jueves, 29 de diciembre de 2011

ARGENTINA: El alegato de un militar que desconoce a la justicia civil




El alegato ante la sala IV de la Cámara de Casación Penal de la Nación del Coronel (RE) Jorge Molina Ezcurra, que reproducimos íntegramente, presenta argumentos políticos significativos.

EL PRESENTE ALEGATO ESTA CONSTITUIDO POR TRES PARTES.

PRIMERA PARTE:


INFORMADOR PÚBLICO

Soy el Cnel. ® JORGE MOLINA EZCURRA, pertenezco al Arma de Infantería, tengo el Titulo de OEM y las Aptitudes Especiales de Inteligencia y Tropas de Montaña.

Concurro ante esta Excma. Cámara Nacional de Casación Penal a mi solicitud y para referirme a la condena que me fuera impuesta por el Tribunal Oral Federal en lo Criminal de Neuquén en Diciembre de 2008, por supuestos delitos, nunca probados, cometidos en el marco de la Guerra contra la Subversión y el Terrorismo de los años 70.

Como Oficial pelee en las Guerras que la Nación Argentina me ordenó y debió enfrentar al ser agredida, al igual que todo el Ejercito Argentino.

Lo hice cumpliendo lo que de muy joven había jurado, “defender mi bandera hasta perder la vida”, bajo gobiernos constitucionales o “de facto”. No hice más que cumplir con mi juramento de soldado.
Los soldados actuamos por decisiones tomadas desde el Poder Político, hacemos uso de la Fuerza Legal y Legitima del Estado, frente a la violencia de cualquier agresor externo o interno.

Nuestro país enfrento en las décadas de 1960 y 1970 una “Guerra Civil Revolucionaria” hecho negado por el Tribunal Oral que me condenara y quiera reconocerlo o no esta Excma. Cámara, Fiscales o querellantes.

Esto lo afirmo 13 veces la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal en la causa 13/84 que condeno a los Comandantes y la CSJN que confirmo dicho fallo.

Pero no solo esa Cámara lo dice, sino también está escrito en más de 600 libros editados después de 1983, por jefes e integrantes de Montoneros, ERP y FAR.

Y lo ha afirmado hasta el mismo Fidel Castro.

Citare solo a dos:

Martín Caparros, co-autor de “La Voluntad” con Eduardo Anguita, el más claro y honesto ex-integrante de Montoneros y actual periodista, decía en su artículo El Peor Acuerdo:

“La subversión marxista, o más o menos marxista, de la que yo también formaba parte, quería, sin dudas asaltar el poder en la Argentina para cambiar radicalmente el orden social. No queríamos un país capitalista y democrático, queríamos una sociedad socialista, sin economía de mercado...

Mario Firmenich, Jefe máximo de Montoneros decía ya en 1972:

“la vía armada es el único método estratégicamente correcto para tomar el poder”

Pero lo curioso, es que también lo dijo la Justicia Federal:

“En la Argentina en los años 70 hubo una guerra revolucionaria (Cámara Federal en la Sentencia de la Causa 13/84).

“En el accionar de las FFAA, durante la guerra antisubversiva, no existió genocidio ni terrorismo (CSJN 1984 – Juicio a las Juntas)

No me extenderé en este tema, solamente afirmare con vehemencia que nuestro país fue agredido y se vivió una GUERRA, hecho fáctico que desconoce el Tribunal Oral que me condeno en primera instancia.

En toda Guerra pueden cometerse errores, omisiones o delitos y ello es posible, pero tienen su fuero para ser juzgados y ESTE NO ES MI FUERO.

“Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en Ley anterior al hecho del proceso ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la Ley anterior al hecho de la causa”

Siendo un lego total, el Art. 18 de la Constitución Nacional, que acabo de leer, es más que claro, no da lugar a ninguna otra interpretación y hasta hoy no fue modificado.

Con el mayor respeto que le debo a este Alto Tribunal y al Tribunal Oral que me condenara, me pregunto y les pregunto:

¿En qué materia o en que postgrado han desarrollado Uds. conocimientos de estrategia nacional o militar contemporánea?

Con el mismo respeto les pregunto Sres. Jueces

¿Qué conocimientos tienen Uds. de conflictos de baja intensidad o de las fases de una Guerra Revolucionaria?

¿Qué estudios superiores tienen Uds. de organización y doctrina militar de cualquier nivel, nacional o extranjera, que conocen de Historia Militar o de Historia de la Guerra? Inclusive y más importante aún, ¿qué saben de las tradiciones militares que se traspasan de generación en generación y aun entre ejércitos?

