Tiene 146 ternas por resolver, 67 de ellas desde hace más de un año, algo inusual; fuerte malestar
Paz Rodríguez Niell
LA NACION
Las vacantes judiciales se acumulan ante la pasividad del gobierno nacional, que tiene para resolver 146 ternas de jueces y hace más de ocho meses que no firma una sola designación.
Ninguno de los concursos que debe definir la presidenta Cristina Kirchner es nuevo. Todos tienen más de siete meses, y 67, más de un año, según la información oficial del Consejo de la Magistratura.
Mientras, más del 20% de los juzgados nacionales y federales no tienen juez. Con tribunales acéfalos, las causas judiciales , de por sí lentas, se atrasan aún más y se debe recurrir a soluciones de emergencia: jueces vecinos que quedan a cargo de más de un juzgado (es el caso de Norberto Oyarbide, que tiene dos desde hace más de tres años) o subrogantes, suplentes de dudosa constitucionalidad, sin las garantías de inamovilidad que prevé la Constitución para asegurar su independencia.
Hasta hace un año, la Presidenta había tardado, en promedio, tres meses en enviar al Senado cada pliego que le llegó. En la tanda que tiene ahora pendiente cuadruplicaría esa marca, incluso si eligiera hoy a todos los candidatos. Para la oposición, el Gobierno lo hace como una forma de debilitar a la Justicia. En los tribunales se interpreta, en el mejor de los casos, como una muestra de desinterés.
Las demoras causan un enorme malestar en la Justicia . Hace tiempo que el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, se queja públicamente, pero ahora se lo hizo saber en persona al hombre a quien la Presidenta confía la tarea de estudiar los candidatos: Carlos Zannini, el secretario de Legal y Técnica. También recurrió a él el presidente del Consejo de la Magistratura, Mario Fera. Zannini tomó nota.
En teoría, no hay motivos para semejante demora. El proceso es simple. El Poder Ejecutivo recibe una terna de candidatos que le envía el Consejo de la Magistratura y elige a uno. Sólo debe esperar, como requisito previo, 30 días hábiles para eventuales impugnaciones.
¿Por qué la Presidenta no nombra jueces? Según la oposición , la explicación es evidente: una Justicia llena de vacantes tiene menos fuerza para controlar al poder. Desde el Gobierno lo niegan. No justifican la tardanza, pero dicen que es una tarea delicada y que se está "en vísperas" de que salga buena parte de los nombramientos.
Mientras tanto, los jueces denuncian que se trata de un "maltrato" nunca visto. "No hay antecedentes de una falta de designaciones semejante: esto debilita al Poder Judicial", dijo a LA NACION Luis María Cabral, presidente de la Asociación de Magistrados, máxima agrupación de jueces del país. Hoy, las vacantes totales por cubrir son 192, una cifra que casi no ha variado en los últimos años. La diferencia es que antes la mayor parte de los expedientes estaba en el Consejo (que sigue adeudando, después de cinco años, el concurso de los juzgados de Comodoro Py); hoy, los trámites se apilan como nunca en el Poder Ejecutivo.
Según Cabral, "no hay explicación" para que la Presidenta siga dilatando los nombramientos. "O al menos nadie nos la dio... Es como si fuera un asunto que no forma parte de la agenda del Gobierno, pese a que cubrir los cargos es una obligación constitucional", afirmó.
El 21 de marzo pasado, el presidente de la Asociación de Magistrados le envió una nota a Lorenzetti y le sugirió que le comunicara al Poder Ejecutivo "la impostergable necesidad" de que urgiera la designación de jueces, así como la de fiscales y defensores. Hizo referencia entonces a los "múltiples trastornos de índole funcional" que generan las demoras y a la debilidad de los subrogantes. En materia penal, por ejemplo, hay dificultades para integrar los tribunales que juzgan crímenes de la última dictadura y se llegó a situaciones tan insólitas como cubrir con jueces de Tierra del Fuego vacantes de Salta.
La Cámara de Casación y la Junta de Presidentes de las Cámaras Nacionales y Federales también le manifestaron a Lorenzetti su "honda preocupación". El mes pasado, él evaluaba proponerles a sus pares girar al Gobierno una nota oficial. "La situación lo justifica. Si lo propone, yo lo firmo", dijo uno de los miembros de la Corte a LA NACION. No pasó. El viernes último, fuentes del máximo tribunal confirmaron que por el momento no hubo tal nota.
Otros receptores habituales de los reclamos son el ministro de Justicia, Julio Alak, y el secretario del área, Julián Alvarez. LA NACION se comunicó con el Ministerio, donde informaron que no harán declaraciones sobre el tema. No obstante, en Tribunales se considera un hecho que esta cuestión no depende de Alak y mucho menos de Alvarez. Las ternas ya pasaron por los trámites del Ministerio. Están en la Casa Rosada.
"Este gobierno no nombra jueces porque no le gustan los controles y así está cómodo", dijo a LA NACION el senador radical Mario Cimadevilla, que integra el Consejo de la Magistratura. "Con los acuerdos que hicieron, ahora ni siquiera tienen problemas para que el Senado les dé su acuerdo", afirmó. Otro argumento, de fuentes cercanas al Gobierno es que después de la muerte de Néstor Kirchner se modificó el mapa de los "influyentes" que recomendaban jueces, que la Presidenta tiene algunas "dudas" y que, por eso, el mecanismo se lentificó.
Estas razones no explican, sin embargo, la demora en muchas de las ternas por resolver que no tienen un especial peso político. Las vacantes por cubrir son de lo más variadas. Hay de la Capital y del interior; civiles, laborales, contencioso administrativas y penales. Está pendiente, por ejemplo, la designación de toda la Cámara de Casación de la Capital, que sin jueces no puede empezar a funcionar.
Sin una respuesta clara, los jueces lo entienden como, en el mejor de los casos, una muestra de desinterés por la Justicia que el Gobierno no pretende esconder.
miércoles, 6 de julio de 2011
La Presidenta lleva ocho meses sin nombrar jueces
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