viernes, 20 de julio de 2012

Kirchner + Zaffaroni = 35.000 asesinatos





julio 20, 2012
By Carlos E. Viana

“Es lo mismo el que labura

noche y día como un buey,

que el que vive de los otros,

que el que mata, que el que cura

o está fuera de la ley…”

Cambalache, de José Santos Discepolo.

De acuerdo a las investigaciones de Jorge Lanata, ya alcanzan a 35.000 los asesinatos en democracia. Es una cifra de sangre, mayor que las bajas fatales que los Estados Unidos han tenido en la guerra que desde el 2.001, lleva adelante en Afganistán e Irak, lo cual significa que la delincuencia ha desatado una guerra anárquica contra los argentinos honestos. Estas víctimas asesinadas en su mayoría impunemente, no tuvieron las garantías que les asegura expresamente la Constitución Nacional de la República Argentina. Es decir que para ellos no existió la democracia, ni la justicia. Nunca antes se había dado esta impunidad y grado de injusticia. El temor y la amenaza de guerra violenta hace que en Argentina, vivamos en lo que Hobbes hubiera llamado el “estado de naturaleza”, donde reina el miedo a la muerte violenta. Esto es lo que está viviendo Argentina, especialmente en los últimos nueve años de gobierno kirchnerista. A estas víctimas inocentes, sus padres, madres e hijos, no les interesa que haya más muertos en el México narcotraficante, en la Venezuela que sus gobernantes miran con admiración u en otra cualquier nación de la Tierra, como en varias oportunidades, para justificar, sostuvo el ex ministro coordinador y actual senador nacional Aníbal Fernández.

Sin embargo los deudos de las víctimas, saben que el deber fundamental del estado, de asegurar las garantías que enumera nuestra Constitución no es cumplido por este y que las supergarantías que gozan los delincuentes, resultan en impunidad y más víctimas honestas. ¿Cuáles son los motivos de esta cruenta situación?

Cóctel fatal, resultado: “Regres”

Cuando Néstor Kirchner propuso ante el senado, al Dr. Eugenio Zaffaroni, como miembro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación dijo que él estaba designando “una corte de lujo” y seguramente la población delictiva de la Nación este de acuerdo. Lo cierto es que desde que corte de lujo se hizo cargo, los derechos humanos de los argentinos fueron puestos entre paréntesis, por el supuesto que estos asesinos que devastan hogares, torturan, viola y matan, no son culpables.

¿Quiénes son los culpables para ellos?

Pues la sociedad, es decir las víctimas. En otras palabras, los 5.000 años de historia que con la ampliación de las libertades individuales del hombre, orgullo de nuestra Civilización Occidental, fueron en vano. Santo Tomás de Aquino interpreto sabiamente la Biblia cuando aseveró que Dios no es responsable por las injusticias que cometen los hombres, porque para eso los había hecho libres, lo que lleva implícita la responsabilidad personal por los actos de estos. Esta visión existencial hizo que en nuestra cultura se terminara con el cruel concepto de la responsabilidad colectiva de sus familias y naciones, cuando las represalias se tomaban colectivamente, como por ejemplo, con posterioridad lo hizo el Nacional Socialismo con los judíos o los “montochorros” con quienes no piensan como ellos.

En consecuencia los “progre” han regresado a conceptos “judiciales” de hace 3.000 años y además sustentados y ejecutados por Hitler, Stalin, Mao Tse Tung y nuestro inolvidable “Stalin 2”, pseudónimo que como periodista utilizó Ernesto Guevara. Etiológicamente, entonces, nuestros “posmodernos” “progre”, no son progres sino regres y valga este neologismo históricamente fundado.

El huevo de la serpiente

Cuando por la noche Galimberti y sus compañeros o Santucho y sus camaradas, brindaban con champagne porque sus bombas habían matado a sus objetivos y muchos más inocentes, aplicaron este concepto de responsabilidad colectiva, al que esta “juventud maravillosa” llamaba revolución. Según ellos Ana María de Viola de cuatro años, el bebe Kreiselburd y cincuenta niños más fueron culpables sociales por haber nacido en una sociedad capitalista.

Cuando Gil Lavedra y Arslanián y cuatro delegados de Alfonsín más, condenaron a ciudadanos argentinos violando expresa y flagrantemente el artículo 18 de la Constitución Nacional y sus colegas se niegan a hacerlo con los asesinos de niños, están aplicando en realidad, el mágico significado que para ellos tiene la palabra revolución, que implica la responsabilidad colectiva.