Yo les preguntaba Sres. Jueces cual era vuestra experiencia en estos temas y les respondo:

NINGUNA pero Ninguna. Señores Uds. son Jueces Legos en estos temas y se les ha entregado un tema eminentemente político para judicializarlo.

Creo que es innecesario aclarar que estas afirmaciones u otras que hare no revisten carácter personal contra ninguno de los integrantes de este Exma. Cámara, sino contra el sistema persecutorio que se ha establecido en nuestro país contra los integrantes de las FFAA/SS/PP y Penitenciarias

Sobre este tema de la Justicia Militar, Carlos Pellegrini en un célebre discurso “Papel del Ejército dentro de la Nación Argentina”, en la Cámara de Diputados de la Nación, decía:

“El militar tiene otros deberes y otros derechos, obedece otras leyes, tiene otros jueces, viste de otra manera, hasta habla y camina de otra forma” y continuaba…

Es así Señores, los integrantes de las Fuerzas Legales de hace 35 años estamos presos y siendo juzgados por una decisión política y se emplea al Poder Judicial para darle pretendidos visos de legalidad.

Este tremendo desvarío solo puede darse en nuestro país, quien podía imaginar a Alemania en 1980, 35 años después del fin de la II Guerra Mundial, analizando y juzgando el proceder de su Ejército derrotado, no, miraba al futuro y ya era la primera potencia económica de Europa.

Quien imaginaba a EEUU en el año 2000, 35 años después de la caída de Saigón, analizando su accionar en la guerra de Vietnam.

Sr Presidente es que cuando…

La Justicia se desentiende de la verdad, escribe el libreto del poder de turno. Y esto es lo que hoy ocurre en la Argentina.

¿Buscamos la Verdad y la Justicia? No, rotundamente afirmo que es mentira, no es cierto que busquemos verdad y justicia, sino, ¿Dónde están y porque no se les reclama responsabilidad histórica a quienes por acción u omisión, contribuyeron a llegar a esta situación?

Por ejemplo:

- Los Jueces que en un Gobierno Constitucional se negaron a integrar los tribunales para juzgar al terrorismo.

- Los gobernantes constitucionales que ordenaron a las FFAA combatir y aniquilar al terrorismo.

- Los legisladores que desde el Congreso pidieron el “exterminio” de los integrantes de las bandas terroristas.

- Los Funcionarios civiles, de todos los niveles, del último gobierno militar que avalaron la guerra antiterrorista y ahora se suman al cuestionamiento y enjuiciamiento del accionar de las FFAA.

- Los jueces que fallaron que lo sucedido había sido una guerra revolucionaria y que no había perseguidos políticos, sino enemigos de guerra.

- Los jueces que fallaron que en el accionar de las FFAA no había existido ni terrorismo de estado ni genocidio y hoy callan ante la mentira y el atropello de la Constitución y el derecho.

- Los Jueces Supremos que en más de diez fallos sostuvieron la constitucionalidad de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

- Los políticos de todos los partidos que formaron parte del Proceso de Reorganización Nacional como funcionarios de diferentes niveles.

- Los empresarios, banqueros y hombres del poder económico que se sirvieron del Proceso Militar haciendo pingues negocios y que son los mismos grupos económicos de hoy.

- Los sindicalistas que reclamaban el golpe militar y que fueron más que un soporte de apoyo moral en esta guerra.

- La Iglesia Católica y otros cultos que apoyaron permanentemente al Gobierno Militar.

- Los intelectuales, pensadores, escritores y periodistas de todos los signos políticos e ideológicos que eran asiduos visitantes de la Casa Rosada, elogiando el PRN.

Sr. Presidente, esta lista sería muy larga, pero lo único cierto, es que hoy solo se nos pide rendir cuentas a quienes no habíamos tomado el Gobierno, ni elaborado los planes y las ordenes, no teníamos poder de decisión de ningún tipo, éramos el último escalón en la cadena de comando y ninguno de nosotros superaba los 30 años de edad, hoy somos condenados como “autores mediatos” como si hubiese estado a nuestro alcance controlar o evitar los supuestos hechos.

Interpretar las leyes ideológicamente y en forma rebuscada para judicializar un proceso político 35 años después, solo garantiza la continuidad del conflicto y su eventual escalada, atenta contra la paz interior y la necesaria reconciliación de los argentinos.

