miércoles, 9 de enero de 2013

LA MUERTE DE UN HÉROE Y EL COMIENZO DE UNA LEYENDA




El Comienzo de una Leyenda


Lo imagino avanzando firme y decidido hacia la puerta con el arma en la mano,
mientras la casa comienza a arder y los perpetradores, en un número tremendamente
superior, fuerzan la entrada.
Con entereza y valor, aún al saber que está solo y que enfrenta a un enemigo diez
veces mayor, defenderá a su mujer y su hogar a costa de su vida si es necesario.
No lo amedrantan las adversas circunstancias; el momento largamente temido y
conversado ha llegado.
Es entonces cuando descarga su arma sobre el primero que entra y recibe entonces un
disparo fatal que le hace caer.
Ya la casa arde por los cuatro costados, las alimañas han cumplido su cometido, sólo
resta que el fuego haga su terrorífica tarea, mas el anciano ha vendido cara su vida y
uno de ellos huye con un impacto de bala.
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Ayer, bajo un sol esplendoroso en la Araucanía, acompañamos al matrimonio
Luchsinger a su última morada
A pleno sol algunos y el resto en una iglesia abarrotada por una multitud aún
sorprendida sin poder digerir todavía la real dimensión de esta inmensa tragedia,
escuchamos con resignación una larga y soporífera homilía llena de clichés y lugares
comunes que no cuadraban con lo que realmente había sucedido.
Por lo que escuchamos, podía perfectamente el matrimonio haber fallecido de muerte
natural
Tampoco esperábamos que la Iglesia dijese que estos cuerpos calcinados dentro de
sus féretros, eran dos víctimas frutos del odio y la envidia de animales financiados
por organizaciones extranjeras, por la ineficiencia de un Gobierno que siempre
reacciona tarde, por Jueces que aplican leyes y que después se desdicen ante la
presión de minorías, por políticos sin pantalones que solo cuentan votos.
Estos dos mártires del extremismo, nos dejan sin embargo una lección de valor y
resolución admirable frente al odio y la maldad.
Del crisol del fuego del martirio, ha nacido un héroe en la figura de Werner
Luchsinger.
Les decimos eso sí a los cobardes asesinos para su tranquilidad, que cuando ocurra el
primer aniversario de la ignominiosa muerte de nuestro héroe, no iremos arteramente
a sus casas a incendiárselas ni a quemar a sus familias.
Esto, sólo puede estar en las desquiciadas mentes de los mal nacidos.
La leyenda, no de víctimas como tienen ellos, si no de un héroe, ultimado
combatiendo contra fuerzas superiores en la defensa de su tierra, regada hoy con su
sangre, irá creciendo y habrá de ser un legado que nunca deberemos olvidar.

Willy Bascuñán


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