DEL BLOG DE HERMÓGENES
Frente a la huelga de hambre de 32 terroristas, el Presidente comienza a dar crecientes señales de debilidad. Los terroristas han recurrido a la herramienta más conocida para amedrentar a los gobiernos débiles: la huelga de hambre. La opinión pública, en general, y la chilena, en particular, es tan manipulable por parte de quienes están detrás del terrorismo, que pierde de vista completamente el sentido común y la naturaleza de las cosas.
Cuando alguien deja voluntariamente de alimentarse, es obvio que tiene en sus manos la solución para cualquier amenaza que de ello surja contra su vida o salud. Le bastará con alimentarse. Pero en el caso de los 32 procesados por terrorismo NADIE dice eso, que es tan obvio y de sentido común. Todos empiezan a apuntar hacia donde saben que está el punto débil: la autoridad. Y ahora el Presidente, entonces, anuncia que accederá a aspiraciones de los procesados, como la de sacar del conocimiento de la Justicia Militar los delitos terroristas que han cometido, cuando justamente el legislador los puso bajo la tuición de ella porque es más severa y menos susceptible de politización y más resistente a las presiones políticas y propagandísticas de quienes siempre han estado detrás del terrorismo, y lo están una vez màs.
Y la segunda muestra de debilidad la da el Presidente al decir que, además de lo anterior, suavizará la Ley Antiterrorista. Pésima señal, pues cuando hay una evidente y generalizada amenaza de violencia en el sur, justamente lo que se requiere es enfrentarla con la mayor energía disponible, y no debilitando los mecanismos de defensa social.
Ya por demagogia el actual Jefe del Estado les ha prometido a los grupos indigenistas que va a reconocerles un estatuto constitucional, como si fueran una nacionalidad separada. Chile es y ha sido siempre un país unitario, sin distingos de razas ni de nacionalidades diferentes de la chilena, y en ese sentido hemos desarrollado una homogeneidad social ejemplar. La promesa del Presidente debilita ese fundamento básico de la república.
E incurriendo en una confusión que sólo puede provenir de una mente obnubilada por el populismo, ha comparado la situación de los terroristas en huelga de hambre por su propia voluntad con la de los mineros sepultados bajo tierra por un trágico accidente. "Con la misma fuerza que hemos luchado para salvar la vida de los mineros --ha dicho-- vamos a tener la misma actitud para salvar la vida de quienes a través de la huelga de hambre puedan atentar contra su propia vida". Increíble renunciamiento a la lógica, al sentido común, al ejercicio de la autoridad del cual es responsable y al respeto a la legalidad.
Los huelguistas de hambre, en primer lugar, no debieron incurrir en conductas terroristas, si es que querían evitar el procesamiento y la condena; en segundo lugar, tienen en su mano en todo momento poner término a la amenaza para su salud y sus vidas; y, en tercer lugar, pretenden extorsionar al país. Lo que el Presidente ha expresado sólo significa ceder ante la extorsión, alentar el terrorismo y declarar públicamente la impotencia de la autoridad y las instituciones para hacer respetar el estado de derecho.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
lunes, 6 de septiembre de 2010
UN PRESIDENTE DÉBIL
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