Esto es lisa y llanamente una venganza, mal disfrazada de búsqueda de la verdad y que los únicos que podemos pagar por razones biológicas somos los aquí presentes.

No se sumen Uds. Sres. Jueces a este trasvasamiento generacional de odios.

Mi familia y yo no lo hemos hecho, pese a tener razones personales para hacerlo. La ambulancia que en 1972 en la ciudad de Córdoba, trasladaba el cajón con el cuerpo de mi hija recién nacida y fallecida fue agredida y apedreada por militantes de Montoneros, por el solo hecho que la ambulancia era de color verde oliva, pese a ese hecho mis hijos no fueron criados en el odio, hoy tengo dudas de sus sentimientos.

Nos hemos adherido al “colonialismo judicial” y lamentablemente pareciera que la Justicia Argentina está orgullosa de esto. Los países centrales hablan de “derecho universal”, pero para ser aplicado en los países “mercachifles” del Tercer Mundo.

Y es en estos países donde se comienzan a elaborar rebuscadas teorías jurídicas que justifican el invento de los “derechos consuetudinarios” y las “costumbres jurídicas”, su imprescriptibilidad y de estar por encima de cualquier Constitución o Leyes anteriores o amnistías, ignorando la existencia de siglos de “derecho positivo” que le costaron mucho al mundo.

Uds. lo saben Sres. Jueces mejor que yo, ya que son penalistas, no existe Ley Penal si esta no está escrita.

La pregunta es ¿si esta Justicia Universal fuera cierta, porque no la aplican, y suscriben esta teoría EEUU, Francia, Alemania, Rusia, etc.? Jamás lo harían esto está elaborado para ser aplicado en las “colonias” del Tercer Mundo.

El 28 de octubre de 2011, luego de conocerse las condenas en el denominado “juicio ESMA”, el Canciller de Francia Alain Juppe expresaba:

“Saludo esta decisión que honra a la Argentina y su compromiso en la lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos durante la dictadura militar”.

Realmente, estas declaraciones cuanto menos causan estupor y consecuente indignación, por la falsedad e hipocresía de las mismas.

Justamente Francia, la gran colaboradora del régimen nazi en la II GM, que arrastra en su Historia dos guerras revolucionarias coloniales salvajes en el Siglo XX, hace pocos años, (Indochina y Argelia) donde lo que menos se respetó fueron los “derechos humanos”, digamos no se respeto ningún derecho. Hoy y desde hace varios años, Francia intenta lavar sus culpas presentándose como líder mundial de los DDHH.

¡Ellos, los inventores de los métodos de interrogación más cruentos y salvajes y de eliminación de la población civil del modo más cruel, nos dan lecciones y felicitan a las “colonias”!.

¡Ellos, los inventores del “televisor humano”, como método de terror y venganza!

¡Ellos, los mejores alumnos del Vietcong vietnamita!

¡Ellos los que avalaron las más salvajes dictaduras africanas y aun mantienen tropas coloniales en ese continente, para resguardar sus intereses económicos!

Pero lo curioso es que Francia nunca, pero nunca, juzgo a ningún integrante de sus FFAA por estos reales “crímenes de guerra”. Por el contrario cuando hace poco tiempo un Juez intento procesar al General Aussaresses, miembro de la Legión de Honor y veterano de la Guerra de Argelia, por sus declaraciones periodísticas reivindicando la actuación y los métodos empleados por el Ejército Francés en la Guerra de Argelia, que el Juez las considero “apología del delito”, la Cámara de Casación Francesa ordeno cerrar el caso, dictaminando básicamente, que los cargos impuestos contra el militar habían sido amnistiados y que Francia había adherido a los tratados internacionales que tipificaban la “Lesa Humanidad” con posterioridad a los hechos, por lo que de ser estos aplicados se violaría el principio de irretroactividad.

Recordare otros ejemplos que demuestran lo acertado de mis anteriores afirmaciones:

El caso TF Bravo en EEUU y el Tcnl. Malatto en Italia. Vietnam, Afganistán, Irak, España, etc.

Sobre este tema es interesante también escuchar lo que opina nada menos que una sobreviviente del campo de exterminio de Auschwitz, Simone Veil, en su autobiografía escrita hace pocos años y refiriéndose a “los DDHH defendidos por los gobiernos poderosos” señala “estos DDHH, supuestamente universales, no lo son. Siempre hay una doble vara para medir. Cuando se trata de negociar acuerdos comerciales con China, el silencio vale oro. Cuando se busca seducir a Vladimir Putin, se le otorga sin problemas certificados de civismo, silenciando sus violaciones a los sacrosantos DDHH. En el fondo, se sermonea únicamente a los débiles, mientras que siempre se termina blanqueando a los poderosos”.

