martes, 19 de enero de 2010

CARTA: ¿POR QUÉ PERDIÓ LA CONCERTACIÓN ?


Cartas
Lunes 18 de Enero de 2010

Señor Director:
Entiendo que los partidarios del candidato ganador hayan recibido su triunfo con gran euforia. Sin embargo, creo bueno decir que, más que un triunfo de la coalición de centroderecha, vimos una derrota dura de la candidatura de Eduardo Frei.
Buscando las causas, no creemos que fue por no cambiar a los viejos por jóvenes. Ni culpar a Marco Enríquez-Ominami o a los presidentes de los partidos. La derrota vino del rumbo que tomó la candidatura perdedora.
Los que fuimos concertacionistas durante años y esta vez tuvimos que votar por Piñera lo sabemos. Esta Concertación perdedora no fue la de Aylwin, ni la del Frei del 94, ni la de Lagos, ni fue la de Bachelet. Ellas fueron victoriosas, porque entendieron que el país no quería extremismos. Quería gobiernos de equilibrio que representaran a la gran mayoría nacional.
Sin embargo, ahora, el candidato Frei se deslumbró con una izquierda trasnochada: ofreció más Estado, cuando el país quería gente más libre y emprendedora; atacó a la empresa privada, sin respetar su importancia en el desarrollo del país; se alió con los comunistas, enajenándose a tantos democratacristianos que no pudimos compartir con aquellos que aún no renuncian a la violencia y siguen defendiendo dictaduras atroces, como la cubana.
Los que durante 20 años estuvimos con la Concertación y que por primera vez tuvimos que abandonarla no lo hicimos porque estuviéramos en desacuerdo con la gestión de gobierno. No lo hicimos porque nos guste la derecha o la centroderecha. Lo hicimos, resignadamente, porque la candidatura de Eduardo Frei se apartó del centro político y vendió sus ideales por algunos votos que o no conquistó o que le pertenecían de todas maneras. Esa candidatura perdió el rumbo y pretendió llevar al país a una política de enfrentamiento, de un izquierdismo anticuado que no representa en Chile más que un pequeño porcentaje de votos. Por ir por más, se quedó con menos, y perdió a su propia gente.

ROBERTO MUNITA HERRERA
Abogado



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