lunes, 9 de agosto de 2010

VERGÜENZA DE SER CHILENOS


DEL BLOG DE HERMÓGENES

Vergüenza de Ser Chilenos

En ninguna parte del mundo las fuerzas armadas habrían tolerado lo que están tolerando acá. En ninguna parte del mundo quienes debieron su libertad a las fuerzas armadas habrían mirado para otro lado ante cosas como las que a ellas se les hacen acá.


José Rafael Aguirre Aguirre era subteniente en el regimiento "Caupolicán" de Puerto Porvenir en 1973. Nunca tuvo problemas de los llamados de "derechos humanos", pero 33 años después, en 2006, se enteró de que los miembros de una patrulla militar que confesaron haber dado muerte a tres personas de extrema izquierda, lo habían involucrado en el caso, el cual, desconociendo las leyes de amnistía y prescripción, sustanciaba el ministro sumariante de la Corte de Santiago, Joaquín Billiard.

Aguirre se defendió con la verdad y acreditó que no estaba siquiera cerca de Puerto Porvenir cuando se registraron las ejecuciones, pero el juez Billiard lo condenó de todas maneras a cinco años de presidio, sólo basado en "presunciones" .

Aguirre recurrió a la Corte de Apelaciones y, afortunadamente, ésta reconoció que los seis testigos de que él se hallaba lejos de Puerto Porvenir a la fecha de las ejecuciones habían dicho la verdad, y estimó que había una plena prueba de su inocencia, invalidando las "presunciones" del juez Billiard. A éste, por otra parte, José Rafael Aguirre nunca siquiera lo vio, pues no participó en ninguna de las comparecencias e interrogatorios a que fue citado.

Aliviado por el fallo de Apelaciones, creyó que podía vivir una vejez tranquila, pero no se había dado cuenta de que en Chile impera la Justicia de Izquierda, que tiene sus propias reglas.

Pues el proceso en el cual había sido declarado inocente había llegado a la Corte Suprema sin él saberlo, tras recursos interpuestos por otros afectados. Y sin siquiera haber tenido derecho a defensa, se enteró de que la Suprema, de oficio, es decir, obrando por su cuenta, lo había condenado a siete años de presidio por el mismo delito en el cual había probado no tener nada que ver.

Frente al fallo de la Suprema no había recurso alguno. Ya sexagenario, inocente y tras haber gastado ingentes recursos en defenderse, ahora ha sido condenado a una pena mayor incluso que la impuesta en primera instancia por el juez Billiard, dejada sin efecto por la Corte de Apelaciones. Ésta se hizo cargo de que él había probado hasta la saciedad que se encontraba lejos del lugar de los hechos.

Porque en el proceso penal chileno contra los uniformados no existe la presunción de inocencia, como en el resto del derecho penal universal, sino la de culpabilidad. Pero Aguirre la desvirtuó y probó su inocencia.

No obstante, ahora José Rafael entra a pasar siete años de su vejez en presidio por un delito que no cometió.

Terroristas culpables de graves hechos de sangre han sido perdonados e indemnizados. El no tiene sus manos ensangrentadas y ha probado su inocencia, pero debe pasar siete años de su vejez en presidio.

El Presidente que se comprometió, ante más de mil uniformados en retiro, a velar por el respeto a las leyes, se desentiende de su caso y declara que no concederá ningún indulto, herramienta que estaba en sus manos para remediar injusticias como la que ha afectado a José Rafael Aguirre.

La civilidad, que mucho le debe a él y a sus camaradas de armas, mira para otro lado ante la injusticia, cuando no la cohonesta. El político que, para conseguir los votos de la "familia militar", le hizo promesas que no cumplió, ahora mira las encuestas y da la espalda a dicha "familia", ya embolsados sus votos. Sin éstos, entre paréntesis, no habría obtenido el triunfo.

La Justicia de Izquierda se soba las manos con la satisfacción de la venganza perpetrada, pues ésta le sabe especialmente dulce cuando recae sobre un uniformado inocente.

Cualquiera puede comprobar los hechos antes referidos examinando el proceso que afectó a José Rafael Aguirre Aguirre, pero nadie lo hará, porque es sólo "un caído más tras las líneas enemigas", no está en el bando políticamente correcto y lo único que tiene de su parte es la justicia y la razón, lo cual en el Chile actual no sirve absolutamente para nada.

Es por estas cosas que a unos pocos, muy pocos habitantes actuales de esta tierra nos da vergüenza ser chilenos.



AL MÁRGEN:
Para los que no lo saben, la Ley N° 20.357, publicada en el Diario Oficial de 18 de julio de 2009, tipifica los crímenes de lesa humanidad y genocidio y los crímenes y delitos de guerra.
O SEA EN CHILE NO HAY DELITOS DE LESA HUMANIDAD, salvo que se hayan cometidos con fecha posterior al 18 de julio de 2009, ya que no se puede aplicar esta ley en forma retroactiva. PERO PARA LOS MILITARES no existe el estado de derecho



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