Esta es la nueva forma de dominación mundial de las potencias.

Citare a continuación unas frases de alguien a quien nadie podrá acusar de represor o genocida, y que hablando de derecho positivo, hace pocos meses decía el Dr. Gil Lavedra:

Naturalmente el Estado de Derecho exige probar el hecho punible y la culpabilidad del autor y no podemos penar a quien no se logra acusar con éxito.

La impunidad del poder es tan degradante como una condena injusta. Incluso peor, porque, consumada, no admite reversión.

Con toda esta serie de desatinos y la aplicación de esta “justicia universal”, los argentinos nos quedamos sin FFAA y sin Poder Judicial, un gran logro del poder político de turno.

Pero la gran confirmación de estos desatinos lo acabamos de escuchar de boca del Presidente de la CSJN, cuando en la presentación de su Libro “Derechos Humanos, justicia y reparación” habla de que los “juicios contra represores por delitos de lesa humanidad, son una Política de Estado y no tienen marcha atrás”.

Más allá del grosero prejuzgamiento por parte de la máxima autoridad de la Justicia argentina, implica un desconocimiento alarmante de lo que es una política de estado y cómo encaja esta en un régimen republicano de Gobierno, si mal no estudie Estrategia Nacional en el país y en el exterior. Las “políticas de estado” son fijadas por el PEN en base a los grandes Objetivos Estratégicos Nacionales y no son “consensuadas” con el Poder Judicial ni con el Poder Legislativo. Así por lo menos actúan los países en serio.

¿Quién lo imagina al Presidente Bush o al Presidente Obama consultando a un Juez o a una Cámara para combatir el terrorismo internacional, que es una “política de estado” de EEUU, e invadir Irak o Afganistán, u ordenar deponer al Presidente Mubarak o Kadafi?

¿Quién imagina al Presidente Sarkozy consensuando con la Corte Francesa el bombardeo de Libia o al Primer Ministro David Cameron del Reino Unido acordando con la Cámara de los Comunes o de los Lores el mismo tema? De paso recordemos que en estos bombardeos se aniquilo población civil que nada tenía que ver en esta lucha de intereses petroleros.

Pero,

¿Cómo se puede explicar que la máxima autoridad del Poder Judicial que deberá revisar en última instancia los fallos de estos Tribunales y Cámaras, escriba y exponga en su libro los futuros fundamentos de la confirmación de estos fallos?

Se parte de la base que la Corte Suprema de Justicia de la Nación es el pilar fundamental de la Republica en lo que refiere a las garantías que tienen los ciudadanos de que sus derechos y libertades serán respetados, por eso y para decirlo suavemente, no entiendo a su Presidente.

Pero, en esta presentación de su libro, la frutilla del postre fue la presencia y la palabra, del ex integrante del ERP, actual periodista y propietario del pasquín oficialista “Miradas al Sur”, Eduardo Anguita, ¿qué más confirmación que esto es la “cofradía y la impunidad del poder”?, que está presente en todos estos juicios, a los que se les quiere dar visos de legalidad, solo porque se sientan algunos abogados defensores, que ni siquiera son escuchados.

Pero esto no termina acá, nuestra sorpresa crece cuando escuchamos salir en defensa, ante criticas por este libro y declaraciones del Juez Lorenzetti, a sus colegas de Corte el garantista Juez Zaffaroni y a la Jueza Helena Highton de Nolasco, hablando de los “falcon verdes” de los años 70. Qué ironía, parece que estos Jueces tienen corta y frágil memoria, ya que ambos fueron Jueces del Gobierno Militar y juraron ante los Estatutos del Proceso de Reorganización Nacional.

El Juez Zaffaroni era un especialista en denegar recursos de “habeas corpus” por supuestas desapariciones de personas.

Similar consideración y en otro nivel, cabe para el Juez de primera instancia de esta causa el Dr. Labate, que parece olvidó su paso por el “camarón”, como despectivamente llaman hoy muchos miembros de la Justicia a la ex -Cámara Federal en lo Penal de la Nación, en los años 1972/73 colaborando en la condena de miles de terroristas y luego en el Gobierno Militar, todos ellos juraron por los Estatutos del Proceso de Reorganización Nacional.

Sr. Presidente, yo no jure lealtad a los Estatutos del PRN, yo jure fidelidad a mi bandera.

SEGUNDA Y TERCERA PARTE


2da PARTE: LA HISTORIA FALSA Y LOS NEGOCIOS
La Argentina vivió en las décadas de los 60/70 una guerra no convencional de tipo revolucionario con estrategias, tácticas y técnicas de empleo muy particulares, pero en donde el objetivo político era la toma del poder a través del terrorismo ejercido por las organizaciones armadas. Denominándose ellos mismos Organizaciones Político-Militares

Negar esto es ignorancia, necedad y más seguramente conveniencia.

Para ser breve, en la causa 13/84 la Cámara Federal contabilizo 21.642 atentados terroristas entre 1969 y 1979.

Se atacaron cuarteles, se destruyeron aviones y buques de guerra, se coparon ciudades, se secuestro y torturo, se colocaron miles de bombas, se asaltaron y robaron Bancos y Empresas, se asesino a civiles y militares indiscriminadamente ejerciendo el verdadero terror (ese del que muy acertadamente hablaba Lenin) y hasta se pretendió copar una Provincia entera y declararla “zona liberada” y su consecuente reconocimiento internacional.

El que mejor sintetiza esta etapa es el terrorista Jorge Masseti (NG) Cte. Segundo, en su libro El Furor y el Delirio, dice:

…hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia de Cuba, hubiéramos ahogado al Continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la Cordillera de los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde primero hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo”

Pero si esto no nos alcanza, escuchemos lo que al respecto dice Mario Firmenich:

“…nosotros somos partidarios de construir las milicias….la única acumulación valida de poder es la del poder militar, en última instancia es el poder decisorio para conquistar los poderes políticos y económicos”

Más claro aun, en el libro reciente escrito por José Eliaschev “Los Hombres del Juicio”, relatan Jueces y Fiscales del Juicio a las Juntas Militares “la verdadera historia” del Juicio, donde ellos mismos afirman que “el objetivo era la toma del poder político por parte de las organizaciones terroristas”.

Estos Jueces y Fiscales no eran pro-militares, ni represores, ni genocidas.

Y así podríamos seguir citando Documentos, Libros, Manuales que demuestran que el OBJETIVO FINAL:

TOMAR EL PODER POR LA FUERZA E IMPONER UN GOBIERNO MARXISTA-LENINISTA.

Sres. Jueces, tengan la seguridad que de haber triunfado estos “jóvenes idealistas” ni quien habla estaría sentado aquí, ni Uds. en ese lugar, porque todos ya hubiéramos sido ejecutados, yo por ser militar y Uds. por representantes de la “justicia burguesa”.

A partir del año 2003 esta realidad ha sido sistemáticamente negada y se ha construido una falsa historia donde “Jóvenes idealistas” querían expresar sus ideas y lograr una sociedad más justa y fueron reprimidos violentamente por la dictadura militar, hemos escuchado estos “inocentes” relatos en este juicio. No solo eso sino que fueron perseguidos políticos (lo dice la imputación fiscal y mi condena) y los militares se dedicaron a exterminar a la población civil (también lo dice el Juez de 1ra Instancia y mi condena). Lo hemos escuchado en este Juicio. Un disparate total.

La historia hoy la escriben a su manera personajes de la talla de Felipe Pigna, Osvaldo Bayer y Horacio González, y le dan soporte ideológico personajes como Ernesto Laclau, asesor predilecto de la Presidencia de la Nación, un anciano burgués que se pasea entre Paris y Londres, de lujosa y refinada forma de vida, de rebuscado pensamiento revolucionario post-marxista, y de dudosa convicción democrática; si uno se toma la dura tarea de leer sus escritos.

Hace pocos días la periodista española Pilar Rahola (de extracción socialista, integrante del PSOE y ex Intendente de Barcelona) decía en un artículo: “Yo no entiendo lo que pasa en Argentina, cada vez que veo un colaborador de las ideas revolucionarias más violentas es mimado por el Gobierno, pienso ¡¡Que desprecio a los valores de la libertad, que gobierno tan corrupto respecto a estos valores!!!... Me repugna”.

Esta nueva “historia” ha sido armada y compaginada, para ser ejecutada por la Justicia, por dos especialistas:

“El Perro” Horacio Verbitsky – 2do Jefe de Inteligencia de Montoneros. Preside el CELS.

“Damián” Eduardo Luis Duhalde – Aparato Jurídico de Montoneros – Hoy Sec. DDHH de la Nación y siempre querellante en estas causas.

