Por Hermógenes Pérez de Arce.
En un nuevo despliegue de oportunismo, que lamentablemente sólo se funda en titulares sensacionalistas o trascendidos sin base, y no en hechos comprobados, el presidente Sebastián Piñera ha anunciado que su gobierno se hará parte en la querella de algunos miembros de la familia Frei por el supuesto homicidio del ex presidente Frei Montalva.
Se busca revivir un proceso completamente fenecido, desde el punto de vista de las pruebas reales, y sometiendo a proceso a médicos distinguidos, uno de ellos, el doctor Patricio Silva, gran amigo personal de Frei Montalva y ex ministro de su gobierno.
Esa actuación judicial fue un verdadero atentado contra los derechos humanos de procesados completamente inocentes.
El caso de la muerte del ex presidente en 1982 estuvo perfectamente claro durante 18 años, y por eso ningún familiar suyo ni el médico tratante promovieron acción alguna que pusiera en duda la causa de ella.
Tuvo que llegar el siglo XXI para que la sucesión de fallos que reconocían millonarias indemnizaciones a familiares de personas de izquierda fallecidas antes de 1990 suscitara explicables anhelos de familiares no indemnizados.
Justamente cuando el juez Madrid dictó el procesamiento, en "La Tercera" del 17.12.09 un reputado médico declaraba: "Tener una peritonitis difusa debido a la perforación intestinal secundaria a una obstrucción tardíamente tratada, tiene pésimo pronóstico, más aún en esos años.
Todos los eventos que pasaron después se explican contundentemente por este hecho".
Primera prueba de que no hubo homicidio. Y por eso fue que ni siquiera el médico tratante, ni menos la familia Frei, dijeron nada en 1982.
Cuando algunos familiares (porque una hija del ex presidente, casada con un médico, el doctor Juan Pablo Beca, no se ha hecho parte de las acusaciones ni del juicio), lanzaron la denuncia del asesinato, varios médicos próximos a Frei Montalva rechazaron de inmediato la especie, entre ellos su ex ministro del Interior, Patricio Rojas, y el doctor Osvaldo Olguín, ex senador DC y amigo personal del ex presidente, que en presencia mía descartó por completo la tesis del crimen.
Segunda razón para desestimarla.
La enfermera de cabecera de Frei Montalva durante y después de su operación, Victoria Larraechea, cuñada del hijo de aquél, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, siempre descartó la tesis del envenenamiento.
Tercera prueba en contra del mismo.
La entonces diputada y hoy senadora Isabel Allende, en un gesto que la honra, porque políticamente le podría haber convenido sumarse a las acusaciones de asesinato, declaró que ella se había sometido a la misma operación que el ex presidente, y a las manos del mismo médico, Augusto Larraín, y que se había librado apenas de morir, por similares complicaciones post operatorias que las de aquél. Probablemente se salvó por haber cambiado de médico y haber tenido treinta años menos.
Cuarta prueba de la inexistencia de delito.
Pero las pruebas palmarias no impedían que se esparciera el mismo rumor sin fundamento, a lo cual contribuían algunos con particular cinismo.
El periodista DC Hernán Millas escribió un libro, "Sagrada Familia", en el cual llegó al extremo de referir literalmente una conversación imaginaria, durante un supuesto desayuno del Presidente Pinochet con el director de la DINA, general Manuel Contreras, en 1982, acerca de cómo envenenar a Frei Montalva, a la sazón internado en la clínica Santa María, poniendo en los labios de Pinochet la siguiente orden: "Proceda".
Pero en 1982 ya no existía la DINA, Contreras se hallaba retirado y confinado en su fundo en Fresia y no tenía contacto alguno con Pinochet.
En todo caso, la entonces senadora Carmen Frei se convirtió en la principal impulsora del proceso por el supuesto asesinato de su padre y, como parte de sus esfuerzos, el tribunal envió muestras de los tejidos del ex presidente al FBI norteamericano.
Pero éste dictaminó que no había rasgos de tóxico alguno.
En diciembre de 2005 la embajada de los EE. UU. en Santiago lo comunicó así: "Los resultados confirmaron que los restos examinados pertenecían al ex Presidente Frei, pero fueron negativos sobre la presencia de agentes biológicos o un tóxico químico" ("La Segunda", 17.12.09).
Quinta prueba de la inexistencia de envenenamiento, que la embajada norteamericana de 2009 obviamente desconocía (!).
Pero una toxicóloga y una tanatóloga chilenas, las doctoras Börgel y Cerda, que trabajaron con Jorge Frei Ruiz-Tagle en la Municipalidad de Maipú, creían saber más que el laboratorio del FBI.
La primera declaró haber ido a hablar con el juez Madrid ("La Segunda", 17.12.09): "El mismo juez me dijo: 'Pero doctora, aquí dice que no hay droga'. Ahí fue que yo le dije que iba a EE.UU. y que iba a ver... por eso yo declaro de nuevo en mayo, cuando me entero que lo que se realizó fue una extracción alcalina".
