miércoles, 15 de septiembre de 2010

DISCURSOS HOMENAJE GLORIAS EJTO. LUNES 06.SEP.2010



PALABRAS DEL COMANDANTE

DEL

REGIMIENTO TRADICIONAL DE ARTILLERÍA

“SANTA BÁRBARA”

GENERAL DE DIVISIÓN CARLOS MORALES RETAMAL


SANTIAGO, 06 DE SEPTIEMBRE DE 2010


HOMENAJE A LAS GLORIAS DEL EJÉRCITO


- Sr. Cdte. en Jefe del Ejército General de Ejército Juan Miguel Fuente-Alba Poblete.
- Sr. Cdte. General de la Guarnición Ejército Región Metropolitana General de División Marcos López Ardiles
- Destacamento de Honor de la Escuela Militar
- Autoridades Presentes.
- Miembros integrantes de los Regimiento y Destacamentos Tradicionales.
- Sres. Invitados Especiales


Septiembre es el mes de la Patria, y el 19 se ha señalado como el Día de las “Glorias del Ejército” en mérito y reconocimiento a su permanente e irrenunciable disposición de salvaguardar el Honor de la Patria e integridad de su territorio.

La Historia avala el testimonio de hechos heroicos vividos en Campañas Bélicas libradas en tierras lejanas, en que el lauro de la victoria ha coronado las armas y pendones de nuestro Ejército.

Doscientos años de libertad y emancipación, impulsan a recordar hechos importantes en la Independencia de la Patria.

El grito en el Roble, pronunciado por el Libertador, General Bernardo O’Higgins Riquelme, traspasa los tiempos y las latitudes.

El grito solemne de ¡O vivir con Honor o morir con gloria! se sintió en lo intimo a las huestes chilena en Maipú, en Yungay, Tarapacá, Dolores, Tacna, Arica, Chorrillos y Miraflores, para sorprender al mundo con el sacrificio de la juventud chilena en el combate inmortal de la Concepción.

Es la herencia heroica que recibimos de esos grandes en el sentido de servir a un Ejército vencedor jamás vencido.

Tales compromisos cumplidos con la Historia, las agrupaciones aquí presentes, con sus Estandartes de Combate, formados aquí en el Patio de Honor de esta Alma Mater, para manifestar al Ejército de Chile único e indivisible, al Ejército que todos queremos, representado por su Comandante en Jefe, General de Ejército Juan Miguel Fuente – Alba Poblete y su Alto Mando, nuestro saludo y adhesión a la Institución, con el afecto propio de los Soldados en retiro a sus Camaradas en Servicio Activo.

¡Felicitaciones en el Bicentenario de la Patria!

Las Unidades de formación aquí presentes, pertenecen a las siguientes Unidades Tradicionales.

- Regimiento Tradicional de Infantería “Infantes de la Patria”
- De Artillería “Santa Bárbara”
- De Caballería “Coronel Santiago Bueras”
- De Ingenieros “Lumaco”
- De Telecomunicaciones “San Gabriel”
- De Aviación
- De Transporte
- De Intendencia
- De Material de Guerra
- Destacamento de Montaña
- Destacamento de Comandos.

Aparte de los componentes de las Unidades de Formación ya enunciadas, en la Tribuna de Honor, están presentes tres Oficiales por cada Unidad de Formación.

Son Soldados de gran valía en nuestras organizaciones. Son Camaradas de noble distinción, caracterizándose por su profesionalismo, por su espíritu de compañerismo, por su gran capacidad profesional y su dedicación por el Arma y el Ejército.

Son modelos de vida militar de vocación irrenunciable y por ser modelo de corrección en todas las esferas de un profesional distinguido.


Todos ellos han participado con voluntad sin reserva, en situaciones decisivas en los años 1973 y 1978.

En lo primero, su desempeño definido contribuía a que el país volviera a la normalidad de siempre, una Patria amable, propia, ordenada y todos laborando para su continuo progreso.

En 1978, la decisión que la tierra patria no se entrega, la mano en el fusil era firme y sin desmayos.

Así estas dos graves y delicadas situaciones se resolvieron en justicia y Chile continuó soberano.