Qué ironía, nos querella el mismo Estado que nos dio las órdenes.

Hace dos años en oportunidad de una de las tantas condenas al Gral. Menéndez en Córdoba, decía Martín Caparrós, integrante de Montoneros, que honradamente ni reniega ni oculta haberlo sido:

“Nunca hubiera pensado que alguna vez podía llegar a estar de acuerdo con el hijo de puta del ex-General Luciano Benjamín Menéndez cuando dijo que las Fuerzas Armadas Argentinas pelearon y ganaron para evitar el asalto al poder de la subversión marxista, y yo también lo creo”. Continuaba “por eso estoy de acuerdo con el hijo de mil putas cuando dice que los guerrilleros no pueden decir que actuaban en defensa de la democracia”. Y continuaba, “Es curioso cómo se rescribió la historia. Hoy la mayoría de los argentinos tiende a olvidar que estaba en contra de la guerrilla… y que estuvo satisfecha cuando los militares salieron a poner orden. Dijo Menéndez “ostentamos el dudoso merito de ser el primer país en el mundo que juzga a sus soldados victoriosos, que lucharon y vencieron por y para sus compatriotas…y tiene razón. Pero la sociedad argentina se armo un relato según el cual todos estaban en contra de los militares.

Pero lo cierto es que hoy, 35 años más tarde los soldados vencedores de esa guerra fuimos juzgados y condenados bajo un sistema persecutorio, inconstitucional y arbitrario.

En estos supuestos juicios, con jueces instructores a medida, leyes a medida, juicios con final conocido, testigos falsos con lágrimas falsas, con recuerdos repentinos y olvidos muy convenientes, “testigos necesarios” que son actores para sensibilizar al público en contra de los imputados, con sentencias asombrosas y defensores atónitos que ni siquiera son escuchados, todo puede ocurrir, menos la búsqueda de la verdad y la justicia.

A nosotros se nos aplica el nuevo e inconstitucional concepto jurídico de la “Justicia Universal” y del “derecho consuetudinario”.

Nada, pero nada vale, para los vencedores de esa guerra.

En ocho años con la complicidad de muchos y con la indiferencia, miedo y comodidad de la mayoría, hemos dado vuelta la historia. Hoy la historia y la educación están puestas al servicio de la ideología. Un gran triunfo gramsciano.

Hemos llegado al delirio de que funcionarios del Gobierno hablen de la fantasiosa “batalla cultural” que es el otro relato hacia atrás intentando cambiar lo que ellos denominan “el relato liberal”.

En este relato con la “nueva historia” oficial, la corte de ideólogos del Gobierno transforman e interpretan la nueva historia y la nueva verdad, en este relato por ejemplo, los próceres pasan a ser seres deleznables o simplemente “genocidas”.

Así en este nuevo relato oficial, próceres como Sarmiento, Alberdi o Mitre son ignorados u otros estigmatizados como es el caso del Gral. Roca, al que Bayer califica del “Hitler Argentino” y hoy se sacan sus estatuas y se cambian nombres de calles por el del ex -Presidente Kirchner.

Sería oportuno recordarles a estos redactores del “relato oficial” que en 1948 en ocasión de nacionalizarse el sistema ferroviario argentino el Presidente, General Perón le hizo colocar a las diferentes líneas los nombres de Gral. Roca, Mitre, Sarmiento, Urquiza, Belgrano y San Martín, no se podrá decir que justamente el Gral. Perón era un militar, político e historiador liberal.

Se escriben seudo libros de Historia con este relato para los menos informados y llegamos al paroxismo de enseñar en las escuelas primarias el “Che infantil” o nombrar “iconos nacionales” en la Feria de Francfort a Diego Maradona o al “Che” Guevara como símbolos máximos de la argentinidad.

El 17 de noviembre de 2011 el PEN, por Decreto 1880/2011, creo el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, con el objeto, según el Decreto Presidencial de “reescribir la Historia Argentina” y “profundizar el conocimiento y obra de los mayores exponentes del ideario nacional, popular, federalista y latino americano” y teniendo como meta final la instauración de un “pensamiento único” del pasado. En esta nueva historia habrá “héroes y villanos” y un ranking de próceres, difundidos desde un organismo oficial.

Desde 1983 se critica el autoritarismo del Proceso Militar, y con razón la soberbia de sus Generales, pero, nada más autoritario y soberbio que esto. Este organismo se propone reemplazar la ciencia histórica por la epopeya, el mito y el culto a personas supuestamente excepcionales.

