Batman y el Vatayón Militante: los presos a la calle

agosto 19, 2012
By Guillermo Cherashny

La semana pasada, un destacado filosofo escribió una columna en La Nación sobre el mensaje que contiene la película “Batman: el caballero de la noche asciende”. En Ciudad Gótica, es decir Nueva York, después de los atentados a las torres gemelas, Batman es enviado a una cueva en un pozo donde todos hablan en árabe. Allí un terrorista apodado Bane consigue una bomba nuclear para ser estallada en la ciudad y es seguido por terroristas fuertemente armados en las alcantarillas de la misma. La primera medida que toma Bane es liberar a todos los presos de la prisión de Rikers para que se dirijan a los barrios ricos de la ciudad y los comercios para saquearlos, atacando también a la policía local, cuyo comisionado es gravemente herido y pasa a la clandestinidad. Los terroristas preparan la detonación de la bomba nuclear que finalmente es llevada al mar por Batman.

Falta el héroe

Pues bien, los dirigentes y militantes de La Cámpora son, algunos biológicamente y todos políticamente, los hijos de los terroristas de los ’70, y su héroe colectivo es el Nestornauta. Como el Bane de la película, los hijos de los terroristas sueltan a los homicidas y violadores, por ahora para salidas culturales, pero quizás más tarde para lanzarlos sobre los barrios acomodados de la ciudad y saquearlos. En la película, contra los saqueos se reúnen los indignados de Nueva York, así como en Buenos Aires los ciudadanos protestamos porque no soportamos más la inseguridad y la dictadura de la viuda del Nestornauta. Pero nuestro problema es que no encontramos al Batman que nos salve