PROTAGONISMO A CUALQUIER COSTO

¿Quién se acordaba hasta ayer que existía un senador de apellido Longueira? Nadie.- Y eso es bastante malo.., para el senador mencionado, obviamente.- Pero, por desgracia tal situación no podía durar, no era posible que 32 pobres mineros atrapados al fondo del yacimiento San José y las presentaciones del señor Piñera, hubieran alejado a las cámaras del ámbito en que se mueven habitualmente los políticos profesionales.- Aprovechando entonces que al fin habían regresado desde el norte de nuestro país numerosos periodistas y camarógrafos de los canales de televisión, el parlamentario Longueira se dijo que había que hablar cualquier cosa, pues si no lo hacía corría el riesgo de ser olvidado definitivamente.- Movido por tan elevado propósito se instaló ante las cámaras y micrófonos, procediendo a salir de su involuntario y saludable mutismo.-
Señaló el susodicho senador, entre otras sandeces, que el pueblo chileno debía ser convocado a un plebiscito, el 2011, con el fin de obligarlo a pronunciarse respecto a la “necesidad” de otorgar una salida soberana al mar a Bolivia y no seguir aplazando la solución de este supuesto “problema”.- Su declaración provocó la respuesta de otros dos senadores “emblemáticos”, los honorables Allamand y Navarro.- El primero, autor de una iniciativa legal a favor de las uniones homosexuales, lo hizo para oponerse a la propuesta de Longueira, quien le estaba robando protagonismo; y el segundo, conocido “tonto útil” o colaborador remunerado de los próceres americanos, Hugo Chávez y Evo Morales, en apoyo a tan brillante y patriótico planteamiento.-
¿Se puede tolerar que un parlamentario “chileno” emerja repentinamente de las profundidades noticiosas para darse el lujo de aspirar el aire impuro de su popularidad personal, aun al costo de traicionar a nuestra Patria? Sin embargo, no queda sino aceptar que esa es la realidad del sistema político imperante en el país: las insustanciales “carreras” de unos cuantos individuos mediocres pesan mucho más que los intereses permanentes de Chile.- A esta calamidad hemos llegado – hay que reconocerlo – gracias a la pasividad y pereza de cientos de miles de compatriotas que teniendo las capacidades para oponerse al dominio de un Estado, una clase política y una empresa “nacional” que muestran escaso o nulo compromiso con el Chile natural y verdadero, permanecen como simples espectadores de sus abusos y deslealtades.-
Así como Evo Morales ofreció trabajo y la vuelta a su país al boliviano intruso que surgió de las entrañas de la mina San José, sugerimos que haga lo propio con aquellos “auquénidos metamorfoseados” que aprendieron a hablar como chilenos, pero que no sienten ni piensan como tales.- Es una vergüenza que una nación con una historia tan rica y heroica como la nuestra, mantenga y financie a sujetos que se la juegan descaradamente por las demenciales aspiraciones de nuestros enemigos históricos.-(slch) <23/10/2010>