¿SE REPITE LA HISTORIA?

Durante el calvario nacional de la unidad popular, un pestilente marxista que era Gobernador de Puente Alto, llegó al Regimiento del lugar a presidir una ceremonia vestido ordinariamente, sin chaqueta ni corbata, solo con una polera. En la ocasión el Comandante del Regimiento lo echó a la calle, le dijo que su gente lucía sus mejores galas y no le rendirían honores a ordinario vestido así.

Ese Comandante de Regimiento con el tiempo llegó a ser el distinguido General don Carol Urzúa Ibáñez, el mismo que fuera asesinado vilmente por el terrorismo de izquierda.

Una actividad militar, sea ceremonia protocolar o de cualquier tipo, donde asista una autoridad, obliga al comandante a presentar su Unidad en forma brillante, con sus mejores tenidas y con destacada gallardía y disciplina, así son los Militares chilenos, los de todas las Instituciones uniformadas.

La actitud que antaño tuviera el General Urzúa con esa grosera autoridad fue digna, sus hombres no tenían porque rendir honores de reglamento a un insolente.

Pero curiosamente hoy, en nuestro “añorado” gobierno de derecha, las Fuerzas Armadas nuevamente están siendo vilipendiadas y despreciadas por una autoridad política, y nada menos que por el Ministro de Defensa Nacional, el señor Allamand, quien en repetidas oportunidades se ha presentado desastrada y andrajosamente a distintas Unidades Militares, viéndose obligados muchos distinguidos Comandantes a rendirle los honores de reglamento con sus tropas engalanadas dignamente, como se supone que la ocasión amerita.

¿Qué le ocurriría hoy a un Comandante si tuviera la digna y aplaudida reacción del señor General Urzúa?

Alejandro Russell O’Kuinghttonss