lunes, 1 de octubre de 2012
DEL BLOG DE HERMÓGENES
Domingo, 30 de septiembre de 2012
Y la Revolución Sigue su Curso...
El otro día leí que el Presidente había pedido audiencia en su casa a uno de sus antecesores, el inefable don Patricio. Al cabo de la visita se supo el motivo: en el Museo Histórico hay una sección dedicada a resaltar el legado de cada Presidente, pero que incurre en una omisión imperdonable: la secuencia se interrumpió hace ya varias administraciones, de tal modo que Piñera no figura ahí, para recibir el homenaje de eterna admiración de los chilenos. Entonces, como Aylwin tampoco está, le ofrece formar alianza para incorporar los nombres de ambos a la memoria histórica de los chilenos. Para edificación cultural de la ciudadanía, naturalmente. Y con el dinero de ésta.
Conjeturo, a partir de ello, que Sebastián Piñera piensa dedicar su último año (porque a estas alturas del próximo ya nadie se preocupará de él, sino de la elección de su sucesor(a)) a lo que más le importa en la vida: su propio enaltecimiento. Pero esos desvelos le impiden darse cuenta del avance de la revolución en curso.
Antes de profundizar en ella diré que fue bien pensado visitar a don Patricio para comprometerlo en la tarea del autoenaltecimiento, pues él comparte el celo por su imagen. Ha tenido algunos tropiezos en lograrlo, es cierto, como el que usted puede ver en YouTube si digita "Aylwin" y ve el video más visto de todos. Y también si lee el diario digital "Chile Informa" de anteayer viernes 28 de septiembre, donde el periodista Fernando Martínez Collins recuerda que, en 1993, el entonces Presidente Aylwin le prohibió la entrada a La Moneda sólo por haberle preguntado cómo conciliaba su declaración de que no indultaría a terroristas envueltos en hechos de sangre con su posterior indulto a los mismos. Aylwin no sólo se enfureció y le reprendió severamente delante de todos, cuando se lo preguntó, sino que prohibió en lo sucesivo su ingreso a La Moneda. Entonces el diario de Martínez Collins discretamente lo redestinó al Congreso, en Valparaíso. Y, recuerda también el periodista, ningún medio informó de su interpelación al Presidente, pese a que ella tuvo lugar delante de todos los periodistas de Moneda, ni de las consecuencias de ella. Pese a que oficialmente ya no había en Chile "presiones ni censura del gobierno contra los periodistas", como, según algunos, sucedía antes de 1990.
Pero no nos perdamos en la polvareda, porque mi tema de hoy es que la revolución sigue su curso. Hoy en "El Mercurio" sólo una carta del lector Gerardo Jofré toma nota del importante aporte a ella hecho por la Pastoral de los obispos que comenté anteayer. Jofré la etiqueta discretamente de "populismo" episcopal, pero es mucho más que eso. Es el aporte del episcopado a los revolucionarios que quieren cambiarlo todo. Se suma al clima revolucionario, que no reside sólo en la acción violenta de los encapuchados que disparan con armas de fuego a Carabineros, en la acción de los "cascos azules" para anular su eficacia antiterrorista, en la de los comandos terroristas en la Araucanía, que incendian bosques, maquinaria, cosechas y viviendas allá o en el llamado a transgredir la Constitución que está en muchas páginas de los diarios.
Vean ustedes la página C 7 de "El Mercurio" de hoy, donde los ex ministros socialistas de Bachelet, junto con repudiar a Camilo Escalona por no sumarse a la idea de la Asamblea Constituyente, la instituyen como un planteamiento básico de su partido.
Traduzco: eso implica pasar por sobre la Constitución. Y en eso están todos, en los diferentes frentes revolucionarios: no sólo hablo de los comunistas, desde siempre en eso y cuyos jóvenes impacientes (Camila a la cabeza) llaman a "funar" las elecciones; hablo del frente eclesiástico, ya comentado; del intelectual (véanse las "Conversaciones" de Pilar Vergara con Ernesto Ottone, el pensador próximo a Lagos, hoy en Reportajes de "El Mercurio", donde demanda cambiar los quórums constitucionales y que ayer, en el mismo diario, donde es columnista, se preguntaba, vistos los vientos que corren: "¿Podremos Vivir Juntos?"); veáse también a Lagos mismo, aliado con José Antonio Gómez, demandando la inconstitucional "Asamblea Constituyente"; véase a los kerenskys, como siempre, poniendo la alfombra a la revolución (Ignacio Walker, presidente de la DC, también impulsa la rupturista "Asamblea"); y, en fin, no se olvide el frente revolucionario judicial de izquierda, sobre el cual hoy da otra voz de alarma Pablo Rodríguez, también en "El Mercurio" (A2).
Sólo falta, para completar el cuadro revolucionario, el desfallecimiento de la derecha, promovido eficazmente por ese sector de la misma que habitualmente tiende a marcharse hacia las líneas adversarias. Hasta hoy lo encabezó Piñera, y se suma a él el nuevo contingente de "arrepentidos" que ha reclutado.
¿Y qué creen ustedes que hará Michelle, cuya llegada se acerca indefectiblemente? ¿Vendrá a dar su respaldo al devenido moderado Escalona y a la constitucionalidad, o a sumarse a las fuerzas revolucionarias?
