viernes, 3 de agosto de 2012

LOS PRESOS QUE SALEN DE LAS CÁRCELES





Los presos que salen de las cárceles



El periodismo independiente, militante de sí mismo, sigue en caída libre en su tránsito hacia el 7 de diciembre. ¿Qué ocurrirá con la desinversión? Hay mucha tela para cortar y es materia de leguleyos. Nada asegura que algo vaya a cambiar, poco o mucho. La Ley de SCA se votó en 2009, pero a las elecciones 2011 llegamos con su principal artículo antimonopólico suspendido por la Corte Suprema de Justicia. Sigue Clarín en caída libre, y publicó el domingo una de esas tapas de antología. De ciencia ficción. De golpear al gobierno adonde sea y como sea. El próximo libro que hable sobre política de seguridad, de política carcelaria en Argentina, deberá incluir esta tapa. Y analizar no cómo afecta al oficialismo, tal el propósito de Clarín:


Lo dice Asís en twitter: «La portada de Clarín de hoy es el peor golpe de canto en la yugular del Gobierno. Buscaron como enemigo al diario y lo encontraron». «Los paranoicos suelen tener razón. Nuestra César cree que Clarín planifica voltearla antes de la "desinversión" del 7 de diciembre».

Lucas Carrasco explica, en cambio, que la nota de Clarín se basa en un carpetazo. Destinada, la carpeta, a erradicar del Servicio Penitenciario Federal una nueva manera de encarar el asunto: desde la vertiente de los Derechos Humanos. Es decir, empezando a dejar atrás los remanentes de la política carcerlaria heredada de la dictadura. A 30 años del final de la misma, persisten sus enseñanzas, persiste el autoritarismo y, peor, en muchísimos, demasiados casos, persiste el empleo de métodos clandestinos, enfrentados a cualquier estado de derecho. Lo explica acá el primer apuntado por Clarín, Víctor Hortel, director nacional del SPF:



link: http://www.youtube.com/watch?v=mNWtZFRHI2g


dijo:"...no teníamos que pararnos en la cuestión dogmática conceptual del diseño de una política penitenciaria en términos de política criminal, que es lo tradicional, que es lo común, que es lo que dogmáticamente corresponde hacer, sino que teníamos que hablar de la cuestión penitenciaria desde la óptica, desde la visión y desde el compromiso en la cuestión de los DD.HH. (...) Intentar generar algo distinto. Y plantear la cuestión en términos conceptuales, en términos dogmáticos, desde la política, desde la visión de los DD.HH. implica que, aún (?) en el discurso de la política criminal, ya es una política criminal distinta de la que se venía haciendo...".[/quote]

Podemos ver, entonces, que son dos las aristas desde las cuáles abordar la ¿noticia?: una es el carpetazo de algún sector nostálgico por las buenas épocas de la dictadura, denunciado por Lucas, y la otra vertiente es la utilización política que de eso hace Clarín. Que estudien eso último en las facultades de periodismo. Y claro, aparecerán los formateados, los reyes del sentido común que piden seguridad porque-con-esta-inseguridad-ya-no-se-puede-vivir, a denunciar al kirchnerismo por sacar y llenar de presos sus actos políticos. Tal es el mensaje que deja la nota. Y se matan dos pájaros de un tiro: se le pega al proyecto político que más viene haciendo por una seguridad democrática (lo realizado por el alfonsinismo, por el menemismo y el delarruísmo es igual a cero) y se intenta dar vuelta justamente esa política que, si es exitosa, en el largo plazo, no permitirá que ocurra lo que ocurrió recientemente en Salta.

O lo que debe estar ocurriendo en este mismo instante en alguna cárcel de cualquier provincia. O lo que denuncia acá Verbitsky. ( 1)

El ministro de Justicia, Julio Alak, dijo que "El caso Vázquez es uno más, y no la excepción. Si salió del lugar en el que se encuentra detenido para concurrir a alguna actividad integradora, fue porque el juez lo autorizó". Clarín debió entonces rectificarse hoy, aunque sin dar el brazo a torcer:


Ahora, el grave problema (ya que las autorizaciones pertinentes fueron dadas por un juez), es que un evento cultural tenga tinte político. ¿Cómo no va a tenerlo, si el evento está organizado por una agrupación política que tiene, como una de sus actividades permanentes, la de organizar eventos con y para presidiarios?

Nuevamente, el problema no es ese, siguen siendo los mismos: por un lado, la intención de Clarín de pegarle al gobierno con lo que tenga a mano, con lo que sea. Por otra parte, la de grupos ligados a la política carcelaria bonaerense (que dista mucho de estar enmarcada en cualquier política de Derechos Humanos) que pretenden seguir con métodos y técnicas heredadas de la dictadura, grupos que ven en los presidiarios no a seres humanos que cometieron delitos sino a seres que, por haber cometido delitos, han perdido la categoría de seres humanos y merecen ser tratados como animales. Claro, haríamos bien en recordar que, como ocurre casi en todos los países del mundo, existe un sistema judicial diferenciado: a los ladrones de guante blanco (los verdaderos perpetradores de catástrofes económicas) no los atrapa nadie y, en cambio, a los ladrones de gallinas les cae todo el peso del Código Penal.



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