domingo, 28 de noviembre de 2010

Entrevista póstuma con monseñor Sergio Valech:



"Para algunos he sido un burgués, para otros un momio y para otros un cura rojo..."

"El Mercurio" tuvo una serie de conversaciones con el arzobispo emérito durante la etapa final de su vida. La última de ellas hace menos de un mes. Pese a sus dificultades físicas, abordó muchos temas, incluso algunos contingentes.

Gustavo Villavicencio
El Mercurio

En el Hogar Sacerdotal Santo Cura de Ars, en calle Manuel Montt, hasta el martes pasado vivía monseñor Sergio Valech. Allí pasaba muchas horas solo, sentado en una silla y conectado por una sonda a un respirador artificial. Era un espacio acogedor para él, aunque, inmerso en las dificultades impuestas por su enfermedad, confesaba: "Esta no es mi casa".

En sus últimos días, monseñor Valech añoraba el hogar que pudo construir con el dinero que le regaló su madre y que gobernó por más de treinta años en calle Santa Isabel esquina Lira. En ese lugar, "cada rincón decía Valech", todo había sido comprado por él y "hasta el control de la televisión del living estaba en mis manos", dice en una de las tantas conversaciones que sostuvo con "El Mercurio" en el período final de su vida. La última de ellas, hace menos de un mes.

"No tengo mucho que contar... además soy un obispo emérito y me falla la memoria", decía sonriendo. "También me cuesta hablar".

"Nunca cuento lo que hago con mis platas"

-A estas alturas, ¿siente temor a la muerte?

"Claro que tengo... Hay muchas cosas que debí hacer y no las hice. Ahora ya estoy viejo y no puedo volver atrás... sólo hay que esperar el día...".

-Usted siempre ha sido un hombre generoso, ¿no le suma puntos eso para entrar al cielo?

(Risas) "¿Cómo sabe usted que yo soy generoso...? Yo nunca cuento lo que hago y menos lo que hago con mis platas".

-Sí, monseñor, pero para nadie es un secreto su fortuna...

"¿Fortuna? Si no es mía, es heredada y durante años la he intentado compartir con todo el mundo, con mis hermanos sacerdotes, con religiosas y con laicos. Lo que Dios da gratuito hay que darlo gratuitamente. Lo mío es una herencia, no trabajé para tenerla, podría haber sido pobre y sería igual de feliz. Mi vida no cambia por unos pesos más o unos pesos menos".

"Roma es Roma y sabe lo que hace..."

Monseñor Valech no eludió temas en estas conversaciones.

-Si tuviera que decidir entre Piñera y Bachelet, ¿qué diría?

"Creo que la democracia nos ha enseñado a respetar al gobierno de turno. La ex Presidenta Bachelet lo hizo muy bien, creo que la gente la recuerda con cariño, era como 'la madre de Chile'. Y Piñera, tendremos que esperar y ver los resultados. Como en todo, siempre va existir gente en pro y gente en contra, eso no se puede evitar".

-¿Qué pasa con su fama de "cura momio"? ¿Le molesta?

"Para algunos he sido un burgués, para otros un momio y para otros sencillamente un cura rojo... ¿Cómo se le puede dar el gusto a la gente? Me imagino que cuando usted escribe hay gente a la que le gusta y gente a la que no... La vida es así".

-¿Es cierto que le aburren las ceremonias religiosas largas?

"Sí, me aburren... Más cuando algunas monjitas se ponen a cantar eternamente y los rezos se duplican... Soy muy querido por las religiosas; a esta casa, y también a mi casa de Santa Isabel, siempre me llegaban tortas, pasteles y cientos de chocolates".

-¿Cómo ve la elección del próximo arzobispo de Santiago?

"Yo ya soy emérito, estoy fuera de las pistas, poco o nada sé... Ser arzobispo de Santiago no es fácil, es una diócesis compleja, yo la conocí bien, fui por más de 30 años obispo auxiliar. En la diócesis hay problemas de variada índole y el que gobierne tendrá que lidiar con todo eso".

-¿Tiene algún candidato?

"A mi edad, ya no".

-¿Supo de la polémica que se suscitó respecto del obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González?

"Sí, me enteré, pero pienso que no era para tanto. Las cosas se mal entendieron. Todos tenemos un pasado... pero eso no da derecho a hacerlo público, es una falta de caridad".

-Las declaraciones del padre Felipe Berríos, ¿quemaron a monseñor González en Chile y Roma?

"No. Roma es Roma y sabe lo que hace... Un par de declaraciones no puede afectar la elección de un arzobispo".

"El fiscal Torres es un hombre bueno"

-¿Cree usted que hay que seguir insistiendo en el tema de los detenidos desaparecidos?

"Tiempo atrás le dije a usted mismo que hay que dar vuelta la página... ¿Para qué insistir? Entiendo que todavía hay gente que no puede olvidar, pero no es sano seguir abriendo las heridas. ¿Cuantos años vamos a estar con esto? A mí, personalmente, ya me cansa el tema".

-¿Recuerda que hace un tiempo apareció gente viva que estaba dada por muerta? ¿Qué piensa de eso?

"Le vuelvo a repetir: creo que a veces se actuó a la rápida. Si dicen que están vivos, que los encuentren...".

-¿Usted cree que Chile se reconcilió?

"Está en proceso. Todavía hace falta dar pasos grandes frente al tema. Hay gente que no sabe perdonar y hay gente que no sabe olvidar. Entiendo que para muchos no es fácil".

-¿Qué recuerda de sus tiempos de vicario de la Solidaridad?

"Mi cáncer: llegué a fumarme más de 3 cajetillas diarias. Fueron momentos muy complicados para mí, pues manejaba información que nadie conocía. Mi maletín muchas veces se convirtió en mi caja fuerte".

-¿Y usted se reconcilió con el fiscal Fernando Torres?

"¡Nunca estuve enojado con él, a pesar de que intentó meterme preso! Siempre entendí su papel y sé que lo que estaba haciendo era lo que tenía que hacer en ese momento. Por ende, es mi amigo y un buen amigo, almorzamos juntos, tomamos el té, me ha ido a visitar a la clínica y a esta casa también. Llama día por medio para saber por mi salud. Es un hombre que tuvo que responder a sus responsabilidades solamente".

-Y si él tuviera que ir preso, ¿lo iría a ver?

"Si yo tuviera salud y lo meten preso, claro que lo iría a ver".

-En una entrevista pasada usted dijo: "El fiscal Torres se irá al cielo...". ¿Lo sigue pensando?

"Estoy seguro. Es un hombre bueno, tiene una profunda vida espiritual y eso es lo que importa".

-¿Qué le parece la reapertura de la Comisión Valech?

"Excelente. Estoy dispuesto a colaborar en todo... Creo que todo lo que vaya en pro de la reconciliación es sano para nuestro país. No será un trabajo fácil, pero creo que algo se podrá hacer. La Comisión tiene gente de primer nivel y eso garantiza un buen trabajo".

-Volviendo al tema de su fortuna, ¿qué pasará con ella el día en que usted muera?

"Eso ya no es problema, hice lo que tenía que hacer. Ya está todo arreglado. Sólo queda esperar el día en que Dios llame a este humilde siervo (risas)".



No hay comentarios: