jueves, 15 de diciembre de 2011

NUEVA PRESIDENCIA DE CRISTINA KIRCHNER





Editorial de El Mercurio


Con sus habituales desplante y seguridad, Cristina Fernández de Kirchner inició un nuevo mandato presidencial, prometiendo trabajar por una "Argentina más justa, equitativa y solidaria", y profundizar su "modelo económico", el que -dijo- ha permitido a su país dar "testimonio de que es posible un desarrollo diferente..., con posibilidad de crecer y distribuir el ingreso en democracia". La Presidenta está orgullosa de los logros de su "proyecto nacional, popular y democrático", y sin ninguna inhibición comparó positivamente a Argentina con Europa, que atraviesa una grave crisis. Sin embargo, no adelantó ninguna medida concreta para enfrentar la coyuntura.

Dos hechos marcaron la voluntad de la Presidenta de mostrar que es ella quien manda en su gobierno. El primero es formal: no fue ninguna autoridad de la República, sino su hija Florencia quien le ciñó la banda. El segundo es político: en su gabinete hay pocas caras nuevas, pues más bien reafirmó a sus incondicionales, y a algunos de ellos -como el secretario de Comercio, Guillermo Moreno- les confirió poderes aún mayores.

La nueva etapa que comenzó esta semana estuvo marcada por la discusión en la Cámara de varias leyes, entre ellas la del presupuesto, que, ahora con una mayoría cómoda, obtuvo pronta aprobación. Un punto importante es que se reafirma en la ley que se usarán reservas del Banco Central para pagar la deuda externa, una práctica que le ha permitido cumplir los compromisos hasta ahora. Este mes debe pagar cerca de dos mil 300 millones de dólares, y 13 mil 300 millones en 2012. Si bien Argentina ha renegociado más del 90 por ciento de su deuda, todavía tiene pendiente un difícil acuerdo con el Club de París para el pago de unos ocho mil 900 millones de dólares, lo que mantiene a Argentina fuera de los circuitos financieros internacionales. Y profundamente inquietante para la libertad de prensa en Latinoamérica es la inmediata presentación con urgencia de su antiguo proyecto por el cual busca declarar "de interés público la fabricación, comercialización y distribución de papel de diarios", que tiene el obvio propósito de estrangular a los periódicos opositores.

Cristina se jactó de que durante su administración y la de su marido -por quien derramó lágrimas, invocando su ayuda para no equivocarse- se dio "el período de crecimiento más alto del país en sus 200 años de historia". Sin embargo, los analistas coinciden en que, dada la actual situación económica mundial, Argentina no podrá seguir creciendo al mismo ritmo -más del ocho por ciento anual-, una de las claves para que el país se haya mantenido a flote tras la debacle económica de 2001.

Con una estrategia de fomento al consumo interno, control de precios y de importaciones (que ahora se han restringido más aún, con nuevos controles a la venta de dólares), y apoyo a la reindustrialización, así como un gran gasto público, extensas ayudas sociales y subsidios a diversos sectores -incluidas medidas populistas, como 191 millones de dólares para transmisión del fútbol-, el gobierno ha podido salir adelante gracias al auge de los precios de los commodities , especialmente de la soya. La duda es si, a pesar de sus palabras, mantendrá el nivel actual de gasto o hará recortes para adecuarse a las circunstancias. Ya se eliminaron los subsidios a la luz y el gas a grandes empresas y bancos, y se ha dicho a los sindicatos que en 2012 no habrá reajustes sobre el 18 por ciento. Esto es algo a lo que los trabajadores están dispuestos a oponerse, pues objetan que la inflación real es de más del 27 por ciento, el doble de lo que reconoce el gobierno. Hoy, los trabajadores harán una prueba de fuerza con la Casa Rosada, cuando salgan a la calle para celebrar el Día del Camionero, que encabezará Hugo Moyano, ex aliado y hoy rival de Cristina.

El curso económico argentino y su desenvolvimiento político -pese al contundente apoyo recibido por Cristina Fernández en la reciente elección presidencial- tienen no poco de incógnita. Chile no puede sino seguir con la mayor atención esta nueva administración del kirchnerismo, sin desviarse del foco central de que las relaciones entre nuestros países están hoy en un muy buen pie, como lo afirmó el Presidente Piñera tras el juramento de la Mandataria trasandina.


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