Así los nietos volvieron al colegio como siempre y las Islas Nueva, Picton y Lennox continúan siendo chilenas.

Este es nuestro Ejército de siempre, integrador y de fuerte raigambre de amistad, compañerismo y lealtad recibida en los años en los tiempos de Escuela Militar.

Sin embargo, hoy ausentes y lejanos, tenemos camaradas que están privados de libertad por diferencias en la interpretación de acuerdos internacionales o errados de aplicación en códigos nacionales.

Ellos sufren la separación de su núcleo familiar.
Los echamos de menos y queremos decirles que continuamos luchando porque obtengan la preciada libertad.

Esperamos tenerlos pronto en los cuadros que hoy celebramos un nuevo aniversario patrio y el Día de las Glorias del Ejército.

Esperamos que pronto y todos juntos en un solo grito pronunciemos el Viva Chile, fuerte de Unidad Nacional, Integrador y Amistoso

He dicho

Carlos Morales Retamal
General de División
Comandante del Regto. Sta. Bárbara


DISCURSO DE AGRADECIMIENTO CON MOTIVO DE CELEBRASE EL DÍA DE LAS GLORIAS DEL EJÉRCITO


Santiago, 06 de Septiembre de 2010.

DISCURSO DE AGRADECIMIENTO AL HOMENAJE DE LOS REGIMIENTOS TRADICIONALES CON MOTIVO DE CELEBRARSE EL DÍA DE LAS GLORIAS DEL EJÉRCITO


SEÑOR COMANDANTE EN JEFE DEL EJÉRCITO, GENERAL DE EJÉRCITO
JUAN MIGUEL FUENTE-ALBA POBLETE

SEÑORES GENERALES

SEÑORES COMANDANTES Y OFICIALES DE LOS REGIMIENTOS Y DESTACAMENTOS TRADICIONALES

OFICIALES SUPERIORES, JEFES Y SUBALTERNOS

ALUMNOS DE LA ESCUELA MILITAR

Me cabe la honrosa misión encomendada por el señor Comandante en Jefe de representar al Ejército con el fin de expresar un saludo afectuoso y el más profundo agradecimiento por este homenaje que las unidades tradicionales ofrecen a su Institución, en la víspera de celebrarse el 19 de septiembre el “Día de sus Glorias”.

Del mismo modo, agradezco los significativos conceptos vertidos por el General de División Carlos Morales Retamal, que han fundamentado este encuentro de camaradería militar, cimentado en las más profundas tradiciones castrenses y animado por el sentido de amistad que es tan propio de los hombres de armas.

La profesión militar tiene un componente vocacional que le resulta indispensable y el Estado obliga a quienes la profesan a observar una conducta y un modo de vida que los distingue de los demás integrantes de la sociedad. No podría ser de otra manera, pues el Estado delega en los militares una de sus funciones más exclusivas: la del monopolio de la fuerza legítima, siendo esta función tan distintiva del Estado Moderno que Max Weber, el célebre pensador alemán, la identificó como parte de la esencia que singulariza el concepto de Estado.

Esta función vital del Estado es confiada a las instituciones militares, que sólo pueden estar integradas por profesionales que tengan la más absoluta convicción de la enorme responsabilidad que importa el uso de las armas por mandato exclusivo del Estado, en tanto este órgano es el representante de la sociedad que lo ha erigido como su administrador superior, sin que por ello la sociedad renuncie a la soberanía, pues ella sigue residiendo esencialmente en la Nación, como lo prescribe nuestra Carta Fundamental..

De allí deriva el fundamento primigenio de la profesión castrense y por eso el Estado obliga a estos profesionales a deberes de obediencia, les restringe derechos ciudadanos y les exige un requerimiento supremo: el de dar la vida en aras de la defensa nacional.

Sin duda que estos singulares requisitos producen en el militar la conformación de un ethos distintivo que se encarna en su ser y del cual es imposible desprenderse por el mero trámite de un expediente de retiro o por la doméstica acción de guardar el uniforme.

Resulta entonces muy difícil dejar de ser soldado, pues ha sido el propio Estado el que ha inculcado una fuerte identidad en el profesional de las armas; y eso que pudiera ser incomprendido por algunos, es la mayor garantía que tiene la sociedad de contar con eficientes y comprometidos guardianes de la paz.

