sábado, 26 de febrero de 2011

Las cuatro Soluciones de Felipe Cubillos para la reconstrucción



Gestor de la fundación privada Levantemos Chile

Las cuatro soluciones de Felipe Cubillos para la reconstrucción
Abogado y empresario, lleva un año dedicado totalmente a reparar y levantar lo que el terremoto y el agua destruyeron el 27-F. De su experiencia saca en limpio que hay que escuchar a la gente que sabe mejor que nadie lo que necesita. Mantenerla en el mismo lugar. Contar con un buen sistema de monitoreo de tsunamis. Un seguro contra terremoto que tome el Estado. Y hacer una ley para que se pueda donar a fundaciones y que la plata no vaya al Estado.

por Ximena Pérez Villamil
El Mostrador

Nada de teoría. Lo suyo es puro terreno. Partió casi desde el día cero: el martes posterior al terremoto y tsunami ya estaba en Iloca. No volvió a Santiago, llamó a todos sus contactos y comenzó a recaudar fondos para la fundación que se llamaría Levantemos Chile. Entre los empresarios el abogado Felipe Cubillos (49) es un rostro conocido como navegante, dueño de una marina en la que guardan sus yates Guillermo Luksic y Agustín Edwards, y de un par de empresas medianas que ahora administran sus socios. Tampoco es desconocida su faceta de emprendedor social que viene de la época en que fue decano de Economía en la UDP.

Sabe de reconstrucción como pocos. Lo más importante –dice- es escuchar a las personas que saben mejor que nadie lo que necesitan. Algo que aprendió en el primer proyecto en Iloca. “Íbamos a construir un hotel modular, que podíamos a tener listo en 15 días, pero nos dijeron que no, que no lo iban a usar, porque preferían cuidar lo poco que les había quedado. Querían quedarse en sus propios lugares y nos pidieron un colegio”.

A partir de entonces, la fundación incluyó a la gente y se orientó a dar prioridad a lo urgente y no a lo que los ingenieros, arquitectos y abogados, que trabajan gratis, pensaban era lo que debía hacerse. Las fuentes de trabajo eran clave: como los pescadores eran los principales afectados se instaló un centro de reparación de botes. La ayuda de navegantes que sabían del tema y enseñaron a los pescadores, se tradujo en 450 botes reparados. “Logramos que muchos salieran a pescar para semana santa, una fecha clave para ellos”. Levantaron centros comunitarios en las aldeas con mediaguas para que los niños fueran después de clases a estudiar con bibliotecas y computadores.

No mover a la gente de su sitio

Los restoranes y pequeño comercio que estaban en el borde costero se reconstruyeron allí. “La gente es muy reticente a cambiarse de lugar. La experiencia internacional indica que, con el tiempo, las personas vuelven a instalarse en el mismo lugar. Un restorán que vende su vista al mar muere si lo llevas a otro sitio. Mi premisa es que la gente elija”. Incluso, a diferencia de expertos del gobierno, piensa que las casas también debieran levantarse frente al mar, porque si esos terrenos quedan vacíos, tarde o temprano, alguien los va ocupar. “Lo sensato es que sean sus dueños, los mismos que estaban ahí”.

El peligro de tsunami en un país recorrido por el mar corre para tanto para Viña, La Serena y las zonas afectadas. Si a unos se le permite por qué no a los otros es su reflexión.

Para evitar un desastre como el del 27/F basta, a su juicio, con un buen sistema de monitoreo del gobierno que alerte a la población ante un posible tsunami, ya que se puede predecir.

Subsidio a las casas, no a los terrenos

Pese a los anuncios de la ministra Matte, Cubillos dice que ha visto muy poca construcción de casas. “Yo pensé que este año iba a haber una explosión, pero no. La gente se ha hecho la idea de que va a pasar el invierno en mediaguas. Ojalá se cumpla la meta de las 200 mil viviendas para 2012″.

La solución desde su punto de vista es otorgar subsidios a las casas, no a los terrenos como exige el Ministerio de Vivienda. “Pedir que saneen sus títulos de propiedad en emergencia no me parece. Debieran instalarse en el mismo terreno y acreditar que son damnificados para obtener el subsidio”.

Levantemos Chile construyó 40 casas prefabricadas en Coelemu como plan piloto para probar si el sistema funcionaba. Con un ejército de abogados que se instaló en las notarías y consiguió los papeles más el subsidio de 380 UF, entregaron viviendas de 50 mt2 en dos meses. No es una tarea que vayan a seguir haciendo, porque le corresponde al gobierno, dice.

Además, asegura, que le llama la atención la lentitud del gobierno para resolver el problema habitacional en Dichato. “El plan regulador todavía se está discutiendo, no entiendo bien por qué Dichato ha sido tratado así”. Mucha gente que vivía en el borde costero, y ahora lo hace en una aldea muy grande de mediaguas, sospecha que la prohibición de volver a residir frente a la playa oculta intereses inmobiliarios, como lo hicieron ver en la protesta que le hicieron al Presidente Piñera cuando visitó el pueblo hace dos semanas.

Ley para donaciones directas a fundaciones

Por ley no se puede donar directamente a una fundación. Tienen que ir al Estado que la entrega a los municipios. La plata puede quedar empozada en lugar de llegar rápido a donde se necesita y, por eso, debe haber una ley simple y efectiva.

Por un año el gobierno permitió usar una antigua ley del año 60, que se creó para el terremoto de Valdivia, y que permite que cualquier donante entregue fondos a una fundación. Pero su vigencia es por un año prorrogable por otro. Cubillos, quien trabaja en un proyecto de ley de donaciones similar a la del 60, confía en que se usará la extensión.


Seguro del Estado contra terremotos

“Si yo fuera el Estado tendría un seguro contra terremotos. Sería un buen negocio porque que le permitiría ir en ayuda de la gente cuando ocurra uno de estos siniestros y no desembolsar miles de millones”

Un seguro de ese tipo opera con la misma lógica de riesgo que cualquier seguro. Chile es un país con terremotos, pero se aplica la lógica de las probabilidades. “Puede que no haya otro terremoto grande en 50 años. Ese el trabajo dedican de las aseguradoras”.

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