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce en 11:27 15
Viernes, 28 de septiembre de 2012
La Invocación de los Pastores
Por supuesto que la Carta Pastoral de los Obispos tenía que provocar el efecto de que da cuenta "El Mostrador": la Iglesia hizo "un giro a la izquierda". Los demás diarios seguramente piensan lo mismo pero no lo publican, sino que simplemente reproducen el pot pourri que leyó Monseñor Ezzati. Con todo, pienso que a él no se le debe echar la culpa, porque debe forzosamente incluir en el mensaje, a discreción, algo o mucho de lo que quieren decir las tres alas del Episcopado. Éste, como toda institución chilena que se respete, se divide en derecha (clara minoría), centro e izquierda (ambas forman la Concertación y son mayoría).
Por cortesía, entonces, monseñor incluyó un párrafo satisfactorio para la minoría de derecha y que fue seguramente (en forma tímida, como lo hace la derecha) sugerido por ésta: "Los mayores niveles de educación alcanzados ofrecen oportunidad de contribuir al progreso en dos dimensiones esenciales de lo humano: la razón y la libertad". Perfecto.
Pero después, en todo el resto, la mayoría de centroizquierda y pasó la aplanadora:
"Chile, dice, es uno de los países donde se ha aplicado con mayor rigidez y ortodoxia un modelo de desarrollo centrado en los aspectos económicos y en el lucro". Lo cual, por supuesto, es notoriamente falso, pues el sistema imperante está centrado, justamente, "en la razón y la libertad". Cualquiera puede hacer lo que desea (libertad). ¿Qué norma obliga a producir ganando plata (lucro)o cuál prohíbe renunciar a las ganancias y trabajar "por bolitas de dulce"? Ninguna.
Naturalmente, como el ser humano es, aunque repita boberías, racional ("la razón"), generalmente, cuando hace algo, espera obtener de ello más de lo que le ha costado ("lucro"). Sólo los izquierdistas emplean en una actividad más recursos de los que ésta genera, y lo hacen porque esos recursos casi nunca son de ellos, sino del Estado, es decir, de todos. Ergo, pueden dilapidarse (o llevarse para la casa en sobres con billetes)...
Lo que viene a continuación, en la Carta Pastoral, da fe de la mayoría de izquierda en el seno del Episcopado que la emite: "Se aceptaron ciertos criterios sin poner atención a consecuencias que hoy son rechazadas a lo ancho y largo del mundo, puesto que han sido causa de tensiones y desigualdades escandalosas entre ricos y pobres". ¿En qué planeta vive la mayoría de los obispos? Las tensiones y desigualdades "a lo largo y ancho del mundo" derivan de que se aplicó el principio socialista de gastar lo que no se tenía, y ahora, cuando hay que pagar la cuenta, la plata no alcanza. Reventó el "Estado de Bienestar" izquierdista.
Luego añade la Pastoral, obviamente refiriéndose a Chile: "La libertad económica ha sido más importante que la equidad y la igualdad. La competitividad ha sido más promovida que la solidaridad social y ha llegado a ser un eje de todos los éxitos".
Lamenta que se haya puesto "al mercado como asignador de todos los recursos". ¿Y quién debería asignarlos, entonces? La respuesta la sabemos, pues hace siglo y medio la dio Marx: el Estado.
Monseñor lamenta que éste "pierda sus instrumentos de intervención hasta convertirse sólo en un ente regulador... Se postergan medidas que retardan hasta lo inaceptable una mejor distribución y una mayor integración social. Esto se da, por ejemplo, dice, en la dificultad de revisar el sistema impositivo".
¡Por supuesto! ¡Cómo no nos habíamos dado cuenta antes! Más impuestos para que haya un Estado más grande, con muchos burócratas generosos que ni siquiera por un momento van a pensar en quedarse ellos con la plata, como lo hacían en MOP-GATE, sino que la van a repartir generosa e igualitariamente entre todos los chilenos.
Pero, se conduele la Pastoral, no hay nada de eso: "El lucro desregulado, que adquiere connotaciones de usura, aparece como la raíz misma de la inequidad, de la voracidad, del abuso, de la corrupción y del desgobierno".
Esto nos deja listos para aplicar el programa diseñado y publicado por Pancho Vidal hace pocos días y que, se supone, ya va a tener listo para cuando Michelle Bachelet anuncie finalmente su decisión de venir a reinstaurar el socialismo en Chile y a reconquistar la felicidad inmensa que nos dio, lamentablemente sólo de manera transitoria y hasta que sólo quedó "harina para pocos días más", la "revolución con empanadas y vino tinto" en 1973. ¿O Michelle irá de nuevo a preferir a Andrés Velasco?
¿El debilitamiento del matrimonio, la disolución de la familia y los "niños sueltos" que caen en la droga y el delito porque la madre ¡oh éxito social!, ha entrado a formar parte de la "fuerza de trabajo" (como si formar bien a los hijos no fuera el más digno de los trabajos); aborto rampante, la degradación moral del lenguaje y la relajación de las costumbres... ¡Señor, váyase a otra iglesia, si a usted le preocupan esas cosas!
"Estamos refundando el país y esto es muy apasionante", concluyó, en fin, monseñor Ezzati. ¿Está seguro? ¿"Y si se chinga"?
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
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