martes, 5 de julio de 2011

¿Olor a complot? (FMI)



Amigos

El escándalo del ex Pdte del FMI versus la pobre e indefensa camarera de un lujoso Hotel de Nueva York se esta desinflando a toda velocidad.

Primero, la devota musulmana resulto ser una embustera de proporciones. La lista es larga. Ni la violaron cuando huyo de África, ni la apalearon las tropas, ni tenia solo su sueldo en el Banco, porque tenia ¡cien mil dólares!, ni huyo despavorida al ser agredida sexualmente por Strauss-Kanh (según ella) ya que después "del ataque" se fue a limpiar otra suite, y después volvió a la de Strauss Kanh a dejar todo en orden, y, en fin, costo desenmascararla porque la grabación telefónica, donde se confiesa con su novio preso por drogas, estaba en un dialecto africano que costo semanas descifrarlo.

Tampoco ignoraba quien era Strauss porque en la conversación telefónica le dice al pololo "se lo que hago, el esta forrado en plata", y en fin, el Caso dio una vuelta de carnero y demuestra que no basta ser pobre para ser buena ni rico para ser malo.

Ahora surge "olor a complot".

El lujoso Hotel es propiedad de acaudalados empresarios franceses quienes aseguraron que la camarera "era irreprochable", y a quienes la idea de Strauss Kanhn como futuro presidente socialista de Francia no les agradaba, seguramente.

Lo más aleccionador del Caso es el manejo de la Opinión Pública .
Casi todo el mundo se horrorizaba por el abuso, dado por hecho, del poderoso Jefe máximo del FMI versus una pobre inmigrante negra, esforzada trabajadora, devota musulmana, y etc.
Toda la Opinión "progresista" se rasgaba vestiduras, escribía sesudos análisis, denunciaba el machismo, y ni una sola voz, ni una salvo un amigo de Strauss Khan, se atrevía a ir contra la corriente.

¿Vox populis Vox Dei ?
¡Las pinzas!

HP.



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