jueves, 2 de diciembre de 2010

INFORME DE INTELIGENCIA



Por Carlos Manuel Acuña

Nuestro habitual colaborador en Informador Público, Alexis Di Capo, dio a conocer en esa Hoja un trabajo de inteligencia que resume la acción desplegada por los distintos grupos "sociales" que operan en la Argentina. Un lector - también habitual colaborador con correos de real interés - reproduce esa noticia que vamos a reiterar no sólo por la importancia de su contenido, sino también por el hecho singular de la brusca caída de del tráfico cibernético, fenómeno - por así llamarlo - que afecta a quienes escriben o difunden noticias y comentarios sobre la dramática situación política e institucional que vive la República. Además, no son pocos los destinatarios de Tábano Consultora que reciben nuestros mensajes cercenados en su contenido o sólo con su título. Otros, directamente parecen quedar fuera del circuito pese a formar parte de la libreta de direcciones con diversas alternativas. Excluídos de la información diaria debemos realizar trabajos técnicos para incluirlos nuevamente, pero el fenómeno se repite con demasiada frecuencia. De allí que aprovechamos el material que nuevamente incorporamos al envío de hoy para dar las explicaciones del caso. También para señalar algo que de manera insistente consignamos en nuestros artículos: cuando anticipamos o analizamos temas como el que trata este INFORME DE INTELIGENCIA, exactamente igual a lo que sucedió en la década del sesenta no faltó quienes no sólo dudaron de que en la Argentina podrían suceder organizados hechos de violencia, sino que desestimaron la veracidad de los datos objetivos que avalaban esa perspectiva.

Si bien el escenario internacional se ha modificado substancialmente - nuestra Guerra Revolucionaria como la ocurrida en otros países de la región, fue una consecuencia de la Guerra Fría que dividía al mundo de ese entones - hoy ese escenario es más grave y complejo. Incluye la violencia organizada, a la droga como otro factor peligroso y desestabilizante y lo que más alarma, es que se expande una política ya generalizada para suprimir a las Fuerzas Armadas de latinoanoamérica. Al menos, se las quiere disminuir a su mínima expresión transformándolas en meras guardias nacionales o similares, lo que ya es público y notorio. Más todavía, disminuída su capacidad estratégica y reducida a simples funciones tácticas, no estarían capacitadas, por ejemplo, para coordinar acciones en común, circunstancia que corre paralela con el acotamiento de los servicios de inteliegencia indispensables a esos efectos.

Concurrentemente y en coincidencia con los anticipos públicos que en su momento alertaron inutilmente sobre la situación que se avecinaba, han surgido coordinadamente movimientos indigenistas como expresión de una nueva operatoria revolucionaria. En definitiva, se trata de grupos pequeños, sin formación política ni nivel intelectual para organizar una confrontación, que son receptivos al manipuleo por parte de terceros y receptivos a las promesas y dávidas con las que se incentivan sus manifestaciones de reclamos y protesta.

En nuestro territorio, ya existen tres focos importantes: en dos puntos del norte está, por un lado, Milagro Salas que tiene penetración en otras provincias - en Santiago del Estero especialmente - y por el otro, el conflicto artificial iniciado por una pequeña comunidad toba que en Formosa reclama tierras privadas y estatales. Aquí ya hay muertos que serán catapultados emblemáticamente por una suerte de congreso de emergencia convocado hace unas horas para que participen representantes de otras pequeñas etnias. Las deliberaciones servirán para darle un marco más importante a lo que nació dirigido desde una oficina ubicada en Londres, Gran Bretaña, cuyas direcciones conocen nuestros lectores, aunque igualmente podríamos referirnos a otros organizadores locales sobre los que habrá que volver en su momento. En el otro extremo del mapa aparece otro conflicto artificial que se ha dejado crecer a la luz del ideologismo político. Mapuches armados ocupan establecimientos agropecuarios, cortan rutas, impiden la apertura de una capilla católica "porque agravia sus creencias" mientras activistas que nada tienen de indígenas atacan a una de las figuras señeras más importante de nuestra historia que, entre otras cosas, afirmó las fronteras de nuestra Patria. Dejaremos latente un interrogante que seguramente tendrá respuesta dentro de un tiempo ¿Qué sucedería si un poblador argentino, legítimo propietario y de las instalaciones que levantó con su propio esfuerzo, se defiende armado igual que sus atacantes? Y cerremos con otras dos pregunta que igualmente podríamos hacer respecto de la delincuencia armada: ¿Cómo actuaría la Justicia con el argentino atacado, si es que éste abate a uno o más de sus agresores...? ¿Por qué el gobierno parece desinteresado de estos problemas y permite que avancen...?


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