martes 20 de septiembre de 2011
Brechas Escandalosas
Uno debe reflexionar siempre sobre las palabras de sus pastores, y si bien yo critiqué la omisión, en la homilía del Arzobispo Ezzati en el Te Déum, donde abordó problemas de la actualidad nacional, del peor de todos ellos, como lo es la ocupación violenta de establecimientos educacionales que está conduciendo a la pérdida del año lectivo para 70 mil niños y jóvenes, no por ello dejé de darle vueltas a su denuncia sobre la "brecha escandalosa" de la desigualdad entre nosotros.
Comparé, por ejemplo, la brecha entre el salario mínimo que gana un obrero y la dieta parlamentaria. ¿Es escandalosa? Pues la dieta propiamente tal es unas 30 veces mayor que el mínimo. Ahora, los parlamentarios también reciben diversas asignaciones que hacen sumar al total de lo que perciben como unas dos veces y media su dieta, con lo cual su sobre de fin de mes ya se vendría acercando a unas ochenta veces el que percibe un obrero de salario mínimo.
¿Cómo cerramos esta "brecha"? ¿Haciendo que los parlamentarios ganen mucho menos, lo que, me temo, privaría al proyecto de ley que así lo dispusiera de los suficientes votos en el Concgreso? Tal vez previendo el contenido de la homilía fue que los parlamentarios de la Concertación prefirieron no ir al Te Déum. ¿O igualamos a la dieta el salario de los obreros, disponiendo que ganen muchas veces más; o ambas cosas? Pero si cada año se discute tanto un reajuste del 3 al 5 % en el salario mínimo, por algo será. Cerrar la brecha aumentándolo mucho tal vez traería trastornos impensados en la producción y en el empleo. Dejemos, entonces, esa brecha como está.
Ahora, si uno examina otras brechas de desigualdad en el país se encuentra con problemas políticos mayores. Por ejemplo, días atrás un lector de este blog me hizo llegar una informativa entrevista concedida a un medio de comunicación por César Bunster Ariztía, uno de los líderes del atentado terrorista contra la comitiva del ex Presidente Pinochet, en 1986. En ese atentado fueron asesinados a sangre fría y sobre seguro cinco uniformados y policías civiles chilenos. Los autores son todos conocidos y están libres, porque a los que estaban presos en 1990 don Patricio Aylwin les conmutó la pena por extrañamiento con trabajo garantizado en países de Europa (Occidental, por supuesto) y el mismo Bunster reconoce que él siempre ha estado libre, tanto como para haber sido candidato a Alcalde de Puente Alto, comuna donde encabezó el quíntuple crimen terrorista, creyendo tal vez que eso mismo le había brindado popularidad, pero no fue así, pues no resultó electo y sí lo fue una persona que apoyaba al Jefe del Estado que él procuró asesinar.
Donde aparece la otra "brecha escandalosa", a la cual también seguramente se quiso referir el Arzobispo, fue cuando Bunster reveló que en 2004 él quedó libre de polvo y paja respecto del quíntuple asesinato terrorista, pues ¡la Corte Suprema ratificó en su favor la prescripción! Si bien, como señalé, nunca había estado preso, garantía que los cuatro anteriores gobiernos de la Concertación parecieron ofrecerle, sí estaba impedido de ejercer los derechos plenos de un ciudadano de izquierda que no tiene otro pecadillo que haber sido coautor de cinco asesinatos terroristas a mansalva. Pero la Suprema remedió ese menoscabo que él sufría.
Pero, claro, ello abrió otra brecha, porque hay no menos de setenta uniformados que cumplen condenas por supuestos delitos menores que el suyo, muchos de ellos a cadena perpetua de facto (sumándoles sucesivas penas de cinco y diez años que se les ha impuesto) y, sin embargo, en los casos más connotados, sólo se les ha podido condenar sobre la base de presunciones, y no de plenas pruebas, como en el de Bunster. Y a todos esos condenados, "batallones olvidados" de nuestras gallardas fuerzas armadas y de carabineros, se les ha denegado el beneficio de la prescripción extintiva de responsabilidad ¡por la misma Corte Suprema que tan generosamente se la ha reconocido a Bunster!
¿No es ésta otra "brecha escandalosa" de desigualdad en nuestra sociedad? Ciertamente lo es. Y estamos seguros de que los fieles, del Presidente para abajo, deben estar meditando a estas horas la manera de cerrarla y así hacer realidad las aspiraciones del Arzobispo. Quien, obviamente, será el primero en respaldar tal iniciativa.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
lunes 19 de septiembre de 2011
Glorias, Renuncios y Desfallecimientos Nacionales
Cuando fue designado monseñor Ezzati como Arzobispo de Santiago, yo advertí que lo mantendría estrechamente vigilado. Y así lo he hecho. No obstante, hasta ahora yo había observado pacientemente todos sus esfuerzos de "corrección política" sin chistar. Pero hoy no puedo menos que hacerlo al enterarme de su homilía, una vez más tan equilibrada, con tanto "si bien es cierto que, no es menos cierto que", con tan variadas referencias a la actualidad y, sin embasrgo, sin ni una sola mención al hecho más escandaloso de nuestros días, que es la "toma" violenta y masiva de establecimientos educacionales, por la fuerza, contra toda ley y con violación de los derechos de decenas de miles de personas impedidas de hacer clases y de estudiar, todo lo cual está conduciendo, según se informa hoy, a la pérdida de su año escolar por 70 mil alumnos.