Es necesario recordar que la deformación del pasado ha sido la base de muchas de las tragedias de la humanidad.

La lista de mentiras, autoritarismo, soberbia, incongruencias e incoherencias como vemos es muy larga.

Quienes atreven a oponerse a este relato oficial, son inmediatamente tildados de “procesistas, neoliberales, gorilas, derechistas, menemistas, etc.” Y sobre ellos cae la burla de Gobierno, cuando no, la Justicia.

Es que cuando la historia se ata y se escribe con los intereses políticos del presente no es Historia, es Propaganda, que es lo que hace este Gobierno.

La historia es una ciencia que fundaron los antiguos griegos, y dejaron atrás el camino de mitos y héroes, con normas conocidas, y la primera y básica, es que la historia sea autónoma y no esclava de la Política. Este Gobierno tiene otra idea y es que la épica y los mitos deben ocupar un lugar en la historia, por eso la creación de este Instituto de Revisionismo Histórico y los discursos cargados de las epopeyas heroicas de los jóvenes de los años 70. Deberían aprender que no se modifica la Historia por Decretos Presidenciales o por discursos épicos.

La Historia es política del pasado, no del presente.

La Historia no se puede revertir a gusto del gobierno de Turno.

Por más que se niegue la “guerra revolucionaria en la Argentina” esta existió y lo demuestran los miles de atentados y muertos, no hay forma de negarlo. Esto es Historia.

Por más que en esta nueva historia se quieran ocultar el martirio y asesinato del Cnel. Larrabure, la jaula y el cadáver torturado existieron. Esto es Historia.

“La historia no se inventa” lo decía un viejo historiador, el Tte. Gral. Perón.

En este intento de escribir la “nueva historia” tampoco es casual que la Presidente de la organización Madres de Plaza de Mayo, la Sra. Hebe de Bonafini se haya pronunciado el 18 de Noviembre de 2011, elogiosamente sobre “la nueva generación de militares”, “los militares que están ahora tienen 40 años”, “no los podemos escupir todo el tiempo”, “hay un nuevo Ejercito”. Lo que ignora la Sra. de Bonafini y quienes la mandaron a hablar, es que el Ejercito Argentino es una de las Instituciones fundacionales de la Republica y es una continuidad histórica.

El Ejercito Argentino fue y es uno solo, desde el 29 de Mayo de 1810 hasta nuestros días.

A ningún militar se le ocurrió renegar del Ejercito Libertador, del de la Guerra con Brasil, del de la conquista del Desierto, del de Ricchieri, del de Perón, del de Lonardi, o del de la Guerra contra el Terrorismo y la reconquista de las Malvinas. Con las virtudes y defectos de sus conductores son el mismo Ejército de HOY.

Sería mejor que la Sra. de Bonafini se ocupara de solucionar los problemas de corrupción de su propia organización de supuestos DDHH y dejara de opinar sobre el Ejercito Argentino.

Pero el otro problema real, no es la ideología ni la falsa historia, ni siquiera el escarnio y la venganza contra las FFAA, son los negocios y delitos de corrupción que se realizan y se realizaran en nombre de los “derechos humanos” y los “delitos de lesa humanidad”.

Sobran ejemplos para aseverar esto:

La identidad de los hijos de la dueña de Clarín. Causa frenada en un Juzgado Federal.

Los negocios de las Madres de Plaza de Mayo y Schoklender. Este caso emblemático que es la punta de un iceberg, donde una ONG que tiene como misión vigilar que el Estado no viole los DDHH, se ha transformado en un apéndice del Gobierno para hacer negocios no muy claros. Por supuesto la causa duerme en un Juzgado Federal.

El intento de apoderamiento de Papel Prensa. Hoy en pleno desarrollo.

El pago de indemnizaciones a guerrilleros ejecutados por la propia organización o atacantes de cuarteles. Hay abundante bibliografía y monumentos que lo demuestran.

Y podríamos seguir hasta el cansancio.

El Dr. Gil Lavedra en el artículo citado antes, seguía diciendo sobre estos temas: Tenemos que revisar con urgencia los mecanismos para controlar la corrupción, las reglas de un sistema de enjuiciamiento inservible, el papel de Jueces, Fiscales y aun de la prensa, que actúan innoblemente bajo el calor de las oscilaciones políticas del momento.

