Por Guillermo Cherashny para el Informador Público
Aparte del “cuidado con lo que hacés” que la presidente le disparó a Amado Boudou, también éste habría recibido directivas más específicas. Por ejemplo, que en su interinato continúe la guerra contra el grupo Clarín y Hugo Moyano. En el primer caso, estaría funcionando en Olivos una mesa de seguimiento para pegar donde más duele. De la misma habría salido la idea de la operación judicial para el desmantelamiento de Cablevisión, que es la “caja” del grupo. Pero todavía este objetivo está lejos, porque está en discusión si el interventor Enrique Anzoise tiene atribuciones sobre la recaudación de la empresa. No quedan dudas acerca de la intención del gobierno de privar al grupo del manejo de esa empresa por sobre las demás. A todo esto, no pasa un día sin que el gobierno produzca algún hecho nuevo. El último fue la rescisión del alquiler para el funcionamiento de la antena de Radio Mitre que estaba emplazada en terrenos del ejército en Villa Martelli. El Jefe de Estado Mayor, General Luis Pozzi, y su segundo, César del Corazón de Jesús Milani, cumplieron estrictas instrucciones. En cuanto a la ley que regula la producción, distribución y comercialización de papel de diario, su aplicación quedaría, como es lógico, en manos de Guillermo Moreno. Esto no quiere decir, más bien lo contrario, que se haya desestimado la idea de expropiar Papel Prensa.
Otra vez asediado
En cuanto a Hugo Moyano, tiene motivos sobrados para preocuparse por la activación de distintas causas judiciales. El líder camionero cuenta con un staff jurídico importante con dos primeras figuras: el ex juez Daniel Llermanos y el ex Ministro de Seguridad de Buenos Aires Carlos Arslanián. De este último, Moyano se quejaría, porque dice que le cuesta muy caro y que no muestra resultados importantes. Según ciertos indicios, Norberto Oyarbide avanzaría en pocas semanas más sobre Marcos Daniel Hendler, el dueño de la droguería Urbana, que proveía de remedios de alta complejidad al sindicato de camioneros. La intención sería que una bala le pegue cerca a Moyano. Además se espera la reactivación pública del caso del asesinado tesorero del sindicato de Camioneros, Abel Beyroz. La diferencia es que en ésta no será Clarín el que ventilará el tema sino el aparato mediático que manejan Sergio Szpolski y Mario Pergolini y Matías Garfunkel por el otro.
Además, el juez federal Ariel Lijo abrió un nuevo frente al requerir a 51 obras sociales sindicales informes sobre el destino dado a los 48 millones de un subsidio otorgado por la Superintendencia de Salud en el 2007. Por último, no hay que descartar el retiro de los subsidios estatales a los registros de los camioneros. En este juego de presiones no parece estar en riesgo la libertad personal del Secretario General de la CGT, cuya reacción teme el gobierno, razón por la cual elude un ataque frontal- De salir airoso en su contienda con Clarín y Moyano, en el horizonte del gobierno sigue estando presente la ilusión de una reforma constitucional, como deslizó días atrás Julian Domínguez.
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sábado, 7 de enero de 2012
Boudou con instrucciones de seguir la guerra contra Clarín y Moyano
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