Publicado en La Tercera, 02/07/2010
Por segunda vez en un mes el entrenador de la Selección de fútbol se dio el lujo de ningunear al Presidente de de Chile. Al parecer, Bielsa estima que puede impunemente convertirlo en blanco legítimo de su estilo hosco y prescindente, lo que como mínimo resulta de mal gusto. Aun así se podría ignorar el asunto si se tratara de algo privado sabido sólo por infidencias de los habituales indiscretos, raza tan abundante en este país, pero es más difícil pasarlo por alto cuando se hace a la luz de los reflectores y el ojo de las cámaras. No importa cuán prescindente sea uno, se trata de un desdén que -se haya querido o no- involucra a la entera nación de la que Piñera es su más alta autoridad
¿Qué busca Bielsa? ¿A cuento de qué esos desdenes de "prima donna" que deja a su capricho saludar o dejar con la mano estirada?
Quisiera uno que la cosa fuera simple como para dejarla en manos de algunos tuiteros, quienes, según me informan, han calificado a Bielsa de roto. Se desearía que a lo más se tratara de la idiosincrasia del entrenador, de su vocación autista galopando a rienda suelta por saber él cuán alto se valoran sus bonos. Habla mucho de la fragilidad de la especie humana que un modo de ser natural se convierta en artefacto cuando se hace público. Quien es lobo y reconocido como tal parece sentirse obligado a convertirse en lobo feroz. Inconscientemente aceptamos el papel que se nos otorga y como por lo general somos malos actores, nuestra performance llega a ridículas exageraciones. Parecemos esos histriones de las comedias españolas de la era franquista vociferando a gritos los chistes visados por el arzobispo.
Más grave es que el Presidente tenga un estilo que hace posible esos ninguneos. Estos pueden algún día, con consecuencias, provenir de gente más importante que un entrenador, de mandatarios extranjeros o de quién sea debiera escucharlo con la debida seriedad. Piñera es poco amigo de las parafernalias y, por tanto, no pesca mucho las gravedades, silencios y triquiñuelas del poder. Siendo persona natural, hace lo que le parece y sale natural; tratando, además, de ser simpático, se extrapola y se desperfila. Ignora que el poder, por imbécil que sea, es poco amigo de las sencilleces y hermano del alma de las gravedades, pompa y seriedad a raja tabla. Lo que es cierto para todos, a saber, que cuando damos fácilmente la mano nos terminan tomando el pie, más vale todavía para un hombre en su puesto.
La política es el arte de ser tomado en serio, creído y considerado peso pesado. Ay del académico, artista o escritor que sea de fácil risa o sonrisa, accesible en extremo. Le costará más hacer valer su inteligencia, talento o buena voluntad. A Bielsa no se le puede reparar y poco importa si preserva su estilo; al Presidente hay que recomendarle que se deshaga de sus asesores de imagen y sus evangelistas de la popularidad fácil.
sábado, 3 de julio de 2010
Piñera y Bielsa: Los desaires del DT
Etiquetas:
VILLEGAS Y BIELSA
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2 comentarios:
Gran favor le hace este sociólogo a S.E.
Gran favor le hace este sociólogo a S.E.
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