martes, 5 de julio de 2011

CARTA DE LOS ESTUDIANTES A LOS MILITARES



FRENTE INSTITUCIONAL MILITAR

frentemil2@gmail.com



Caracas, 05 de julio de 2011



BOLETIN DE NOTICIAS Nro. 178

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Nosotros estudiantes, jóvenes y democráticos, conscientes de nuestros derechos civiles y conocedores del proceso histórico venezolano, en el simbólico marco del Bicentenario de la Independencia de Venezuela, nos sentimos en la obligación de denunciar ante el país la flagrante violación de preceptos constitucionales que son fundamentales para la pacífica convivencia ciudadana y la preservación de la soberanía nacional, que tanto costó alcanzar a nuestros próceres independentistas. La nueva Carta Magna de la República Bolivariana de Venezuela, producto del proceso constituyente del año 1999, en su artículo 328, define a la Fuerza Armada Nacional como una institución "…esencialmente profesional, sin militancia política…", estableciéndose de forma clara y precisa que "…en el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación, y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna…". Este rol institucional y no deliberante de los militares también fue establecido en la Constitución de 1961, que la precedió, como reacción obligada contra la oprobiosa dictadura Perez-Jimenista, a partir de la cual los venezolanos iniciamos el ciclo más prolongado de nuestra vida republicana, constituido por gobiernos civiles electos democráticamente. Pensábamos que atrás habían quedado ya las tiranías, surgidas de la ambición, de las montoneras, del personalismo mesiánico, del ultraje y la brutalidad; que la soberanía había pasado, ahora sí para siempre, a manos del ciudadano y que las Fuerzas Armadas asumirían el papel de garantes de la democracia, de la unidad de la Nación y de la independencia de cualquier régimen o gobierno extranjero. Las fuerzas castrenses habían dejado en el pasado la condición de montoneras al servicio del mandatario de turno. Pero hoy, es público y notorio el modo perverso mediante el cual se le pretende imponer a la Fuerza Armada Nacional una antidemocrática disciplina política, violentando sin empacho el Articulo 328 de la Constitución, y cuyo contenido es contrario a los valores del Estado Democrático y de Justicia, que se imponen por mandato del artículo 3 de la Constitución, a saber, "…la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político". Para triste remoquete ha quedado el lema “….dentro de la Constitución, todo. Fuera de ella, nada…”, tan cacareado hace apenas unos años por quien hoy ha sido prácticamente secuestrado por una Nación extranjera, al punto de llamar a esa Nación “la Patria Grande”, cosa que no encuentra respaldo en ninguna norma constitucional y menos aún en nuestra tradición Republicana, comprometiendo así nuestra independencia y vejando el sentir más hondo del pueblo venezolano. Sabemos que en los distintos componentes militares de la República conviven miles de jóvenes que han asumido voluntariamente el compromiso de defender la integridad de la Nación, y de garantizar a todos por igual la convivencia y la paz de Venezuela. Ninguno de ellos juró asumir la opción de la Patria Socialista y mucho menos, la Muerte. Por el contrario, todos hicieron suyo el compromiso de defender las instituciones Republicanas y el orden jurídico, que reflejan los valores de la Patria, principalmente, la Libertad y la Vida. Ninguno juró entregarse a un eslogan absolutamente contrario a los valores patrios y a nuestras gestas heroicas, llenas de propósitos de hermandad. Hoy se les pretenden obligar a la ideologización más perversa, contraria al espíritu libertario que ha marcado siempre nuestro devenir como pueblo. Las armas que ustedes detentan son las armas de todos los ciudadanos. Estas armas deben ser instrumento de confianza, y garantía de libertad. Los militares venezolanos deben ser los hombres y mujeres armados al servicio de la Nación y no de un proyecto político o secta anacrónica, ajena a la solidaria venezolanidad. Venezuela vive hoy un crítico momento en el que corremos el peligro de regresar a tiempos de barbarie y graves confrontaciones. Por ello, los estudiantes hemos asumido el compromiso de "Estudiar, Luchar y Amar". Esa lucha pacífica y democrática pretende, en esta hora difícil, lograr el restablecimiento del Estado de Derecho. Nuestros padres crecieron en la cultura de la libertad y eso nos inculcaron, por tanto, somos extraños a la acción artera o a estimular las conspiraciones cuartelarías que tanto daño infligieron a nuestra patria y que han sembrado de muerte, persecución y exilio a otras generaciones de venezolanos, que aspiraban a vivir en un país digno y soberano. Somos seres formados en el amor al prójimo, fieles al legado de dignidad que nos legaron los hacedores de la patria, convencidos de que la soberanía se construye y garantiza creando y no destruyendo, procurando el desarrollo en todos los órdenes, de manera auténtica, conviviendo hermanados y no entregados a las más penosas formas de sumisión a poderes grupales internos o a fuerzas de otras latitudes. Nuestro llamado va dirigido a la conciencia de cada uno de ustedes, a quienes integran nuestra Fuerza Armada Nacional. Tenemos el derecho y el deber de hablarles de manera abierta y libre, porque no lleva nuestra palabra la semilla del odio y la división, y porque creemos que el mundo civil tiene derecho legítimo de exponer limpiamente sus ideas a los soldados que forman parte de ésta, nuestra Nación, a la que nadie puede obligarnos a renunciar. Estas palabras tienen por objeto formular una alerta ante las numerosas intervenciones públicas en las que el Presidente amenaza, con la fuerza militar, a los jóvenes venezolanos y a la sociedad civil, cuando estas exigen, pacíficamente, el respeto a sus derechos ciudadanos. Estas palabras tienen por finalidad dejar en la conciencia de todos, que Venezuela no es un feudo que a su antojo maneja una suerte de monarca que mancilla, con su convicción de lacerante dueño y señor. Venezuela es, por decisión de su glorioso y bravo pueblo, por su historia, por sus Libertadores, por su sentimiento profundo, una REPÚBLICA LIBRE E INDEPENDIENTE. Estas palabras tienen igualmente el propósito de convocar a los integrantes de la Fuerza Armadas a participar en la unidad espiritual de la nación, a conquistar una nueva sociedad, capaz de superar el triste momento que hoy vivimos y a dejar atrás, de manera definitiva, los factores negativos que impidieron en el pasado la construcción de una democracia plena, digna de la vocación libertaria del pueblo venezolano.


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