacional debe condenar los abusos de la dictadura, pero también recordar que en 1970 un sector que no alcanzaba el 37 por ciento del electorado inició cambios sociales radicales, lo que generó rechazo mayoritario. No debe olvidarse que la Unidad Popular fue más radical que Chávez hoy, aunque nunca logró el respaldo popular que éste detenta.
Una memoria nacional no sesgada también debe relatar cómo entonces, líderes inspirados en socialismos de Europa oriental y el Caribe arrojaron por la borda, tachándola de “burguesa”, a nuestra democracia, la que paradójicamente era más profunda que las de Alemania Oriental o Cuba. Su sueño: sustituirla por modelos sepultados en 1989 por los europeos orientales. Subrayo que si bien desahuciar esa democracia fue una irresponsabilidad extrema, nada justifica la represión posterior. Pero nada justifica tampoco construir una memoria hegemónica desmemoriada.
Recordar sólo a partir del “Once” demoniza a un vasto sector nacional y desvirtúa la historia reciente, porque oculta que la mayoría, PDC incluido, rechazó la UP. Sin el contexto que menciono no podemos entender, por ejemplo, por qué, en noviembre de 1973, Eduardo Frei Ruiz-Tagle donó joyas a la Junta Militar de Gobierno, y hoy es el presidenciable de una alianza que condena el “Once” y celebra un filme que narra la prisión, en esa época, de un actual ministro y otros chilenos en Dawson. ¿Cómo explicar el giro de un sector que estuvo contra la UP y Pinochet en un museo que sólo recuerda la historia a partir del “Once”? ¿Alberga ese museo una memoria nacional o sólo parcial?
Un museo como el que se construye no debe olvidar el apoyo que la izquierda criolla —por acción u omisión— brindó a regímenes que sólo sobrevivieron mediante alambres de púas y guardias armados, y de los cuales el Muro de Berlín devino símbolo máximo. La memoria nacional no puede eludir la incoherencia de un sector que sufrió represión brutal, pero sintió o siente atracción fatal por dictaduras de izquierda.
Sin duda que el “nunca más” de un museo financiado por todos los chilenos debe alzarse contra el régimen que tuvimos, pero igualmente contra partidos que justificaron dictaduras en otras latitudes, y también contra minorías que pretendieron imponer a la mayoría cambios sociales radicales. Un museo nacional es un mensaje a las próximas generaciones y debe escribirse desde una perspectiva amplia, que nos retrate de cuerpo entero. Parafraseando al Padre Alberto Hurtado, habría que exigir que el Museo de la Memoria recuerde incluso aquello que a sus propios diseñadores les duele recordar.
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Eduardo Gomien
05/11/2009 09:18
[ N° 2 ] Estimado Roberto:
Me alegro que le des tribuna al tema del museo de la memoria, para que así más gente sepa de que se trata y podamos impedir que se siga adelante con una iniciativa que no es otra cosa que propaganda política e ideológica a gran escala.
Sin embargo, me parece que en tu columna no atacas el verdadero problema de fondo, y es que al decir “Sin duda que el “nunca más” de un museo financiado por todos los chilenos debe alzarse contra el régimen que tuvimos, pero igualmente contra partidos que justificaron dictaduras en otras latitudes…”, lo que dices es que se debe mostrar que la izquierda apoyó otras dictaduras, pero al decir eso te quedas corto. ¿Podemos olvidar acaso, que lo que llevó al 11 de septiembre fue la violencia política? Esta violencia política fue iniciada desde la izquierda, y pruebas de eso existen en abundancia. ¿Vamos a pasar por alto a los grupos armados como el MIR, que se formaron en esa época y que buscaban hacer la “revolución por las armas”? Creo que si de memoria se habla, un museo debería mostrar también esa realidad.
Además, cuando dices “…pero también recordar que en 1970 un sector que no alcanzó el 37% del electorado inició cambios sociales radicales, lo que generó un rechazo mayoritario”. La anterior afirmación, hace pensar que la UP fue un grupo de héroes, que intentó cambiar este país para mejor pero no se lo permitieron. ¿No será que el rechazo vino por el uso de la violencia por parte de sus partidarios, de la cobija con que cubrieron a grupos paramilitares y de las violaciones a los DD.HH. ocurridas durante su gobierno (constatadas por la Cámara de Diutados, en un acuerdo del 22 de agoste de 1973)?
Saludos,
Eduardo Gomien
Posteado por:
Francisco Campos Gil
05/11/2009 09:25
[ N° 7 ] 100% de acuerdo.
Habría que agregar que RN y la UDI han tenido una complicidad cobarde ante estas "reescrituras" de la historia.
Lo que más nos molesta a un inmenso sector de Chile no es la condena a los abusos del gobierno militar, sino que la absoluta falta de ecuanimidad con que se critica este período. Críticas hechas muchas veces por personas que también cometieron hechos violentos repudiables, o que con su actitud pasiva los apoyaron.
Esperemos que en el futuro gobierno de Sebastián Piñera se construya la otra mitad del museo.
Saludos
Posteado por:
Jaime Torres Espinosa
05/11/2009 09:33
[ N° 8 ] Sr. Ampuero
Lo que usted plantea hoy, es lo que muchos hemos mantenido por más de 20 años, intentando rescatar la verdad histórica frente a la avasalladora maquinaria comunicacional de la antigua Unidad Popular, instalada hoy en La Moneda y que se niega a reconocer lo que usted señala.
Se agradece, viniendo de su parte y los jóvenes a su tiempo, también se lo agradecerán.
Seguramente hoy usted será maltratado por quienes quieren mantener la historia oficial contada por la izquierda y licenciosamente adoptada por el sector izquierdista de la DC.
Muchos Socialistas, por ser honestos y reconocer que fueron ellos quienes, siendo una minoría, intentaron imponer un modelo resistido por la mayoría del país, fueron sistemáticamente borrados de la historia oficial, precisamente para que sus testimonios no puedan dañar “la memoria” que la Presidenta Bachelet en forma irresponsable, abusiva y cobarde, quiere imponer a nuestros jóvenes.
Jaime Torres
jueves, 5 de noviembre de 2009
UNA MEMORIA DESMEMORIADA
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COMENTARIO R. AMPUERO
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1 comentario:
Cuando habla de 'represión', sigue siendo izquierdista, ya que da la impresión de blancas palomas.
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