Nada hay que lo presagie, pero el día que se nos pretenda transformar en burócratas castrenses, convirtiendo a nuestra profesión en una mera ocupación o sólo en una alternativa salarial, creemos que esa garantía que debemos dar al cuerpo social habrá vencido o será muy limitada, pudiéndose, en un extremo poner en riesgo la existencia misma de la Nación.

Ese es el contexto y la explicación que tiene esta reunión de soldados, en la que unos visten el uniforme del Ejército y otros lo llevan debajo de su piel.

Sin embargo este encuentro deja en evidencia la permanencia de otra característica de los integrantes de los cuerpos armados y ella se relaciona con el culto a la amistad y el sentido de cohesión que va mucho más allá de una mera expresión afectiva o un sentimiento nostálgico.

Existen estudios sociológicos y constataciones empíricas que demuestran la importancia de la camaradería en las organizaciones armadas hasta el punto de que las acciones de valentía en combate, más que estar ligadas a las causas políticas que justifican la contienda, se relacionan con la fuerza o el impulso que llama a no mancillar el estandarte de combate de la unidad y no defraudar al comandante y a los compañeros de armas.

Mucho antes que la sociología, fueron los grandes capitanes los que repararon en este atributo que debían tener sus hombres, lo que les podía otorgar una ventaja notoria sobre el enemigo. Tal vez fueron los franceses los que primero conceptualizaron este fenómeno al que denominaron “espíritu de cuerpo”, característica distintiva de los ejércitos nacionales y ausente en los cuerpos de mercenarios y en las hordas armadas.

Por eso nos parece que esta manifestación de afecto que lleva a los oficiales en retiro a rendir un homenaje a su Ejército, además de una expresión de respeto y cariño, constituye la prolongación del espíritu de cuerpo que el Ejército les inculcó, el que desde luego trasciende al compañerismo en el servicio o la amistad del casino y encuentra su más genuina y valiosa expresión en el campo de batalla.

Jóvenes cadetes: Los viejos soldados que cierran filas delante de ustedes, también vistieron esas guerreras azules, peinaron esos mismos penachos y vibraron a los sones de Radetzky. En este mismo patio o en el cuartel de Blanco Encalada, también formaron en muchas ceremonias y lo más importante también estuvieron plagados de ilusiones juveniles.

En las salas de clases de esta Escuela, se imparte la asignatura de “Bases Conceptuales de la Profesión Militar” que entre otros objetivos busca hacerlos comprender las particularidades de la carrera que han decidido abrazar.


Tomen notas desde sus filas, porque esta ceremonia constituye una lección de esa asignatura, pues ella nos evoca a vocación, a tradición, a espíritu de cuerpo y a camaradería, conceptos que van mucho más allá de una retórica lírica o de un poema épico. Estos conceptos, estimados cadetes, trasuntan la esencia de un cuerpo armado eficiente, que se debe a la sociedad nacional y a la que garantiza la mantención de la paz o la obtención de la victoria.

Señores oficiales integrantes de nuestras unidades tradicionales:

Si la trayectoria de las generaciones militares se asemejara a una prueba atlética de relevos, lo que hoy han hecho puede asimilarse a la entrega del testimonio, momento en que el corredor extenuado y con su corazón latiendo a reventar entrega el bastón a un corredor fresco y anhelante que se lanza en pos de la meta. La carrera es de un equipo, un equipo de postas, donde la acción del que ahora corre esta íntimamente ligada a la de aquellos que corrieron los trechos anteriores.

Es una carrera marcada por el perfeccionamiento profesional, por el sentido del honor, por el culto a la abnegación y el sacrificio, pero por sobre todo por un inmenso amor a la Patria.

Agradecemos profundamente este homenaje de hoy, que representa a las sucesivas generaciones que desde hace doscientos años se han venido entregando el testimonio y que antes de esos dos siglos lo recibieron de los soldados de España y de los guerreros Arauco.

Tengan la confianza y la certeza de que seguiremos corriendo en esta carrera interminable y que el bastón que de ustedes recibimos lo entregaremos a los que vienen, para la grandeza del Ejército y la gloria de Chile.


Marcos López Ardiles
General de División




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