sábado, 8 de enero de 2011

PRESIDENTE PIÑERA: CUMPLA CON HONOR SU RECORDADA PROMESA DE: "JUSTICIA IGUAL PARA TODOS"


DE CHILE INFORMA EDICIÓN Nº 600 7 DE ENERO DE 2011



Escribe don ALEJANDRO RUSSELL
O’KUINGHTTONSS, Coronel de Ejército ®



Es necesario recordar al Presidente que en Chile persiste
inalterable el peor legado de la Concertación. Me refiero al odio
vengativo y enquistado en contra de las Fuerzas Armadas y de
Orden, las de hoy y las de siempre, porqué esas Instituciones
no tienen pasado ni presente, son una sola, y están siempre
dispuestas a entregarlo todo por Chile.
El Presidente en su campaña tocó este tema con una promesa
muy simple: “JUSTICIA IGUAL PARA TODOS”.




Algo que no requiere presupuesto alguno, sólo voluntad… pero
que no ha cumplido.
Y más aun, hasta rechazó una proposición de la Iglesia sobre el
tema.



El Honor es una palabra y concepto que no debe quedar jamás
en el olvido.
Comportarse en forma moral y cumplir lo éticamente correcto
da a la persona un reconocimiento.
El Honor está ceñido en el correcto actuar, tomando de la
palabra "correcto" el sentido adecuado, algo justo y digno;
alejado absolutamente de lo conveniente.



Honor
El Honor exige fortaleza, dominio propio, valentía, mantener lo
dicho, actuar con justicia, decir siempre la verdad, demostrar
sabiduría, valorar a los demás, tener comprensión, respetar,
comportarse con corrección y educación.
En resumen, el Honor es todo lo que idealmente debe tener una
persona, y obligatoriamente… una autoridad.
Al señor Presidente de la República, las Fuerzas Armadas y de
Orden de todos los tiempos, solo le piden que actúe con
Honor, cumpliendo esa simple y recordada promesa de
“justicia igual para todos”.



La Concertación construyó minuciosamente un Poder Judicial
prevaricador y politizado, que cuando se trata de Militares no
imparte precisamente justicia, al contrario, condena antes de
cualquier juicio.
El Presidente de la República no tiene autoridad alguna sobre
el Poder Judicial.
Pero sí, cuenta con todas las herramientas legales y
constitucionales para limpiarlo de lo indebido.
Y al mismo tiempo cuenta con los instrumentos necesarios
para evitar que muchos hijos de esta tierra, servidores
públicos, Militares y Policías, continúen acosados por
situaciones más que prescritas, y que se les concedan los
derechos que como chilenos les corresponden.
Derechos que por lo demás, ya se les otorgaron a quienes
fueron sus adversarios, centenares de subversivos terroristas,
quienes con armamento y explosivos ilegales, sembraron de
sangre nuestro suelo.
Los chilenos tienen una deuda muy grande con sus Fuerzas
Armadas y de Orden. Unos por perseguirlos insaciablemente,
otros por darles la espalda con cobardía y los otros por su
insensible indiferencia.





Chile jamás podrá exportar nada digno si no se reconcilia
internamente.
La Concertación desechó la oportunidad, y solo favoreció a la
subversión con todos los beneficios que la legalidad
considera, incluidas millonarias indemnizaciones económicas.
El actual Presidente de Chile no puede despreciar la histórica
oportunidad que la Providencia le entrega de borrar esas
heridas ya tan encostradas, y conceder a los hombres de
armas que un día defendieron a Chile, lo que ya recibieron sus
adversarios.



No se le pide indemnización económica alguna, al contrario,
eso se rechaza de plano.
Sólo se le pide cumplir con HONOR su recordada promesa de:
“JUSTICIA IGUAL PARA TODOS”.

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