
Carta de Gabriela Curilem desde la clandestinidad:
Prófuga del caso bombas reconoce envío de dinero desde el extranjero
La mujer señala que la plata fue usada para ayudar a los presos. Dice que cometió un error al creer en una indagatoria "limpia".
RODRIGO VERGARA
El Mercurio
Cuando el fiscal Alejandro Peña dio su "gran golpe" en el denominado caso bombas, las policías tenían en la mira a 13 personas. Pero no cayeron todas. Ese 14 de agosto faltó una: Gabriela Curilem (29), miembro de la casa "okupa" o "centro de poder", como la denominó el Ministerio Público, Sacco y Vanzetti, en la calle Santo Domingo, en el centro de Santiago.
Desde el día de la operación conocida como "Salamandra", la joven permanece prófuga y no hay mayor claridad sobre su paradero. Aunque sí de sus ideas. Eso, ya que durante la semana que pasó hizo llegar una carta a una página web de corte antisistémico en la que, entre otras cosas, reconoce que recibió una remesa de dinero desde el extranjero, aunque recalcó que la plata fue usada en ayudar a los presos detenidos "por la causa".
"Cometí un error y me pesa", dice Curilem en el texto (la policía indaga la veracidad del escrito) para explicar el por qué recibió dinero del extranjero, hecho clave en la configuración de la asociación ilícita terrorista, figura con la que Peña investiga al grupo. Según la fiscalía, esta plata sirvió para financiar los más de 100 bombazos indagados en Santiago.
"Efectivamente existió una transacción bancaria, con una cifra (900 euros o casi 600 mil pesos chilenos, según la policía) que por cierto no llega ni a una cuarta parte del sueldo del farandulero fiscal que nos acusa", se puede leer en el documento que agrega: "Nuestro apoyo permanente a los compañeros en prisión demandaba dinero que muchas veces no alcanzábamos a generar ni con todas nuestras actividades propuestas para ello. Por lo mismo, cuando un compañero ofrece enviar un aporte que ayude a resolver las necesidades de los prisioneros, busqué una cuenta a donde poder recibir el dinero (...) La cuenta donde el dinero llegó pertenece a un (siempre muy solidario) ex prisionero político de principios de los '90". Curilem se refería a Omar Hermosilla, otro de los detenidos en la causa.
En el texto, la prófuga -quien según la fiscalía era la administradora de la casa "okupa" Sacco y Vanzetti- hace un análisis de los hechos y argumenta en lo que -a su juicio- se equivocó.
"El error no estuvo en aceptar el dinero. El error estuvo en creer que la investigación se haría en forma 'limpia', porque toda la comunicación por lo del dinero se realizó vía e-mail, con exactamente los mismos datos que aquí escribo (causa que origina el envío y destino que recibiría), pero esas conversaciones no son filtradas, se omiten, aún cuando ésa es la forma por la que llegan al envío", sostiene.
De acuerdo a la tesis del Ministerio Público, el dinero fue enviado por un anarquista italiano identificado como Mateo de Rossi. Los indagadores sostienen que hubo una segunda remesa por 450 euros que llegaron hasta otro de los imputados detenidos, Carlos Riveros. La plata habría estado recaudada en un banco de Suiza.
lunes, 15 de noviembre de 2010
GABRIELA CURILEM RECONOCE ENVIO DE DINERO
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