jueves, 24 de mayo de 2012
EL ESCRITORIO DEL PRESIDENTE
Esta mañana leí la crónica de "La Tercera" sobre las críticas del Presidente a su antecesora por no haber ordenado evacuar los lugares costeros el 27/F. En realidad, era de sentido común la orden de evacuar. Yo, que estaba en la costa y no soy muy avisado --y menos lo era esa madrugada, en que no había comunicación alguna que pudiera avisarme-- evacué nuestra casa costera hacia los cerros apenas dejé de tiritar. Pero más tarde, esa noche del 27/F, vi en la TV que el Presidente electo Piñera también estaba durante la madrugada en la ONEMI, tras el terremoto. ¿Por qué no le sugirió a Michelle "ordene evacuar la costa Presidenta, porque puede venir un tusunami". Bueno, no lo hizo, si bien ahora parece evidente, a juzgar por sus palabras, que se le tiene que haber ocurrido. Pero, en fin, a ella no y por eso ahora él tiene razón en la crítica.
Nosotros, los del perraje, rara vez tendremos oportunidad de examinar el escritorio del Presidente en La Moneda. Bueno, hoy "La Tercera" en su reportaje lo muestra a todo lo ancho de la página y resulta impresionante, porque está cubierto de una docena o más de montones de papeles de a lo menos dos mil páginas cada uno. ¿Para qué los mantiene ahí, si no los podrá leer aunque se dedique en exclusiva a ello durante el resto de su mandato? Son tantos que no cupieron y ha debido poner otro montón frente al TV plasma que tiene a mano izquierda de su sillón, montón que puede hacer perderse al Presidente detalles importantes de algunas jugadas cruciales.
El Mandatario aparece en la imagen con la camisa arremangada (como lo prometió en la campaña) y hablando por teléfono, pero mirando otra pantalla y, aparentemente, operándola con la mano que le deja libre el teléfono. Este, me han dicho sus próximos, es un defecto suyo: cuando habla con alguien siempre está preocupado de otra cosa.
A sus espaldas hay un retrato de Bernardo O'Higgins, gobernante autoritario, pero que, mal que mal, fue el primer Libertador de la Patria. Por supuesto, todos sabemos quién fue el segundo, pero en la foto no aparece ningún retrato suyo. Sí aparece, a mano izquierda y sobre el plasma, el de Diego Portales. Pero ¿qué hace don Diego ahí? Fue otro gobernante autoritario y que aplicó mano dura. Nadie habría podido imaginar a Portales haciendo concesiones para que manifestantes violentos desocuparan calles, caminos o escuelas. Además de autoritario, fue conservador y estaba lejos del centrismo (a los de este sector los llamaban despectivamente en ese tiempo "pipiolos", es decir, niños traviesos). En fin, Portales era cultor del gobierno impersonal, algo completamente opuesto al personalismo que caracteriza a la actual administración. De modo que si Portales pudiera pedir algo en nuestros días sería que sacaran su retrato de ahí.
En el único rincón del escritorio que dejan libres los montones de papeles hay otra pantalla, cosa comprensible; una bandera chilena, lo cual está muy bien y yo recomendé hace años en alguna columna; y una pequeña cruz, lo que está aún mejor. Y también hay una figura de bronce de un estadista saludando a la multitud, inconfundible: Eduardo Frei Montalva. No podía dejar de estar ahí, inspirando todas las vacilaciones, los "si bien es cierto que no es menos cierto que" y el empeño actual desplegado para, tal como él, entregar el mando a la izquierda después de haber avanzado en su programa y forjando un aparato estatal sustantivamente más grande del que se recibió.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
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