CARTA: MUSEO DE LA MEMORIA

Museo de la Memoria

Señor Director:

Si Hitler hubiera ganado la II Guerra, habría montado un monumental "Museo de la Memoria" donde exhibir los horrores cometidos por los Aliados, por ejemplo en los bombardeos contra las poblaciones civiles de Hamburgo, Bremen, Dresden y otras ciudades alemanas o en Hiroshima y Nagasaki, donde murieron centenares de miles de inocentes y no habría faltado el relato horroroso y pormenorizado de los asesinatos de prisioneros o heridos alemanes en la URSS.

Todo eso y mucho más habría detallado el "Museo de la Memoria" de Hitler, pero por supuesto, no habría dado cabida a una sola palabra, imagen o testimonio de los bombardeos alemanes de ciudades inglesas, como Londres o Coventry; ni una sola mención al Holocausto, a los campos de exterminio ni a los hornos crematorios.

Ni menos se habría hallado en él una sílaba siquiera para detallar quién inició la II Guerra, invadiendo sin provocación otros países y erigiéndose en la causa primera y necesaria de todo lo que sucedió después. La omisión en el Museo de todos estos pormenores inconducentes a sus fines habría sido muy importante para el Führer.

Detallados "Informes sobre Atropellos a los Derechos Humanos", encargados por él a comisiones entre cuyos miembros no habrían faltado algunos ex partidarios de los derrotados (arrepentidos, por supuesto), habrían aportado centenares de páginas de testimonios conmovedores de soldados y ciudadanos del Eje supuestamente asesinados, hechos desaparecer o torturados por los inhumanos Aliados. Algunos miembros de las comisiones habrían requerido ayuda siquiátrica tras oír esos horrores.

Esa documentación habría permitido condenar, en Tribunales de una judicatura renovada y consecuente, a los criminales de guerra Churchill, Roosevelt y Stalin, y a sus tenebrosos agentes ejecutores de crueldades y fechorías, como Montgomery, Eisenhower y Zhukov.

Por cierto, los derrotados Aliados habrían contribuido gustosamente a financiar el costo del Museo de la Memoria del Führer.

Hermógenes Pérez de Arce Ibieta