sábado, 16 de julio de 2011

Cuestan el doble las casas de las Madres




Capitanich recibió ayer en Chaco a un grupo de diputados nacionales. / Gentileza Diario Norte

Nuevas derivaciones del escándalo de los Schoklender

Investigación de diputados en Chaco

Laura Serra
Enviada especial


RESISTENCIA.- En las afueras de esta ciudad amable y parsimoniosa se extiende el Barrio Emerenciano, peculiar no sólo por su nombre, sino por las diferencias que, a simple vista, aparecen en las dos arquitecturas que allí conviven. A la derecha se emplazan, idénticas unas a otras, las casas de revoque blanquecino, la mayoría desnuda de todo ornamento. A la izquierda, casas de ladrillo a la vista que coquetean con sus pequeños jardines en flor.

El contraste no es sólo de estilo, sino también de precio: las primeras, bautizadas aquí "las casas de Schoklender ", cuestan exactamente el doble que las tradicionales de ladrillo, siendo ambas del mismo tamaño. Los números oficiales no permiten mentir: las viviendas sociales que construyó aquí la Fundación Madres de Plaza de Mayo costaron en promedio, 158.561 pesos cada una, a razón de $ 2265 el metro cuadrado. Las casas vecinas, en cambio, costaron entre 70.000 y 80.000 pesos, es decir que cada metro cuadrado demandó $ 1029. Así lo constató una delegación de diputados nacionales de la oposición que integran la Comisión de Vivienda durante su visita, ayer, a esta ciudad.

A la polémica por la presunta estafa en que habría incurrido Sergio Schoklender, el apoderado de la fundación, se sumaron ayer las protestas que protagonizaron los trabajadores de la fundación Madres de Plaza de Mayo, que preside Hebe de Bonafini (ver aparte).

La provincia de Chaco ha sido el principal enclave de las viviendas sociales que realizó Schoklender con su peculiar sistema constructivo, a base de planchas de Telgopor sostenidas por mallas de acero entre las que se intercalan capas de concreto para afirmar la estructura. El gobernador Jorge Capitanich, que recibió ayer a los legisladores nacionales, justificó la decisión de contratar a la fundación en tres razones básicas: las cualidades técnicas del sistema constructivo, los bajos costos y la posibilidad de capacitar a un millar de trabajadores sin experiencia.

"Este es un programa de inclusión social", enfatizó Capitanich.

Por estos motivos, decidió contratar a la fundación por $ 426 millones, de los cuales la mayor parte sería girada por la Nación. El contrato exigía la construcción de 1128 viviendas, ocho hospitales y 23 puestos sanitarios. Pero el propio Capitanich admitió que, hasta ahora, sólo se emplazaron 348 viviendas, 5 hospitales y 4 puestos sanitarios. Para ello ya se desembolsó más de la mitad del monto total, $ 243 millones.

Excusa de Capitanich
Sólo para las 348 viviendas se destinaron $ 55 millones, precisó Capitanich. De aquí se infiere que cada una costó unos $ 158.000.

"¿No se hizo un análisis de los costos comparativos de las viviendas antes de contratar a la fundación?", le preguntó el presidente de la Comisión de Vivienda, el radical Hipólito Faustinelli. "Ese análisis corresponde a la Nación", se deslindó Capitanich.

El jefe del bloque de diputados radicales, Ricardo Gil Lavedra, no podía entender que una contratación de semejante envergadura se hiciera en forma directa, sin licitación pública. "La ley provincial de obra pública lo permite, al igual que la ley de emergencia sanitaria", se escudó Capitanich. "No es cierto; la ley local sólo permite esta excepción en caso de fuerza mayor, lo que aquí no se cumple. Esta contratación es ilegal", advirtió.

El diputado radical de Chaco Carlos Ullrich, por su parte, objetó que las viviendas se construyeran sin autorización de los municipios; la propia intendenta de esta ciudad, Aída Ayala, radical ella, así lo confirmó. "Ellos avasallan sin permiso", despotricó.

Los legisladores se retiraron de la reunión con el gobernador con una duda central: ¿realmente era más barato construir viviendas por medio de la fundación, como alegaba Capitanich? Esa duda quedó saldada pocas horas después, cuando dialogaron con representantes de organizaciones sociales que también construyen viviendas en Chaco.

"Nosotros construimos viviendas en Chaco, pero en serio, de ladrillo, no de juguete, no de Telgopor -enfatizó Raúl Castells, jefe del Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados-. Nuestras casas son, incluso, elogiadas por el Instituto de Vivienda provincial y cada una cuesta no más de 75.000 pesos. Aquí hubo sin duda un manejo irregular del dinero público".

Emerenciano Sena, un albañil de más de 30 años de oficio y líder del barrio que lleva su nombre -en el que conviven los dos tipos de vivienda-, también confirmó la diferencia de costos. "El problema no es el sistema constructivo, que es bueno. El problema es el ladrón que se lleva la diferencia", acusó.

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