lunes, 11 de abril de 2011

LAS CLAVES QUE EXPLICAN EL TRIUNFO DE HUMALA



Distanciamiento de Chávez y apoyo en provincias del sur andino explican triunfo del líder nacionalista
Humala sostiene que dejó atrás su pasado, por lo que ha intentado imitar el estilo de Lula da Silva.
por F.Fuentes/A.Tapia
La Tercera

En enero pasado tenía menos de un 10% de apoyo y los analistas políticos no lo tomaban en cuenta al hablar de las elecciones peruanas. En aquel entonces las cosas no andaban bien en la campaña de Ollanta Humala y parecía difícil que lograra repuntar, al punto de que su candidatura estuvo a punto de esfumarse. Sin embargo, y tal como ha sucedido con otros candidatos en las elecciones de los últimos 21 años en Perú, el líder nacionalista logró repuntar en la recta final de la contienda y terminó ganando los comicios. Humala reeditó así el triunfo que obtuvo en la primera vuelta de 2006, cuando logró el 30,6%. Si bien para segunda vuelta el ex militar enfrenta un escenario difícil, el escenario de hace cinco años ha cambiado, ya que ahora muestra un discurso más moderado.

Lo primero que hizo el candidato del Partido Nacionalista Peruano en la campaña presidencial fue tomar distancia de Hugo Chávez. En 2006 y también durante la recta final de la campaña 2011, sus detractores y rivales políticos intentaron vincular su proyecto de gobierno con el chavismo como una estrategia para restarle votos. En Perú, la figura del Presidente venezolano es sumamente resistida. En ese sentido, sus opositores insistieron en el mensaje de que Humala pretende crear una Venezuela en Perú. Pero, a diferencia de las elecciones pasadas, esta vez el "fantasma" de Chávez no tuvo mayores efectos e incluso Humala le pidió al líder venezolano que no opinara sobre la elección peruana.

Humala se acercó a la figura de Luiz Inácio Lula da Silva e intentó imitar la campaña del ex Presidente brasileño de 2002. De esta manera, no sólo se puso terno y corbata, sino que suavizó su discurso para cambiar su imagen de radical. Incluso, en la pasada contienda el ex uniformado llegó a decir que "no soy de izquierda", sino que un nacionalista que "representa particularmente a los de abajo". En el marco de esta estrategia, Humala también suavizó sus posturas antichilenas. "Acataremos la resolución de La Haya y esperamos tener una buena resolución con Chile", le dijo a este diario. En todo caso, consciente de que el tema de Chile le genera votos entre parte de su electorado, también le pidió a Sebastián Piñera no inmiscuirse en los comicios peruanos.

"No soy el mismo de 2006. He madurado", afirmó a La Tercera durante la contienda, aunque algunos analistas dudan de que la moderación del candidato nacionalista sea real y no una mera estrategia política. Al mismo tiempo, Humala prometió que no estatizará las empresas y rechazó ataques a la prensa, dos posturas mauy distintas a lo que planteaba hace cinco años. Incluso, durante la contienda prometió extender puentes a otros sectores para garantizar la gobernabilidad del país.

Las propuestas de Humala han obtenido gran eco especialmente entre los millones de peruanos que no han obtenido mayores beneficios en el marco del elogiado crecimiento económico que ha tenido el país en los últimos años. Especialmente, en las empobrecidas provincias del sudeste peruano. De hecho, el líder nacionalista no ha olvidado sus promesas de redistribución de la riqueza y de una mayor justicia social. En ese sentido, además de los votantes antisistema, los humalistas -principalmente hombres del sector andino del sur-, han vuelto a confiar en el "Comandante" como la figura que les garantizará sus derechos.

En enero pasado tenía menos de un 10% de apoyo y los analistas políticos no lo tomaban en cuenta al hablar de las elecciones peruanas. En aquel entonces las cosas no andaban bien en la campaña de Ollanta Humala y parecía difícil que lograra repuntar, al punto de que su candidatura estuvo a punto de esfumarse. Sin embargo, y tal como ha sucedido con otros candidatos en las elecciones de los últimos 21 años en Perú, el líder nacionalista logró repuntar en la recta final de la contienda y terminó ganando los comicios. Humala reeditó así el triunfo que obtuvo en la primera vuelta de 2006, cuando logró el 30,6%. Si bien para segunda vuelta el ex militar enfrenta un escenario difícil, el panorama de hace cinco años ha cambiado, ya que ahora muestra un discurso más moderado.

Lo primero que hizo el candidato del Partido Nacionalista Peruano en la campaña presidencial fue tomar distancia de Hugo Chávez. En 2006 y también durante la recta final de la campaña 2011, sus detractores y rivales políticos intentaron vincular su proyecto de gobierno con el chavismo como una estrategia para restarle votos. En Perú, la figura del Presidente venezolano es sumamente resistida. En ese sentido, sus opositores insistieron en el mensaje de que Humala pretende crear una Venezuela en Perú. Pero, a diferencia de las elecciones pasadas, esta vez el "fantasma" de Chávez no tuvo mayores efectos e incluso Humala le pidió al líder venezolano que no opinara sobre la elección peruana.

Humala se acercó a la figura de Luiz Inácio Lula da Silva e intentó imitar la campaña del ex Presidente brasileño de 2002. De esta manera, no sólo se puso terno y corbata, sino que suavizó su discurso para cambiar su imagen de radical. Incluso, en la pasada contienda el ex uniformado llegó a decir que "no soy de izquierda", sino que un nacionalista que "representa particularmente a los de abajo". En el marco de esta estrategia, Humala también suavizó sus posturas antichilenas. "Acataremos la resolución de La Haya y esperamos tener una buena resolución con Chile", le dijo a este diario. En todo caso, consciente de que el tema de Chile le genera votos entre parte de su electorado, también le pidió a Sebastián Piñera no inmiscuirse en los comicios peruanos.

"No soy el mismo de 2006. He madurado", afirmó a La Tercera durante la contienda, aunque algunos analistas dudan de que la moderación del candidato nacionalista sea real y no una mera estrategia política. Al mismo tiempo, Humala prometió que no estatizará las empresas y rechazó ataques a la prensa, dos posturas muy distintas a lo que planteaba hace cinco años. Incluso, durante la contienda prometió extender puentes a otros sectores para garantizar la gobernabilidad del país.

Las propuestas de Humala han obtenido gran eco, especialmente entre los millones de peruanos que no han obtenido mayores beneficios en el marco del elogiado crecimiento económico que ha tenido el país en los últimos años. Especialmente, en las empobrecidas provincias del sudeste peruano. De hecho, el líder nacionalista no ha olvidado sus promesas de redistribución de la riqueza y de una mayor justicia social. En ese sentido, además de los votantes antisistema, los humalistas -principalmente hombres del sector andino del sur-, han vuelto a confiar en el "Comandante" como la figura que les garantizará sus derechos.


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