jueves, 31 de marzo de 2011

Diputado Melero: “Contreras o Corbalán no

DE CHILE INFORMA EDICIÓN Nº 671


Diputado Melero: “Contreras o Corbalán no pueden salir por ningún motivo”

En google aparecen destacadas unas declaraciones que hizo ayer a Radio Universidad de Chile, una emisora donde sus periodistas son marcadamente de izquierda, el diputado UDI y nuevo presidente de la Corporación, Patricio Melero Abaroa. El diputado – supuestamente del ala derechista de la Alianza señaló en el programa “El Megáfono” de Radio Universidad de Chile, que la iniciativa del indulto no puede ser excluyente de ningún grupo. Pero, tras eso, se retrucó al afirmar que en algunos casos no se puede aplicar el acuerdo por tratarse de personajes que fueron el símbolo de la represión y estar vinculados a delitos contra la humanidad. Para Melero “si se establece un régimen de salida por razones de edad o enfermedad, no debe haber discriminación de civiles o militares’’.

Enseguida acoto: “Pero el general Contreras o Álvaro Corbalán no pueden salir por ningún motivo”. El legislador de la UDI admitió que en el fondo lo que busca el Gobierno con la propuesta es disminuir el hacinamiento que se vive en las cárceles del país, beneficiando a unas 10 mil personas que hoy están privadas de libertad, especialmente por el no pago de multas y delitos menores. Por su parte, el vicepresidente del Senado, Juan Pablo Letelier, recordó que si el objetivo es beneficiar a condenados por crímenes de lesa humanidad, el Presidente Sebastián Piñera tiene la facultad de hacerlo cuando lo estime necesario ya que en ese caso es una facultad privativa de su cargo. El senador subrayó que “si el Presidente de la República quiere indultar a Odlanier Mena, que lo haga, pero es una decisión política de él que el Congreso no se hará parte. Es un tema que el Parlamento no se hará cargo y no legislará”. El senador socialista no deja de tener razón. Los indultos son una facultad privativa del Presidente de la República y éste debe asumir la responsabilidad política de su decisión y no endosarla al Poder Legislativo, por la vista de enviar un proyecto de ley sobre una facultad que le es propia.

A varios honorables de hoy se les olvidó que antes vivían en función del Gobierno Militar








Las declaraciones de Melero hacen recordar un viejo dicho campesino: a la vaca se le olvido que fue ternero. Melero El hoy presidente de la Cámara de Diputados, allá por los años 1974, 1975 y 1976 era de esos pollitos que piaban, en materia política, alrededor del gobierno militar. Patricio Melero no era conocido a nivel de opinión pública. El, al igual que otros jóvenes de buena familia, estudiantes de enseñanza media o universitaria, que tenían ambiciones políticos, se acercaron a las autoridades del nuevo gobierno. No tenían entonces la arrogancia de ahora, eran sumisos. Pidieron a los uniformados que les dieran una “manito’’. Querían hacer política, pero sin problemas, y más encima recibiendo ayuda, financiamiento para hacerlo. En esos años, era director de Organizaciones Civiles, un organismo del gobierno militar, el coronel Sergio Badiola Broberg, quien posteriormente sería general y ministro secretario general de gobierno. Badiola, actuando como hada madrina albergó a estos jóvenes. En esos años, el poder Ejecutivo, debido al bombardeo de La Moneda, funcionaba en el edificio Diego Portales. Profitando del Estado en el inmueble de calle Villavicencio ¿se acuerdan? A los pies de ese edificio, por detrás, hay una calle corta de unos 250 metros de extensión, aún existe, se llama Villavicencio, y en ella (en su lado sur) había una casa grande, una casona colonial, hermosa que quedó desocupada, y el gobierno militar la adquirió. Allí instaló una oficina de Correos, llamada precisamente “Diego Portales’’, por estar al lado de la sede de gobierno y atender el despacho de la correspondencia del gobierno. Pero como la mansión estaba desocupada, ahí instalaron a los jóvenes incondicionales del nuevo gobierno, a los que soñaban con política y con hacer política. Por de pronto, los jóvenes recibieron la casa gratis sin pagar un peso por arriendo, por contribuciones, por mantenerla. Por nada. Hasta el aseo se los hacía personal del edificio Portales, es decir, pagado por el estado de Chile. Disponían de mobiliario, de útiles de oficina, de secretarias, de auxiliares. Todo nuevo, flamante, comprado especialmente para ellos. Y todo gratis. Hasta el café, el té, el azúcar, la toalla nova y el papel confort se lo obsequiaban. Eso y no otra cosa, era la secretaría de la juventud, dependiente de la DOC, Dirección de Organizaciones Civiles y, más arriba, del Ministerio de la Secretaría General de Gobierno. Cerca de un centenar de jóvenes pasaba por esa casa, visitando el edificio Portales y tratando de ver, y ojalá alternar, con alguna autoridad de gobierno. En esos años, se entraba exclusivamente por calle Villavicencio y todos los reporteros que íbamos a cubrir las noticias de gobierno, veíamos a los jóvenes de la secretarían. Les gustaba asomarse a los balcones, a disfrutar el sol del mediodía, charlando, fumando, holgazaneando. Por ahí vimos a jóvenes como Carlos Bombal, Ignacio Astete, Luis Cordero y sus hermanos, Andrés Chadwick, Juan Antonio Coloma, Pablo Longueira, entre varios otros. Otro de los asiduos era uno llamado Patricio Melero, en esos años con bastantes kilos menos que ahora.


