jueves, 3 de marzo de 2011

DESAGRADECIMIENTO Y DESATINO



DEL BLOGS DE HERMÓGENES

martes 1 de marzo de 2011
Desagradecimiento y Desatino

El brigadier Cristoph Willecke es un hombre muy correcto y un perfecto caballero. Hoy es un preso político, porque legalmente no podría estar privado de libertad, pero lo está por razones políticas. Le han atribuido responsabilidad en el caso Prats, en que no tuvo ninguna. Cuando la jueza María Servini de Cubría, que investigó el atentado en Argentina, vino a Chile a interrogarlo, el brigadier le dijo que era por completo ajeno al caso y no podía aportarle antecedente alguno. ¿Saben qué le contestó la jueza? (me lo reveló el propio Willecke): "Si yo sé que usted no tuvo nada que ver, pero yo quiero que usted me cuente todo sobre la DINA".
Una elegante extorsión judicial. Parecía jueza chilena.
Un hombre correcto sufre más en prisión que un delincuente. Y su familia también. La señora del brigadier Willecke enfermó gravemente después de la prisión injusta de su marido. Ella estaba en el Hospital Naval. Él pidió acompañarla en sus últimos momentos. Gendarmería lo autorizó, siempre que fuera esposado y rodeado de gendarmes. Pero los marinos tienen dignidad y, cuando llegó al Hospital Naval en esas condiciones, les dijeron a los gendarmes que no aceptarían el ingreso del brigadier esposado y rodeado de ellos y sólo admitieron que uno lo acompañara, sin llevar esposas el brigadier. Acompañó a su mujer en sus últimos momentos. Posteriormente pidió autorización para asistir a sus funerales. Le fue denegada. Yo pienso que ninguno de los anteriores gobiernos de la Concertación le habría hecho esto, pero el V sí lo hace.
Días atrás el brigadier tuvo que ir al Hospital Militar por una afección. De nuevo fue rodeado de gendarmes y esposado. Pero el "nuevo Ejército" no tiene la misma entereza que la Armada de siempre. Permitieron que el alto oficial tuviera que ingresar y circular esposado y rodeado de gendarmes, sin autorización para hablar con ninguno de los conocidos que se le acercaron a manifestarle su aprecio. "Son órdenes superiores", dijeron los gendarmes. El Director de Gendarmería se llama Juan Masferrer, hijo del diputado UDI del mismo nombre. La UDI, por ése y otros motivos, puede irse olvidando de los votos de la "familia militar". Y, desde luego, del mío.
Mientras esto le sucedía al brigadier, las mujeres de extrema izquierda eran atentamente recibidas por el ministro de Defensa y le manifestaban su exigencia de que removiera al jefe del Estado Mayor del Ejército por haberse desempeñado entre 1979 y 1981 en la CNI, situación que, además de a ellas, tiene "incómodo" al ministro del Interior. Más incómodo habría estado si una bomba terrorista lo hubiera alcanzado en el metro, de esas que instalaban el FPMR y el MIR y que la labor de la CNI seguramente impidió que se multiplicaran.
Todas estas situaciones se las ha representado un oficial en retiro al Presidente en una carta que se ha publicado en el diario digital "Chile Informa".
Otro oficial y caballero, el brigadier Miguel Krassnoff, de ascendencia rusa, cuya vida fue materia de un libro de la escritora Gisela Silva Encina ("Miguel Krassnoff, preso por servir a Chile") ha tenido la satisfacción de que ese libro haya sido traducido al ruso y presentado en dos instituciones en Moscú, a raíz de lo cual la estación Televisión Estatal I de esa ciudad ha manifestado el deseo de entrevistarlo y ha solicitado la autorización para ello de Gendarmería. Todavía la televisión rusa está esperando. Tal vez se le responda que sí, pero siempre que el oficial esté esposado y rodeado de gendarmes, "por orden superior".
El superior de ese superior, que pidió y obtuvo los votos de la "familia militar", sin los cuales no habría sido elegido, olvidó sus promesas y ha tratado a los presos políticos uniformados peor que los gobiernos que lo antecedieron. Mientras él viaja a todo lujo, los que se sacrificaron por salvar a Chile, incluyéndolo a él y a muchos otros malagradecidos, de la amenaza terrorista y totalitaria, viven y sufren los vejámenes con que se agrava su privación de libertad por razones políticas. Además de la falta de agradecimiento, nuestro Presidente sigue dando muestras de su desatino: pretende entrevistarse con el primer ministro Berlusconi, tras haberle declarado a un diario romano que éste se diferencia de él en que,dice de sí mismo, "soy un hombre de principios y valores", expresando implícitamente que Berlusconi no lo es. Toda una ofensa.
Si al lìder italiano le resta un atisbo de dignidad, no debería recibirlo. Y si los uniformados en retiro hubieran sabido cómo se iba a olvidar de las promesas que les hizo, tampoco lo habrían recibido cuando fue a formulárselas para conseguir sus votos y así ser elegido.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce

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