domingo, 10 de abril de 2011

AUTORIDAD


El Gobierno del Presidente Sebastián Piñera sin duda ha resultado más decente que los cuatro que lo precedieron, y esto en todos los aspectos. Pero esta cualidad no regocija a sus partidarios en demasía, ya que con el correr del tiempo afloró un notorio defecto en el Presidente, el menos esperado por quienes aspiraban a una opción de cambio, limpieza, transparencia, justicia.



Es primordial en cualquier nación que un Primer Mandatario, respetando leyes e institucionalidad, esté permanentemente enaltecido de AUTORIDAD, concepto fundamental para el éxito. Y si no lo tiene, o si lo pierde… ya nada sirve.



Cuando los chilenos abrumados de la inmoralidad de la concertación optaron por el Presidente Piñera, lo hicieron por varios aspectos. Primero por el cambio, nunca antes tan necesitado para el bien del país; también por el programa y las promesas del candidato; y finalmente, porque la capacidad innata de éste, mostraba el mejor augurio a un pueblo pisoteado por veinte años de desvergüenzas y arbitrariedades.



Entonces resulta difícil comprender como el Presidente de la “esperanza”, en poco más de un año haya perdido la virtud de la “AUTORIDAD”, transformándose en un simple lego de los mismos inmorales de desbancaron al país, de los que tienen la menor estatura moral para opinar, de los que nunca cumplieron promesa alguna, de los que hicieron uso y abuso del estamento fiscal en beneficio propio, de los que destruyeron (y no por primera vez) la conciencia nacional, de los que tras una veintena de bajezas entregaron un país desmoralizado, un pueblo desunido, lleno de odiosidades.



Los chilenos tenemos todo el derecho de exigir al Presidente que actúe con AUTORIDAD, especialmente los que confiaron el él y sus promesas. No es posible que el Presidente ante cualquier resolución se olvide de su pueblo y se someta a la venia inmoral de sus opositores.



El Presidente prometió justicia, y la justicia aun no conoce nada de la administración corrupta de la concertación. Los chilenos tenemos el derecho de exigir que se investiguen todas las desvergüenzas cometidas y que se recuperen los recursos fiscales dilapidados por esas sucias hordas de rufianes, los que hoy desde el Parlamento construyen los más deleznables obstáculos a la labor del ejecutivo, y ante quienes el Presidente, se rinde como si ellos tuvieran algo de estatura ética.



Sería irrisorio nombrar los cientos de casos de corrupción y los miles de millones de dólares muy bien guardados en bolsillos concertacionistas, no terminaríamos nunca. Pero vale la pena recordar que el Presidente Piñera negó repetidamente audiencia a un funcionario público que pretendía destapar con pruebas fehacientes, el desfalco más archi millonario de la historia de CODELCO. ¿A quien quiere proteger el Presidente?



El Presidente prometió un cambio, pero se encerró en La Moneda mientras sus opositores envalentonados con la falacia y la mentira (que manejan muy bien), se adueñaron de la política chilena, y lo que es peor, acapararon para ellos todas las redes comunicacionales, manteniendo al Presidente atrapado e imposibilitado de gobernar como es debido. Y esto ante los ojos incrédulos de un país cada día más hastiado de la política.



Solo como ejemplo, el Presidente cedió a sacar del escenario político a una distinguida Intendente Regional, una persona que no cometió ilícito alguno. Una mujer profesional que como Alcaldesa e Intendente mostró verdadero valor y dotes de capacidad. Pero sin embargo la mentira y el odio de sus opositores lograron su objetivo... sacarla de la arena política, todo porque electoralmente para ellos era incómoda… como también para algunos derechistas.



El Presidente prometió a los Uniformados chilenos (vilmente perseguidos por la concertación), algo muy sencillo y gratuito, exigir que el Poder Judicial en Chile administre “JUSTICIA IGUAL PARA TODOS”. Pero sin embargo en un año no solo dejó de cumplir su promesa por temor a la oposición, sino que acrecentó el problema con la complicidad de sus Ministros del Interior, Justicia y Defensa, sumiendo al mundo militar chileno en el peor de los caos seudo judiciales, abusando del concepto de “no deliberación” a tal extremo, que se transformó a las Fuerzas Armadas y Carabineros en una legión sitiada, esclava y prisionera de su propia misión constitucional. Mientras sus adversarios, los enemigos del Chile libre, el terrorismo marxista, que trajo a Chile sangre y dolor, gozan de libertad y de todos los beneficios que la ley contempla.



Solo recordemos que el Gobierno que prometió justicia a los Uniformados, se hizo parte en la aberración judicial más teatral conocida en Chile, la que pretende disfrazar de asesinato la peritonitis que terminó con la vida de Frei Montalva. Y a través de la cual la familia Frei, encarcelando a inocentes Militares, busca que los chilenos le paguen millonarias indemnizaciones. ¿Cómo es posible que el Presidente avale a estos rufianes?



El tiempo pasa muy rápido, el Presidente ya cumplió su anhelada meta de ser gobernante de Chile, pero hay que actuar con seriedad, el ego muchas veces hay que guardarlo. El señor Presidente Piñera tiene la obligación histórica de cumplir todas y cada una de sus promesas, para eso debe observar a sus partidarios, especialmente a los que confiaron en su palabra para solucionar sus problemas: Y con valentía debe ser indiferente a sus opositores (o enemigos, porque así es como actúan), y si ellos pretenden crear un clima de ingobernabilidad, la obligación del Presidente buscando el bien de Chile, precisamente es GOBERNAR CON AUTORIDAD, nuestra Constitución Política lo faculta ampliamente para eso… Y para eso fue elegido.



Debe entender el Presidente que la concertación es un conglomerado lleno de inmundos y nauseabundos vicios, sus integrantes son las peores larvas inmorales; su obligación como Gobernante es desenmascararlos, para que el mundo sepa quienes son. Y lo principal, debe dedicar todo su tiempo y esfuerzos a solucionar los problemas de los chilenos y cumplir todas sus promesas.



Alejandro Russell O'Kuinghttonss

1 comentario:

Roberto Finat Díaz dijo...

No entiende ni una palabra de la maldad politiquera. Piñera es otro verdufo mandado por los mismos poderes siniestros e internacionalistas a someter a Chile. A quebrar su espíritu de independencia y libertad. A quebrar a su clase media y envilecer a los pobres con el asistencialismo.
Los prisioneros que les mantienen rehenes a los militares, especialmente a los militares, si bien es una afrenta a Chile, siguen siendo esposados si lo aceptan para ir al hospital militar.
¿Decente?, Sr. coronel retirado, por favor sea consecuente, Ud. está ucho más afrentado por Piñera, Bulnes y el resto que yo que soy civil, pero yo y muchos otros estamos enfadados severamente por la injuria. Ud. si lo medita, verá que Ud. está afrentado de muerte, y que uno no encuentra "más decente" a un opresor de soldados, la mayoría ya viejos.
Muchas gracias si es que lee estas letras,
Roberto Finat