miércoles, 29 de septiembre de 2010

CUMPLIMIENTO DE UNA VIEJA ASPIRACIÓN IZQUIERDISTA




DEL BLOG DE HERMÓGENES

Una de las cosas que la izquierda chilena siempre quiso destruir --bueno, la destrucción está en el ADN de la izquierda, pero en este caso se trataba de algo que ella quería ESPECIALMENTE liquidar-- era el DFL 2. Primero, por ser una idea de derecha; segundo, por ser exitosa; tercero, por contribuir a una mayor igualdad social; cuarto, porque daba trabajo a los más pobres y, quinto, por solucionar un problema básico que siempre los revolucionarios querían explotar en su favor, como lo era el de la vivienda.
Otra iniciativa de derecha similar al DFL 2, la Ley Pereira, había sido desvirtuada por iniciativas de izquierda, en los años '40 y '50. Cuando en 1958 llegó Jorge Alessandri al poder, el principal problema nacional era la falta de viviendas. El DFL 2 permitió que dejara de serlo, porque ha atraído recursos para financiar centenares de miles de viviendas para las clases media y baja. El secreto está en que las viviendas acogidas a él no pagan contribuciones o las pagan muy rebajadas; el arriendo que producen no paga impuesto a la renta y, al dejarlas como herencia, tampoco pagan el respectivo impuesto. Todo eso ha conducido a que durante 50 años los DFL2 hayan sido una inversión preferida por las personas de alto patrimonio y con mayor capacidad de ahorro. Por consiguiente, han incidido en una gran inversión habitacional y en el auge de la construcción como ninguna otra medida podría haberlo hecho.
La izquierda siempre quiso suprimir este foco de bienestar, que daba un techo a tantos chilenos y que incidía en que hubiera mucho trabajo para mano de obra poco calificada y, por tanto, fuera un remedio tan directo contra la pobreza, que es el caldo de cultivo de donde extrae sus votos ese sector político. El DFL2 ha sido la peor amenaza que ha habido en Chile para los afanes revolucionarios del marxismo-leninismo, que si bien ha muerto en casi todo el mundo, sigue latiendo en el corazoncito de todo izquierdista chileno. Pero el problema era que nunca lograron juntar los votos para liquidar el DFL2, porque el centro y la derecha siempre tuvieron los suficientes para bloquear la respectiva derogación.
Hasta que la derecha cayó en estado de muerte clínica, cosa que sucedió cuando llevó como abanderado presidencial a un populista con evidentes inclinaciones centroizquierdistas, como Sebastián Piñera. Y, siendo tal, una de las primeras cosas que se le ocurrió fue la idea izquierdista por antonomasia: liquidar el DFL2. Con votos de izquierda, centroizquierda y derecha en condición de muerte clìnica se aprobó su derogación virtual, pues nadie podrá ser dueño de más de dos viviendas DFL2 acogidas a beneficios tributarios. El que tenga más, deberá pagar por las restantes todas las contribuciones, el impuesto a la renta por el arriendo y, si muere, su sucesión pagará impuesto de herencia.
Yo me atrevo a pronosticar que esa fuente de financiamiento del Gobierno no va a rendir casi nada, porque nadie invertirá en tener más de dos DFL2 en lo sucesivo. Ahora las empresas constructoras están ofreciendo la última posibilidad de aprovechar el beneficio, antes de que la Ley Piñera entre en vigor en noviembre. Pero Impuestos Internos les ha dicho que, si quieren aprovechar los beneficios, deberán tener las propiedades inscritas a nombre de sus dueños, y eso ya es imposble de conseguir. Las empresas constructoras creían que la promesa de compraventa iba a bastar para tener un derecho adquirido, pero el Gobierno quiere que se liquide el DFL2 cuanto antes y no admite que las promesas puedan considerarse derecho adquirido.
Por fin, después de más de medio siglo, la izquierda chilena ha conseguido, a través de la Ley Piñera, demoler ese monumento a la prosperidad, la mayor igualdad social y las fuentes de trabajo para los obreros mas pobres que se llamaba DFL2. No es raro que los izquierdistas estén emitiendo un juicio favorable a Piñera en las últimas encuestas, permitiéndole aumentar su respaldo.
Él les ha satisfecho su más sentida aspiración.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce

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