viernes, 18 de marzo de 2011

Ejemplo de dignidad de la Armada



Los Mandos de las Instituciones Armadas, a veces se olvidan que
siempre están siendo observados y calificados por sus propios
miembros,"cuando no defienden la dignidad del personal en retiro y en
servicio activo".

Desagradecimiento y Desatino

El brigadier Cristoph Willecke es un hombre muy correcto y un perfecto
caballero. Hoy es un preso político, porque legalmente no podría estar
privado de libertad, pero lo está por razones políticas. Le han
atribuido responsabilidad en el caso Prats, en que no tuvo ninguna.
Cuando la jueza María Servini de Cubría, que investigó el atentado en
Argentina, vino a Chile a interrogarlo, el brigadier le dijo que era
por completo ajeno al caso y no podía aportarle antecedente alguno.
¿Saben qué le contestó la jueza? (me lo reveló el propio Willecke):
"Si yo sé que usted no tuvo nada que ver, pero yo quiero que usted me
cuente todo sobre la DINA".
Una elegante extorsión judicial. Parecía jueza chilena.
Un hombre correcto sufre más en prisión que un delincuente. Y su
familia también. La señora del brigadier Willecke enfermó gravemente
después de la prisión injusta de su marido. Ella estaba en el Hospital
Naval. Él pidió acompañarla en sus últimos momentos. Gendarmería lo
autorizó, siempre que fuera esposado y rodeado de gendarmes. Pero los
marinos tienen dignidad y, cuando llegó al Hospital Naval en esas
condiciones, les dijeron a los gendarmes que no aceptarían el ingreso
del brigadier esposado y rodeado de ellos y sólo admitieron que uno lo
acompañara, sin llevar esposas el brigadier. Acompañó a su mujer en
sus últimos momentos. Posteriormente pidió autorización para asistir a
sus funerales. Le fue denegada. Yo pienso que ninguno de los
anteriores gobiernos de la Concertación le habría hecho esto, pero el
sí lo hace.
Días atrás el brigadier tuvo que ir al Hospital Militar por una
afección. De nuevo fue rodeado de gendarmes y esposado. Pero el "nuevo
Ejército" no tiene la misma entereza que la Armada de siempre.
Permitieron que el alto oficial tuviera que ingresar y circular
esposado y rodeado de gendarmes, sin autorización para hablar con
ninguno de los conocidos que se le acercaron a manifestarle su
aprecio. "Son órdenes superiores", dijeron los gendarmes. El Director
de Gendarmería se llama Juan Masferrer, hijo del diputado UDI del
mismo nombre. La UDI, por ése y otros motivos, puede irse olvidando de
los votos de la "familia militar". Y, desde luego, del mío.
Mientras esto le sucedía al brigadier, las mujeres de extrema
izquierda eran atentamente recibidas por el ministro de Defensa y le
manifestaban su exigencia de que removiera al jefe del Estado Mayor
del Ejército por haberse desempeñado entre 1979 y 1981 en la CNI,
situación que, además de a ellas, tiene "incómodo" al ministro del
Interior. Más incómodo habría estado si una bomba terrorista lo
hubiera alcanzado en el metro, de esas que instalaban el FPMR y el MIR
y que la labor de la CNI seguramente impidió que se multiplicaran.
Todas estas situaciones se las ha representado un oficial en retiro al
Presidente en una carta que se ha publicado en el diario digital
"Chile Informa".
Otro oficial y caballero, el brigadier Miguel Krassnoff, de
ascendencia rusa, cuya vida fue materia de un libro de la escritora
Gisela Silva Encina ("Miguel Krassnoff, preso por servir a Chile") ha
tenido la satisfacción de que ese libro haya sido traducido al ruso y
presentado en dos instituciones en Moscú, a raíz de lo cual la
estación Televisión Estatal I de esa ciudad ha manifestado el deseo de
entrevistarlo y ha solicitado la autorización para ello de
Gendarmería. Todavía la televisión rusa está esperando. Tal vez se le
responda que sí, pero siempre que el oficial esté esposado y rodeado
de gendarmes, "por orden superior".
El superior de ese superior, que pidió y obtuvo los votos de la
"familia militar", sin los cuales no habría sido elegido, olvidó sus
promesas y ha tratado a los presos políticos uniformados peor que los
gobiernos que lo antecedieron. Mientras él viaja a todo lujo, los que
se sacrificaron por salvar a Chile, incluyéndolo a él y a muchos otros
malagradecidos, de la amenaza terrorista y totalitaria, viven y sufren
los vejámenes con que se agrava su privación de libertad por razones
políticas. Además de la falta de agradecimiento, nuestro Presidente
sigue dando muestras de su desatino: pretende entrevistarse con el
primer ministro Berlusconi, tras haberle declarado a un diario romano
que éste se diferencia de él en que,dice de sí mismo, "soy un hombre
de principios y valores", expresando implícitamente que Berlusconi no
lo es. Toda una ofensa.
Si al lìder italiano le resta un atisbo de dignidad, no debería
recibirlo. Y si los uniformados en retiro hubieran sabido cómo se iba
a olvidar de las promesas que les hizo, tampoco lo habrían recibido
cuando fue a formulárselas para conseguir sus votos y así ser elegido.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce




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