Raúl Alfonsín en 1987, hizo una amnistía colectiva de delincuentes, que computaba dos años por uno de las condenas de los delincuentes, pero contradiciendo el concepto de ley igual para todos de nuestra Constitución, hizo que a quienes él llamó presos políticos, tuvieran considerados tres años de prisión por cada uno de condena. Esta medida ocasionó el simultáneo aumento de la delincuencia y la sospechosa muerte del Comisario Pirker, que lo había denunciado.

¿Y ahora qué está pasando?

Uno de los miembros de la corte de lujo, cuando fue juez, no quiso condenar por abuso deshonesto a un sujeto que violó a una niña de 7 años, sustentando que si bien la obligo a hacerle una fellatio, lo hizo en la oscuridad y la niña no tuvo conciencia de lo que estaba haciendo. No fue este fallo una excepción de su visión de justicia, si tenemos en cuenta que alquilaba al menos a seis de sus más de 20 departamentos a prostíbulos. Tengamos en cuenta que la prostitución está íntimamente relacionada con el tráfico de personas, uno de los tres mayores flagelos de la humanidad, junto con el narcotráfico, con el cual está mezclado y que a su vez es una de las causas de la violencia asesina de los delincuentes. Los miembros de la Corte de Lujo se solidarizaron con su compañero, olvidando que se están secuestrando chicas para obligarlas a ejercer la prostitución, en condiciones de esclavitud.

Frente a la impunidad de que gozan los delincuentes, el Diputado Nacional Oscar Albrieu (Frente para la Victoria) y presidente de la comisión de legislación penal de la cámara de diputados de la Nación, presento un proyecto de derogación de la ley Blumberg que condena a 50 años de prisión a los delitos de secuestro seguido de muerte y violación seguida de muerte. Según este diputado expresó en una entrevista radial, la misma fue hecha en medio de la animosidad y pasión despertada por el asesinato de Alex Blumberg. En consecuencia para este diputado el secuestro y asesinato a sangre fría de Alex, no fue tan grave y la conmoción pública que provocó fue solo euforia. Otra consecuencia del cóctel Kirchner + Zaffaroni.

Otro diputado presentó un proyecto aprobado por la oposición de los “partidos más de lo mismo”, para el desarme de la población civil y al cual imitan o se adelantaron los gobiernos de Santa Fe y Provincia de Buenos Aires. Es decir Scioli + Zaffaroni y Socialismo + Zaffaroni. Es “vox populi”, que en algunas villas se venderían Fusiles Kalashnicof y se sabe que hay delincuentes que poseen armas superiores a las policiales, que se entrenan como tropas comando. Esto no es un descubrimiento mío, está en todos los medios. ¿Porque no se efectúan investigaciones a fondo sobre el tráfico de armas?

En medio de esto Cristina Kirchner impulsa la reforma del Código Penal. Analicemos algunos de los miembros de la Comisión que presentará el proyecto. Será presidida por Eugenio Zaffaroni (Alquilador a prostíbulos y evasor fiscal), León Arslanián (uno de los beneficiados para créditos para la vivienda a pobres de Aníbal Reinaldo y ex secretario de seguridad bonaerense, cuando se afianzo el narcotráfico), Ricardo Gil Lavedra (garantista y uno de los sostenes de Zaffaroni), el ya mencionado Oscar Albrieu (promotor de la ley de despenalización de la tenencia de drogas, sin tener en cuenta los efectos agresivos que esta produce en los delincuentes), Diana Conti (admiradora de Stalin) y otros más por el estilo.

En resumen, no sólo los delincuentes comunes gozan de impunidad, sino que no atacan en serio los tres flagelos que más azotan a la humanidad en nuestro tiempo, el narcotráfico, el tráfico de personas y el tráfico de armas. Estos no tienen ningún Moreno que los impida.

¿Un nuevo modelo de régimen político?

El “modelo” económico, que solo debe su dinero al Ministro Dr. Soja, ese “yuyito” que nos está salvando, tiene como por encima un temible modelo político, que combina el autoritarismo con la anarquía. Todo lo que se opone al gobierno es tratado dictatorialmente, todo lo que implicaría justicia igual para todos, se transformó en anarquía, con el luctuoso saldo que hemos mencionado. Este régimen DictaAnarco, apoyado por una oligarquía cada vez más rica, intenta fundamentarse culturalmente, con la apología de actores sangrientos de nuestra historia y el resultado de esta suma K + Z, es la negación de los derechos humanos en Argentina, porque es la ignorancia del deber inexcusable del estado de proteger la seguridad del pueblo y es al mismo tiempo la afirmación de la suma del poder público, para terminar con las libertades de los argentinos honestos.




No hay comentarios: