viernes, 10 de septiembre de 2010

"VÍCTIMAS" COMUNISTAS


Amigos.
Como siempre Hermogenes Pérez de Arce, con su certera y valiente pluma acusa a los " victimas comunistas" llamadas así por el CJE Juan Emilio Cheyre.
Carlos Contador




"VÍCTIMAS" CON LAS MANOS EN LA MASA. Colombia ha enviado al gobierno chileno un dossier de las actividades de chilenos en la guerrilla de las FARC y con antecedentes de la injerencia de las mismas FARC en el movimiento subversivo mapuche en Chile. Entre esos antecedentes está el de la participación de connotadas "víctimas" del gobierno militar chileno, como son los comunistas que formaron acá el FPMR, al cual debieron enfrentar, en defensa de todos los ciudadanos pacíficos, muchos de los ex uniformados que están presos en este momento y que son descritos, tanto por los comunistas como por el Presidente actual, como "violadores de derechos humanos".
Los comunistas son admitidamente "víctimas" porque así los describió en una oportunidad el que fuera Comandante en Jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, al aludir al enfrentamiento que hubo en Chile, en sus palabras, entre "nuestros camaradas y las víctimas". "Sus camaradas" son hoy "los caídos tras las líneas enemigas" y se consumen en las mazmorras a que los ha enviado ilegalmente la justicia de izquierda. Las "víctimas" han sido generosamente indemnizadas por haber el Estado chileno incurrido en el salvajismo de impedirles, por las armas, dar un golpe totalitario, también por las armas.
Ahora el dossier colombiano dice que "los elementos de información, a su vez, muestran la participación y apoyo en las actividades de las FARC de siete integrantes del Partido Comunista de Chile, relacionados además con las actividades de la Coordinadora Continental Bolivariana (Carlos Casanueva, Guillermo Teillier, Lautaro Carmona, Sergio Sepúlveda, Daniel Núñez, Jorge Insunza y Andrés Lagos)". Es decir, la plana mayor del partido, y sus dos diputados, uno de los cuales, Teillier, fue el "encargado militar" de la colectividad que formó el FPMR.
También el dossier da cuenta del ofrecimiento, por un miembro del MIR chileno, de entregar a las FARC "más de ocho toneladas de fusiles M-16 que tienen encaletados en el norte de Chile". Las "víctimas" mantienen, pues, todavía, poderoso armamento oculto, "por si las moscas...", como dijera el difunto Luis Corvalán.
También se sindica, en el dossier colombiano, a elementos mapuches que están procesados por terrorismo en Chile y que figuran recibiendo entrenamiento de las FARC en Colombia. Para todos estos efectos fue fundamental la captura del computador del segundo jefe de las FARC, Raúl Reyes, que se encontraba refugiado en Ecuador cuando las fuerzas colombianas lo abatieron y se hicieron de todo el material que portaba. Ahí figuran varios chilenos y elementos vinculados a la guerrilla mapuche como recibiendo instrucción y apoyo de las FARC.
¿Qué sucederá a raíz de todo esto? Nada, por supuesto. Chile no es un país que persiga a las "víctimas". Al contrario, acá se las ayuda y admira. No olvidemos que, al fallecer Volodia Teitelboim, líder comunista que en los años 70 enviaba a la juventud de ese partido a entrenarse a Cuba para venir a cometer actos de terrorismo en Chile, nuestro actual Presidente lo consagró como "un gran chileno" y que, antes, le prestó generoso auxilio humanitario a la secretaria general comunista, Gladys Marín, en su enfermedad. Y el propio Teillier ha declarado que también nuestro Presidente alguna vez le ofreció modificar el sistema binominal para que el comunismo pudiera tener parlamentarios, cosa que finalmente logró gracias a un generoso gesto de la Concertación. Todos se esfuerzan en ayudar a las "víctimas". Como contrapartida, nada para los que se enfrentaron a sus propósitos armados. Éstos se secan en la cárcel y la sola mención de un indulto en su favor escandalizó a las "víctimas", pues el odio no sólo es parte de su doctrina, sino de su temperamento. Y del odio nace la sed de venganza que se sacia viendo día a día a quienes enfrentaron a sus armas pagando por ello en la cárcel.
El dossier colombiano podrá decir lo que quiera, porque una cosa es segura en Chile: a las "víctimas" nunca nadie las perseguirá. Y si alguien llegara a hacerlo, ya sabe cuáles serán las consecuencias. Luego, las ocho toneladas de M-16 "encaletadas" en el norte están seguras, porque nadie del gobierno las va a ir a buscar.Pero ¡cuidado!: una vez hubo un primer ministro sueco –Olof Palme– que ayudó a financiar el terrorismo armado en Chile –al FPMR–, sin imaginar que iba a morir a manos, precisamente, de un terrorista armado. Pues un viejo refrán advierte: "Por donde pecas, pagas". HERMÓGENES PEREZ DE ARCE.



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