martes, 24 de julio de 2012

ESTADO DE SITIO EN LA ARAUCANÍA




DEL BLOG DE HERMÓGENES


Martes, 24 de julio de 2012
Estado de Sitio en la Araucanía

En la Araucanía no hay un conflicto mapuche, hay más que eso: una revolución que tiene apoyo político interno y externo. ¿Necesito decir quiénes son sus inspiradores?

Y como en esa zona, tal como en el resto del país, pero en mayor medida aún, no hay propiamente gobierno, pues nadie ejerce la autoridad indispensable para garantizar una vida civilizada, los revolucionarios llevan a cabo su tarea en casi total impunidad. Ya se registran más de 500 atentados de variada gravedad. Siempre los cometen los mismos. En carta a "La Tercera" de hoy el dirigente gremial de la zona, Emilio Taladriz, dice que allá tiene lugar un atentado cada dos días.

Hay enormes extensiones de tierra fértil sin trabajar, porque un ente estatal --siempre que hay un problema grave, hay un ente estatal actuando ("el Estado no es la solución, es EL problema"- Reagan)-- la ha comprado a particulares que la hacían producir y se la ha entregado a comunidades que no la saben hacer producir.

Donde no hay propiedad, hay pobreza y retraso.

El gobierno tampoco es capaz de garantizar la tranquilidad y el respeto a los derechos porque esto requeriría enfrentar con la fuerza legal a la fuerza revolucionaria ilegal, y eso podría generar alguna víctima. En este momento el gobierno está satisfecho porque hay más carabineros que terroristas heridos y eso es bueno para las encuestas. Porque si hubiera un solo extremista muerto la extrema izquierda proclamaría lo mismo que le decía Fidel Castro a Frei Montalva, que frente al caos desatado por su propia demagogia una vez tuvo que ponerse los pantalones: "Prometió una revolución sin sangre y les ha dado sangre sin revolución". Castro, por supuesto, había hecho una revolución con mucha sangre, principalmente derramada por su subordinado y asesino en serie, Ernesto "Che" Guevara. Dicisiete mil muertos le contabilizó el "Libro Negro del Comunismo", que documentó las cien millones de víctimas que este sistema provocó en el mundo.

Donde no hay justicia hay abuso y caos. Porque en la Araucanía el poder judicial se pasó al bando revolucionario.

Entonces las acciones legales no surten efecto y da vueltas la puerta giratoria. Pero ya la situación no da para más.

Lo único que cabe a estas alturas es la declaración del Estado de Sitio y la aplicación de las facultades que éste entrega al Presidente de la República: "Trasladar a las personas de un punto a otro del territorio, arrestarlas en sus propias casas o en lugares que no sean cárceles ni en otros que estén destinados a la prisión o detención de reos comunes... y, además, suspender o restringir el derecho de reunión y restringir el ejercicio de las libertades de locomoción, de información y de opinión".

Porque en el estado de sitio los tribunales politizados de la izquierda no pueden entrar a calificar las circunstancias de hecho ni los fundamentos de la autoridad para aplicar las medidas.

Desde luego, al mismo tiempo, ante la justicia se debe comenzar a invocar la legislación de seguridad interior y antiterrorista a la cual ha renunciado el debilísimo gobierno que los chilenos se dieron en 2010 ("se dieron", porque yo no fui cómplice de eso).

Llamen a todo lo anterior "mano firme", "mano dura", "régimen autoritario" o "dictadura", pero nadie podrá decir que es ilegal. Y es, además, indispensable.

Si el gobierno no lo hace, todo será para peor y terminará pagando un costo mucho más alto que si se atreviera a ponerse de una vez los pantalones frente a la revolución en curso en la Araucanía.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce

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