Pero aun falta el negocio más jugoso que serán los juicios civiles, luego de estas condenas penales, buscando el resarcimiento de supuestas víctimas o sus familiares y que nuevamente el Estado tendrá que pagar. De allí el interés de continuar hablando y recalcando nuestra condición de “agentes del Estado” y que aplicábamos el “Terrorismo de Estado”.

Sr. Presidente…

Falta inscribir en el Registro de Sociedades de la Inspección General de Justicia a la firma “Derechos Humanos S.A.”

En resumen somos necesarios militares presos y falsa historia o propaganda para que se continúe el negocio.

La VERDADERA HISTORIA se escribirá dentro de muchos años y Uds. Sres. Jueces serán juzgados, no tengan dudas, sino por los hombres, por la historia; pero sin duda serán juzgados por DIOS y a EL tendrán que explicarle estos tremendos desatinos e injusticias.


TERCERA PARTE: LOS SUBOFICIALES NO PUEDEN SER JUZGADOS
En orden a lo que expuse referido a Leyes y Reglamentos Militares y usos y costumbres de los Ejércitos, quiero referirme al personal a mis órdenes perteneciente a la 1ra Sec. Ejerc. / Dest. Icia 182, en particular me refiero al Subof. My OVIEDO que fuera parte de esta Sección y fue condenado por el Tribunal Oral de Neuquén por la comisión de supuestos delitos. Trasladar detenidos.

Al respecto Sr. Presidente quiero aclarar que nada puede imputarse al Sr. Subof My OVIEDO, que estrictamente cumplía órdenes.

El estaba sujeto a lo que determinaba el Código de Justicia Militar en sus Art. 513 y 514, donde este ultimo establece claramente que si en el cumplimiento de una orden se hubiese cometido un delito el Superior que dio la orden será el único responsable.

Más claro aún el Art. 675 establece “que ninguna reclamación dispensa de la obediencia ni suspende el cumplimiento de una orden del servicio”

El no cumplimiento de las órdenes estaba considerado en los Art. 667 (insubordinación) y 674 (desobediencia) que eran severamente castigados con penas de prisión y hasta la pena de muerte.

Tampoco dispensa de responsabilidad al superior desconocer que un Subalterno suyo haya recibido una orden de otro superior. En todo caso hay un error de omisión por parte del superior inmediato.

Esto es para los militares la obediencia.

La base existencial de un Ejército es la disciplina si esta se rompe, pasa a ser una banda.

Decía el Dr. Carlos Pellegrini, en el discurso ya citado:

“Sarmiento decía una vez, repitiendo las palabras que SAN MARTIN pronunciara con relación a uno de los Coroneles de la Independencia: El Ejercito es un león que hay que tenerlo enjaulado para soltarlo el día de la batalla…. Y esa jaula, Sr. Presidente, es la disciplina, sus barrotes son las ordenes y los Tribunales Militares, y su fiel guardián es el deber”.

Nunca existió en el Ejercito la “teoría de las ordenes morales o inmorales” este es un invento del premiado Embajador Balza.

Nunca al personal militar condenado en este Juicio se le enseño a analizar qué tipo de orden recibía y si la iba a cumplir o no. Se nos enseña a cumplir órdenes de muy jóvenes, desde los Institutos de Formación de Oficiales y Suboficiales, en cada uno de los cursos de nuestra carrera y aun en las “escuelas de Regimiento”.

Hay un viejo dicho en el Ejército:

Las órdenes se imparten para ser cumplidas, no para analizarlas.

En consecuencia, Sr. Presidente, nada puede imputarse al Subof My OVIEDO que estaba a mis órdenes, por lo que respetuosamente le solicito que los hechos que se le imputan, sea imputados en mi persona, atento a lo que establece el CJM, las Leyes y Reglamentos Militares y los usos y costumbres de los Ejércitos, vigentes al momento de los hechos.

Por último Sres. miembros de la Sala les quiero reiterar, con todo respeto, que desconozco su autoridad para juzgarme.

De hecho lo harán y mi condena ya está nuevamente impuesta.

No vine a esta Excma. Cámara a pedir clemencia por mi condena, pese a lo inconstitucional y arbitrario de la misma, no es de soldados rogar o pedir clemencia.

No me defenderé, no tengo ningún interés en hacerlo, pues convalidaría la ilegitimidad de la condena impuesta, condénenme las veces que quieran, pero sepan que nunca voy a renegar de mis convicciones.

Uds. positivamente saben que no están ante un delincuente.

De nada, pero de nada, tengo que arrepentirme en mis 35 años de servicio al Ejército.

Estoy orgulloso de ser un soldado del Ejército Argentino.

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