Poco después el laboratorio de la doctora señalada fue marginado por el Instituto de Salud Pública de la función de emitir informes periciales, a raíz de graves errores en otrocaso.
Bueno, tras el fracaso en obtener un informe del FBI, el abogado de la familia Frei dio a la publicidad otro, de la Universidad de Gante, en Bélgica, que probaba el envenenamiento.
De nuevo la noticia generó grandes titulares y "estremeció al país".
La presidenta Bachelet se declaró "espantada".
La ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, exclamó: "¡El horror no termina!"
El senador Eduardo Frei proclamó, una vez más, que su padre había sido asesinado y que Chile "se encuentra ante su primer magnicidio".
Pero el diario "La Segunda" llamó a la Universidad de Gante pidiendo una copia del informe, y ¡allá le dijeron que nadie de esa universidad había emitido informe alguno sobre los restos de Frei Montalva!
Era todo un montaje publicitario. Fin del episodio.
Pero no el fin del montaje sostenido: cuando se dio a conocer el auto de procesamiento, tan electoralmente oportuno, del juez Madrid, de nuevo "el país se estremeció", la presidenta Bachelet emitió exclamaciones de horror y el senador Frei denunció el asesinato de su padre.
Vivianne Blanlot nada dijo, sólo porque ya no era figura pública.
Pero el "guión" continuó como de costumbre:
TVN hizo un "Informe Especial" mostrando escenas macabras, no auténticas, sino montadas ad hoc, dando por acreditado el asesinato.
Teletrece, a su turno, empezó ya a referirse al "asesinado presidente Frei", cada vez que lo nombraba, expresión que también empezaron a usar incluso diarios más objetivos.
Y también, por cierto, "El País" de España, que siempre ha sido el adalid en la tarea de injuriar al Gobierno Militar (y que dio la noticia del wikileak que sirve de fundamento al presidente Piñera para salir a la palestra otra vez en este caso e insinuar de nuevo el asesinato múltiplemente desvirtuado).
Conviene recordar que la prestigiada ex ministra de Corte, Raquel Camposano, marginada por decisión política de ascender a la Corte Suprema, pero ciertamente más prestigiada en el foro que cualquiera de los izquierdistas que sí ascendieron, publicó su opinión en "El Mercurio" sobre el auto de procesamiento del juez Madrid, que dicho diario reprodujo
in extenso:
"Después de leerlo varias veces", concluyó: "si después de varios años de investigación todo lo que ha logrado el investigador en contra de los imputados es lo expuesto en la resolución de que se trata, hay que concluir que en contra de ellos no existe ningún antecedente válido, ya que el juez no ha sido capaz de definir ninguna acción que les sea imputable y que los convierta en autores, cómplices o encubridores.
En mi opinión, no cabe duda de que el voto del ministro Ballesteros (voto de minoría en la corte, al rechazarse el amparo solicitado por los imputados) está en lo cierto al
afirmar que de los antecedentes no surge una vinculación objetiva ni subjetiva de los procesados con el hecho que se les atribuye".
Pero ¿cuál fue, entonces, el argumento del juez Madrid para sostener que hubo homicidio? Sólo la opinión de las doctoras Börgel y Cerda. Veamos cuánto valen.
El director del Centro Toxicológico de la UC, doctor Enrique París, se interesó en examinar los informes de las señaladas doctoras, a raíz de lo cual declaró ("El Mercurio", 13.01.10):
"Los peritajes no avalan que Frei fuera asesinado...
No hay nada concluyente, nada.
Ningún laboratorio aparece sosteniendo que se encontró talio o gas mostaza".
Séptima prueba de que no hubo tal asesinato.
Otro médico, docente de la Universidad de los Andes, con formación bioquímica y 50 años de actividad, Fernando Orrego Vicuña, estudió los exámenes de la doctora Börgel sobre la presencia de talio, un metal tóxico, en el pelo del ex presidente.
La doctora obtuvo 2.727 nanogramos en unos exámenes; en otros, entre 11.000 y 17.000, "cifras enormes, superiores a las encontradas en obreros intoxicados con talio (570 nanogramos)", dice el doctor Orrego en "El Mercurio", 13.01.10.
Y añade que en las muestras de pelo de Frei, que la misma doctora llevó a los EE. UU., se encontraron allá 0,12 nanogramos; y en las llevadas a Canadá, entre 0,9 y
1,4nanogramos, a raíz de lo cual añade:
"El valor aceptado en pelo en una población no expuesta es de hasta 20 nanogramos". Es decir, según los laboratorios norteamericanos el pelo del ex presidente tenía menos talio que el de cualquiera de nosotros.
Octava prueba de que no fue envenenado.
"Juzgue el país", como gustaba de decir el presidente Eduardo Frei Montalva.
Sí, juzgue el país la capacidad de montaje publicitario que existe en nuestro medio y, también, la liviandad de nuestro actual mandatario para poner al aparato del Estado al servicio de este nuevo intento de protagonismo político y figuración mediática.
martes, 15 de febrero de 2011
CASO FREI MONTALVA al 12.FEB.2010
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