domingo, 27 de noviembre de 2011

ARGENTINA: La tormenta económica que empaña el 10 de diciembre



INMINENTE BAJA DEL CONSUMO POR EL TARIFAZO

Por Guillermo Cherashny para el Informador Público

A quince días de que Cristina Fernández asuma su nueva gestión, empezó a soplar un fuerte viento de proa que ya está causando grandes cambios en la situación económica de los argentinos. Y este efecto se puede agravar aún más si se produce el default de un país de Europa. Así como estamos hoy, se puede estimar una caída de U$S 2.000 millones de las retenciones a la soja, debido al descenso del precio de la tonelada en Chicago de 541 dólares a mitad de agosto a los 406 de ayer. Corresponde restar la mitad de esa pérdida por los $4.500 millones de los primeros anuncios de poda de subsidios para algunas empresas, countries, Barrio Parque y Puerto Madero. Se supone, además, que pronto se extenderá la baja de subsidios a zonas supuestamente pudientes de la Capital Federal y del conurbano y después a todos las demás del área metropolitana. Aunque todavía no existiría una estimación precisa de los alcances de esa futura quita de subsidios, se puede decir aproximativamente que el Estado dejará de subsidiar por otros 15.000 millones de pesos. En esta primera cuenta, el Estado ahorrará $20.000 millones por eliminación de subsidios, pero perderá ingresos por U$S 2.000 millones.

Adiós motor

Desde el lado del ciudadano común, entre la eliminación de subsidios y los dos aumentos que están por firmarse para las tarifas de luz y el gas (que son imprescindibles para que las empresas distribuidoras inviertan) se calcula que las familias tendrán que gastar en tarifas entre $1200 y 2500 mensuales. Esta cifra de referencia dependerá obviamente de la zona en la que viven y la dimensión de sus viviendas. El gobierno no tiene a quién traspasarle el costo político del congelamiento de las tarifas por ocho años, salvo que pretenda argumentar que el mismo se originó en el gobierno de Eduardo Duhalde. La realidad que parece difícil de soslayar es que el daño al bolsillo será fuerte y que este golpe a la economía familiar de casi todos los hogares cambiará los hábitos de consumo. Es previsible que descienda drásticamente entonces la compra de electrodomésticos, el comer afuera, comprar ropa e ir semanalmente a teatros y cines. A las proyecciones de esta baja del consumo hay que agregarle el aumento del ABL en la Capital y del impuesto inmobiliario en el conurbano. De este modo podría arriarse una bandera del modelo -otra más- que sostiene que el consumo es el motor del crecimiento, como le gusta decir a la presidente.

Así las cosas, una presidente que obtuvo el 54% de los votos parece destinada a empezar su segundo mandato sufriendo un desgaste importante. Aunque hace cinco días que el gobierno compra dólares, las reservas del BCRA siguen en los U$S 46.000 millones. Ayer se confirmó que el 15 de diciembre se pagarán los cupones del PBI por valor de U$S 2300 millones, con lo cual las reservas brutas del BCRA bajarán U$S 10.000 millones de los 52.000 que había a principios de año. A éstos hay que descontarles U$S 4.400 millones del BIS, 6.000 de los encajes de los depósitos en dólares y 24.000 correspondientes a Lebac, Nobac y pases, con lo cual quedarán como reservas netas de libre disponibilidad unos U$S 8.000 millones, para una base monetaria de 190.000 millones de pesos. Esta situación hará que no puedan pagar los compromisos externos con reservas y es la explicación de que el riesgo país del JP Morgan esté en 1003 puntos, el mismo número que, por ejemplo, había alcanzado el país en abril del 2001, antes de precipitarse en una escalada que lo llevó a 1859 puntos en diciembre de ese año. En el actual escenario, mucho más leve por cierto, persiste, sin embargo, el riesgo de default y corridas cambiarias y bancarias. Un episodio que no terminó, pese a los esfuerzos del tándem Cristina-Moreno.

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