viernes, 23 de abril de 2010

EN QUE GASTÓ EL GOBIERNO DE BACHELET LOS NUEVE MIL MILLONES QUE DESTINÓ A LA CRISIS

En qué gastó el gobierno de Bachelet los US$9.000 millones que destinó a la crisis


La mitad de los recursos fueron aprobados para ser usados en programas de inversión, subsidios y beneficios tributarios a empresas y trabajadores. La otra mitad fue a parar como ingresos al Erario 2009.



Por Erick Rojas
La Segunda

Casi el equivalente al financiamiento del plan de reconstrucción (US$8.430 millones) que anunció el gobierno de Sebastián Piñera para los próximos cuatro años fueron los recursos provenientes del Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) que gastó la administración de Bachelet en 2009.

Fueron US$9 mil millones -de los US$20 mil millones que tenía a fines de 2008- que el año pasado se destinaron a programas de inversión, a la capitalización de BancoEstado, a subsidios para empresas y trabajadores, a incentivos tributarios y al financiamiento del Presupuesto 2009, cuyos ingresos se vieron impactados por la crisis económica.

Este fondo, que aglutina el ahorro del fisco y que es administrado por el Banco Central, cerró el 2009 con US$11.277 millones, anotando una baja de casi 45%.

Según las cifras publicadas por la Dirección de Presupuestos, a febrero de este año el FEES tenía US$11.236 millones.

El primer gran retiro: El plan de estímulo

Debido a la "dramática contracción de la demanda mundial y al colapso de las condiciones de crédito global", el gobierno de Bachelet decidió echar mano a los fondos del FEES para financiar el Plan de Estímulo Fiscal.

Dicho plan, anunciado a comienzos de 2009, contempló medidas por US$4 mil millones, equivalentes a 2,8% del PIB.

Al momento del anuncio, este plan resultó ser el segundo paquete fiscal reactivador que más recursos extraordinarios, como porcentaje del PIB, comprometía un gobierno en el mundo para 2009.

Entre las medidas anunciadas destaca un programa de inversión pública extraordinario por US$700 millones, que incluían un plan de obras de conservación vial, rural y urbana y de adelantamiento de obras de riesgo y vivienda, lo que implicaba la generación de cerca de 60 mil nuevos puesto de trabajo.

También se implementó una serie de incentivos a la inversión y el consumo, entre los que se encuentran la eliminación del impuesto del impuesto de timbres y estampillas y la reducción a la mitad (0,6%) en el primer semestre de 2010 con un costo fiscal estimado de US$628 millones en 2009; el aumento transitorio de los beneficios del DL 701 de incentivo a la forestación con un costo estimado de US$20 millones; el aporte extraordinario de US$41 millones al Fondo Común Municipal y la capitalización por US$1.000 millones a Codelco para apoyar sus planes de inversión.

Hubo, además, medidas que apuntaban a fortalecer el financiamiento de las empresas. Se redujo transitoriamente el PPM en 15% para las pequeñas y medianas empresas y en 7% para las de mayor tamaño, lo que se estimó que implicaría para el fisco una menor recaudación de US$460 millones. Se amplió en US$50 millones la línea de financiamiento Corfo para el factoring bancario y no bancario y se implementó una nueva línea Corfo para garantías en reprogramación de créditos por US$50 millones.

Para apoyar a las personas, se entregó un bono especial de $40 mil por carga para familias de menores recursos. Benefició a unas 3,5 millones de personas, con un costo fiscal de US$224 millones. Fue replicado en agosto. El plan también contempló la devolución anticipada en septiembre del impuesto a la renta, estimándose una menor recaudación de US$220 millones.

Junto con lo anterior, se creó un subsidio para los trabajadores de entre 18 y 24 años con un costo estimado en US$102 millones y un gasto en incentivos a la capacitación por US$147 millones.

Asimismo, se pospuso la reversión de parte de la baja transitoria del impuesto a los combustibles.

US$4 mil millones ingresaron a arcas fiscales

El FEES contribuyó también al financiamiento del déficit efectivo del Presupuesto 2009 causado por la caída en los ingresos tributarios y los asociados a la minería del cobre.

Para ello, el gobierno de Bachelet retiró US$4 mil millones adicionales a partir del tercer trimestre del año pasado. Además, destinó US$441 millones del fondo para amortizar deuda pública y retiró US$837 millones para hacer efectivo un aporte de capital al Fondo de Reserva de Pensiones (FRP).

Para minimizar los efectos del flujo de dólares proveniente del FEES sobre el tipo de cambio, el gobierno complementó el financiamiento del déficit con emisiones en moneda local y con la instauración de un proceso de venta por licitaciones diarias. Esto último con el objetivo de proporcionarle al mercado un marco de ventas predecible y transparente.

Para financiar los gastos en pesos del plan de estímulo se realizaron licitaciones diarias por US$50 millones entre marzo y junio de 2009. Posteriormente, entre julio y de noviembre se efectuaron licitaciones diarias por US$40 millones. ¿Total? US$4 mil millones.

¿Fue la mejor decisión?

Según el economista jefe del BCI, Jorge Selaive, desde el punto de vista técnico el camino que adoptó el gobierno de Bachelet para financiar el impacto de la crisis financiera internacional fue el "más adecuado y barato". Primero, porque era difícil recurrir a la alternativa de subir los impuestos en medio de la crisis y segundo porque el haber acudido a la alternativa del endeudamiento podría haber resultado bastante más caro, debido a las condiciones financieras estrechas que había y el mayor riesgo país que Chile tenía el año pasado.

En todo caso afirmó que, desde el punto de vista económico, los recursos que quedan en el fondo siguen siendo significativos, equivalentes a la mitad de las reservas internacionales del Banco Central. "Representa en torno al 7% y 8% del PIB y con los actuales niveles que ha registrado el precio del cobre debería comenzar a crecer".



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