Tribuna
Lunes 21 de Junio de 2010
La insatisfacción de las víctimas
Julián López Masle
Miembro de Libertades Públicas A.G.
Profesor de Derecho Procesal Penal U. de Chile
Los resultados de la VI Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana, recientemente publicada, revelan que el porcentaje de víctimas que se manifiestan insatisfechas con la forma en que se tramitó su denuncia es extraordinariamente alto. Así, el promedio consolidado de insatisfacción de los denunciantes en los delitos que fueron consultados (robo de un vehículo, robo de partes de un vehículo, robo con fuerza en viviendas, robo por sorpresa, robo con violencia, hurto y lesiones), alcanza un 69,1%.
Sin embargo, del hecho que las víctimas estén insatisfechas con la forma en que el sistema procesal penal atiende sus denuncias no se sigue, sin más, que lo que ellas necesiten sea que el Estado les proporcione un abogado particular para que las represente. Quienes defienden la creación de una institucionalidad que rompe la lógica estructural del proceso penal y ha de significar una inversión adicional de recursos estatales en el sector Justicia, deben a lo menos justificar que tal medida sirve a los intereses de las víctimas y que no existen mejores maneras de atender esos intereses que proporcionándoles un abogado financiado por el Estado.
Considerando los roles que cumplen los intervinientes en el sistema procesal penal chileno, existen buenas razones para pensar que tal justificación no es posible. Un abogado particular sólo puede ejercer en el proceso penal dos funciones que el fiscal no puede: la primera es presentar la demanda civil para la reparación de los daños sufridos como consecuencia del delito en los procedimientos que así lo permiten; la segunda es oponerse a las decisiones de persecución penal adoptadas por el propio fiscal, en caso de discrepancia con éstas. Y resulta que en nuestra realidad de imputados socialmente marginales que no tienen capacidad patrimonial para responder por los daños causados y querellantes que se muestran rara vez críticos de las decisiones del fiscal, es poco probable que un abogado particular de la víctima vaya a cumplir alguna de esas dos funciones.
Si lo que se pretende es atender a la insatisfacción de las víctimas, deberíamos comenzar por prestar atención a cuáles son las causas de esa insatisfacción. La encuesta nacional de victimización muestra que cuando ellas son consultadas al respecto, sólo el 24% da respuestas relacionadas con el resultado de la investigación ("no encontraron/capturaron a los responsables" y "no se recuperó lo robado"), y apenas un 6,5% entrega explicaciones relacionadas con el resultado del proceso judicial ("a los responsables los dejaron libres" y "la baja condena otorgada a los responsables"). Una sorprendente mayoría de 66,3% justifica su insatisfacción exclusivamente en el trato recibido del sistema. Así, las razones que los denunciantes esgrimen como determinantes de su insatisfacción son que "el trámite tomó mucho tiempo" (6,3%); el caso "no les interesó" (3,2%); "no lo trataron correctamente" (3,7%); "no lo mantuvieron informado adecuadamente" (4,7%); "no se le tomó en cuenta como víctima" (9,3%), "no hicieron lo suficiente" (10,2%); "no realizaron ninguna investigación" (16,4%), y "nunca supo lo que pasó con la denuncia (12,5%).
Las víctimas, entonces, parecen principalmente necesitar que el sistema les preste más atención y les conceda un mejor trato, y ése no es un problema que deba ser resuelto mediante reformas constitucionales y legales que generen nuevas instituciones, sino a través de una mejor gestión del órgano a quien la ley encarga actualmente los deberes de informar y proteger a las víctimas, que no es otro que el Ministerio Público. ¿O no es revelador, acaso, que el 64,2% de los denunciantes declaren, en la misma encuesta, que nunca fueron contactados por el Ministerio Público después de efectuar su denuncia?
Pero aun admitiendo que la insatisfacción de las víctimas es un problema de gestión y que un abogado particular no es lo que necesitan, alguien podría, todavía, justificar la creación de un defensor de sus intereses en la apariencia de que eso es lo que ellas quieren. Nuevamente los datos demuestran que ese argumento es falso. Pese a toda la publicidad que se ha dado al eslogan "Un defensor para las víctimas", cuando los encuestados son enfrentados a la pregunta: "¿Qué servicios del Estado necesitaría usted en caso de haber sido o ser víctima de un delito?" sólo el 27,7% responde que necesitaría "un abogado que me represente en el juicio". Un 66,1% del porcentaje restante prefiere medidas tales como: "que me brinden protección" (17%); "que me informen acerca de mis derechos" (15,3%); "que me acompañen en los trámites judiciales" (14%); "que me brinden atención psicológica" (7,8%); "que me otorguen atención médica" (7,0%), y "que me presten ayuda social" (5%).
Un defensor, en suma, no es lo que los afectados necesitan ni lo que pretenden. El Estado lo haría mucho mejor invirtiendo sus recursos en adoptar más y mejores medidas de información, protección y reparación para las víctimas que incorporando más abogados al proceso penal.
Posteado por:
Roberto Finat Díaz
21/06/2010 12:21
[ N° 6 ] Una sociedad que se ha conformado con una "democracia" de cartón pintado a la brocha.
Una sociedad que acepta la corrupción generalizada de los políticos y la usura del Capital.
Una sociedad que permite que se indulte a TODOS los extremistas terroristas marxistas y que permite, al mismo tiempo, la persecusión selectiva de los agentes del estado que debieron combatirlos para proteger al estado y la nación-pueblo.
Es una sociedad que ha renunciado a la Justicia.
y por eso acepta una reforma procesal penal inepta y teatral.
Y por eso no hay protección de las víctimas.
Y, por eso mismo, hay una ridícula, compulsiva y repugnante hiper protección de los criminales.
Es el fruto de nuestra siembra de ciudadanos cobardes y cabeza hueca, de crédulos que han entregado su País a cambio de espejos, avalorios, cuentas y CUENTOS oligárquicos.
Es duro pero la vida es dura y es justo siendo injusto, porque es JUSTO lo que merecemos
martes, 22 de junio de 2010
LA INSATISFACCIÓN DE LAS VÍCTIMAS
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INSATISFACCIÓN DE LAS VÍCTIMAS
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