miércoles, 29 de septiembre de 2010

Columna monttista 2


Yo, Montt
El libro que bajo este nombre ha
publicado Cristóbal García-Huidobro, joven
profesor de la Facultad de Derecho de la P.
Universidad Católica de Chile, merece el tiempo
de diez mil chilenos, uno por uno.
La biografía es breve, ágil, documentada
y ejemplarizadora. ¿Se puede pedir menos a un
libro sobre uno de los dos o tres ciudadanos más
notables de nuestra Historia? (por cierto, no fue
considerado entre los 50 más importantes, por TVN
y su comisión).
Está presente en la obra el Manuel Montt
real (y con mayúsculas) pero también se asoma a
través del notable presidente, el manuel montt en
potencia (con minúsculas) que lleva cada chileno
dentro de sí.
Basta que cada compatriota le pegue un
empujón enérgico a sus afanes de servicio, de
honradez, de orden, de progreso (de virtudes, al
fin de cuentas) para que aparezcan en la vida de
muchos chilenos esos deseados Montt que tanto
necesita la Patria. Con esa mirada lo esperaban
sus padres, después de haber recibido cuatro
hijas mujeres y un primer hijo varón fallecido al
poco tiempo: Manuel era el deseado.
A veces se oye la queja: en medio de
tanta difusión del mal, de la mediocridad, de los
mínimos, faltan las figuras ejemplares, pero de
carne hueso, que puedan ser imitadas por el
chileno de a pie.
Falso. Ahí están junto a la de Montt, las
biografías de Arturo Prat, de Manuel José
Yrarrázaval y de Julio Philippi, así como las
semblanzas sobre Jaime Eyzaguire; y se esperan
para pronto las biografías de Abdón Cifuentes, de
Jorge Prat y de Jaime Guzmán.
Los ejemplos están, y muy a la mano.
Simplemente hay que saberlos buscar.

Gonzalo Rojas Sánchez

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