lunes, 18 de junio de 2012
TRAMPA EN EL SOLITARIO.
Todos conocemos el himno de la alegría, y no me refiero el de Beethoven, sino al de la Concertación, el que dice: Chile, la alegría ya viene. Y como toda consigna política difusa creada para que cada persona la entienda como mas le guste, y vote por los que le darán la alegría que solo el votante sabe cual es, terminó frustrando a los que no encontraron la alegría que suponían era la que les ofrecieron. Ya en plena “democracia de los acuerdos” y en plena “economía de la solidaridad”, la gente se comenzó a preguntar: ¿Bueno, y?. ¿Cuándo llega la alegría?. Los políticos –ágiles de mente ellos-, sabían que tipo de alegría pedía la gente, la única alegría. Querían dejar de andar con el billete corto, y llenarse los bolsillos con el billete largo. Obvio, y quien no. Ya corrían los tiempos de Frei, y los políticos, muy dados a cuadrar el circulo, a tratar de encontrarle el cuesco a la breva, y a inventar la pólvora cada cierto tiempo, decidieron culpar de todos los males a Pinochet y su dictadura que atentaba contra los derechos humanos de los que jamás han respetado los derechos humanos del resto, y le dijeron a la gente que la única forma de poder andar con el billete largo era estudiar en la Universidad. Por su parte, los políticos de la en ese entonces Alianza de derecha que con el tiempo devino en una Alianza de socialistas arrepentidos de su pasado en busca de redención, nuevos derechistas, bacheletistas-aliancistas y populistas, secundó a la Concertación en esta jugada maestra que les permitía chutar el problema del billete corto unos 10 o 15 años, hasta que los estudiantes terminaran sus respectivas carreras que los harían millonarios. Lamentablemente para los intereses bastardos de los ingeniosos demagogos que regentan esta angosta y larga faja de vivarachos, los 10 o 15 años han pasado, y la alegría y el billete largo llegaron en una cantidad que al parecer no ha dejado muy contentos a los beneficiarios de tan genial idea. A favor de los políticos hay que decir que por empeño no se quedaron, y asesorados de sus “ingenieros sociales” que han leído cada libro de “pensadores” de izquierda que se les ha atravesado por el camino, recurrieron a cuanta trampa pudieron para hacer realidad las disquisiciones de Carlitos Marx, igualar lo inigualable, y como no se puede igualar hacia arriba, comenzaron a igualar hacia abajo. El objetivo era igualar a los alumnos mas inteligentes y estudiosos con los menos inteligentes y menos estudiosos y de ser posible, con los vagos de frentón. Terminaron con la libertad de enseñanza al obligar a pasar en clases contenidos mínimos que por ser muy numerosos no dejaban tiempo para enseñar nada mas y así se convirtieron en contenidos máximos, y cambiaron la prueba de aptitud académica (PAA) que media aptitudes y conocimientos por la prueba de selección universitaria (PSU), que mide los conocimientos mínimos que los ingenieros sociales de la Concertación suponían que todos sabrían. Entregaron becas a destajo. Fomentaron la creación de Universidades a destajo. Crearon una comisión de acreditación para acreditar lo inacreditable, en fin, nada resultó, porque nada de eso puede resultar. La última ocurrencia del Ministerio de Educación para meter por la ventana de la Universidad a todo chileno en estado de semi barbarie que quiera asistir a ella, ha sido la nueva ponderación de las notas de enseñanza media colegio por colegio, donde el 10% de los mejores alumnos de cada establecimiento educacional tendrán un puntaje adicional que ayude a distorsionar los resultados de la PSU, y así poder favorecer a los que saben menos en desmedro de los que saben mas, ya que por ejemplo, una nota de 5.5 de un alumno promedio en un colegio exigente, valdrá menos que una nota de 5.5 de un alumno destacado de un colegio de mentira. Los políticos entonces, en lugar de utilizar la medida mas fácil que consistía en rebajar los 450 puntos que se necesitan para entrar a la Universidad a unos 300 o 350 puntos, y otorgar becas desde esos mismos puntajes y no de los 500 actuales, eligieron la forma mas rocambolesca posible, y la igualdad socialista dio paso abiertamente a la discriminación, desvergüenza y a un abierto perjuicio a los que mas saben para favorecer a los que saben menos. Stalin, Lenin y el “Che” estarían orgullosos de Harald Beyer. Yo no veo porqué no bajan el puntaje de postulación, si 450 equivalen a un 1.5 en la escala de notas del colegio de 1 a 7, y 350 puntos probablemente equivalga a un 1 pelado. Que mas da. Si a estas alturas no nos vamos a fijar en detalles.
Publicado por Maximo
lunes, 18 de junio de 2012
DEL BLOG DE MÁXIMO
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