El día de la Juventud, el juramento de los 77 en el cerro Chacarillas:



promesas olvidadas Después, para ganar protagonismo dentro del gobierno –que en verdad tenían poco- desarrollaron la idea de celebrar el 9 y 10 de julio, día de la batalla de la Concepción, como el día de la Juventud. Y en ese tiempo, año tras año, 77 jóvenes juraban a la bandera y a los principios del gobierno militar, hasta dar la vida por la bandera y por el gobierno. El Mercurio publicaba cada año los nombres de los 77 jóvenes que juraban. Resultaría un ejercicio muy interesante revisar esos nombres durante ese período anualmente y darlos a conocer. A muchos se les debiera caer la cara de vergüenza, pero por mal agradecidos, por desleales. Al paso del tiempo, lo fueron agrandando y la ceremonia la hacían en la noche, hablaban de una “vigilia’’ y la desarrollaban en el cerro Chacarillas, en Santiago. Algunos años lograron que fuera a visitarles al lugar del encuentro el Presidente Pinochet y esposa. Fuera de eso, y pagado por el Estado de Chile por cierto, en verano idearon unos seminarios que efectuaban, a modo de veraneo, hacia el lado de Rocas de Santo Domingo. Y disfrutaban del traslado y la estada gratis. Más contentos se pusieron aún cuando el Presidente creo un organismo asesor del gobernante, que presidió don Beltrán Urenda Zegers, y que estuvo integrado por 99 personas… Representaban ellas tres estamentos, el laboral, el empresarial y el gubernamental. Dentro de los 33 en representación del gobierno, el general Pinochet nombró a un miembro de la secretaría de la Juventud. Ese joven fue el representante de los jóvenes en el llamado “Consejo de Estado’’. Su nombre, Juan Antonio Coloma. La pugna por las alcaldías “designadas’’ Posteriormente, ya más creciditos, a partir de 1980, les fue creciendo el pelo y quisieron ser alcaldes. Pero en esos años, no eran elegidos, sino “designados’’, lo que no les producía ningún asco. Muy por el contrario. Los esfuerzos por lograr la “designación’’ eran muy sabrosos. Es difícil encontrar hoy un diputado o senador de la Alianza que antes del 90 no haya sido alcalde. Don Patricio Melero fue uno de ellos, “designado’’, en la zona poniente de Santiago, en el mismo distrito donde se quedó y donde está ahora en el parlamento. Pero a muchos se les olvidó. Otro de apellido Longueira era más cotizado por el gobernante. El joven entonces no mostraba mal carácter, su gran preocupación era tratar de caer bien al oficialismo y que lo subieran al avión presidencial en las giras del gobernante a regiones. De todos ellos, a lo menos el 90 %, con la posibilidad que el porcentaje sea mayor, ahora si te he visto no me acuerdo. Esos jóvenes, fueron después los gremialistas y más tarde, los dirigentes que dieron vida a la UDI. El partido más cercano al gobierno militar en sus comienzos, pero después se fue alejando, gradualmente, por conveniencias. El honorable Melero pontifica hoy que un general y un teniente coronel no podrían recibir un indulto.

¿Se acordará el diputado de sus años en la secretaría de la juventud cuando lamían botas? --


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