¿Cómo es que monseñor Ezzati, en su abarcadora mirada sobre la realidad nacional, no tiene siquiera una palabra para eso? Naturalmente, no voy a tener el mal gusto de abundar sobre el contraste entre sus críticas a la desigualdad ("brecha escandalosa") y el Evangelio del mismo día, "los últimos serán los primeros", en que se ponía el énfasis en la importancia de que prevalezcan la libertad y el valor del compromiso entre personas libres y el respeto a la propiedad, por sobre la igualdad. Me remito, a este efecto, a mi blog de ayer.
En fin, a monseñor puede escapársele que hay una revolución violenta en curso, encabezada por los comunistas (aunque a ratos hasta a ellos se les puede ir de las manos) pero a muchos otros no. El gobierno contra el cual se lleva a efecto de manera tan impune esa asonada, si bien carece por completo de autoridad, pues está encabezado por un personaje que se limita a sonreír y a decirle a todo el mundo que sí, y por eso se "toman" todo y hasta, por varias horas, el despacho a un ministro, sin que pase nada, tiene, sin embargo, un respaldo "fáctico" más que suficiente, como quedará en evidencia esta tarde en la Parada Militar en homenaje a las Glorias del Ejército.
Pero en ese tributo marcial nadie recordará, por supuesto, a los camaradas de los homenajeados que están "caídos tras las líneas enemigas".
Otros ejércitos gloriosos no ahorran ningún sacrificio para ir al rescate de sus caídos tras las líneas enemigas. El de acá no: los abandona. Acá los jueces de izquierda se han dado un festín con esos caídos, han hecho lo que han querido con las leyes, con tal de mantener presos a militares. Éstos son genuinamente "presos políticos", porque jurídicamente no podrían estarlo y su confinamiento obedece exclusivamente a razones políticas, que impone la mayoría izquierdista de jueces, aprovechándose de la complicidad de cuatro anteriores gobiernos de la Concertación y de la debilidad del actual quinto.
Es tanta dicha debilidad que uno de sus jefes de servicio, un ex mirista desembozado, el doctor Patricio Bustos, director del Servicio Médico Legal, se permite, en "Las Últimas Noticias" de ayer, calificar de "torturadores" a distinguidos oficiales de Ejército, caídos tras las líneas enemigas, en particular (nombrándolo) al brigadier (r) Miguel Krassnoff, cuya honorabilidad y hombría de bien es generalizadamente reconocida y que jamás torturó a nadie, pero con el cual se han ensañado los más caracterizados jueces de izquierda afines al mismo MIR, pues Krassnoff descubrió, enfrentó y dio muerte al caudillo de dicha asociación ilícita terrorista, Miguel Enríquez.
Recuerdo que en el calor de una discusión con un miembro de una organización de fachada de la izquierda, la Comisión contra la Tortura (Valech), yo le expresé que Miguel Krassnoff jamás había torturado a nadie, ante lo cual él me replicó, vehementemente, que más de mil personas habían declarado a la Comisión haber sido torturadas por él. Yo publiqué esa afirmación suya en la columna que entonces tenía en un matutino, ante lo cual el miembro de la Comisión se me acercó y me preguntó quién me había expresado eso. Yo le dije que él mismo. Entonces lo negó tajantemente. Al parecer, no había tales "miles de personas".
El Director del Instituto Médico Legal está tranquilo, porque puede hacer las afirmaciones injuriosas y calumniosas que quiera contra los militares "caídos tras las líneas enemigas" y nadie se preocupará de defenderlos ni de castigar sus imputaciones, pues él, dice, ha sido ratificado por los dos últimos ministros de Justicia del actual "V Gobierno de la Concertación".
¡Qué distinta vara para medir a un ex miembro del MIR, grupo que asesinara a distinguidos oficiales de Ejército (Carevic, Vergara, Urzúa), que para medir al general (r) Orlando Carter, que fuera recientemente cesado en su condición de asesor del Ministerio de Defensa sólo por su parentesco con un militar procesado por supuestas violaciones a los derechos humanos!
Esa es la penosa, pero real, condición nacional.
Entonces, celebremos las Glorias, pero que haya siquiera una reflexión para los renuncios, desfallecimientos, injusticias, debilidades y deslealtades de esa institución, en particular, y de las demás, en general, por olvidar todo en aras de ese nuevo vellocino al cual se le rinde ilimitada pleitesía y que es el constituido por la venerada "corrección política".
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
miércoles, 21 de septiembre de 2011
DEL BLOGS DE HERMÓGENES
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