viernes, 1 de marzo de 2013
González y la Madre del Cordero
"Los Prisioneros" fue un grupo de rock revolucionario que nació en Chile bajo y contra el Gobierno Militar. Si éste si hubiera sido una "dictadura", como ahora dicen, los habría reprimido; pero como no lo era los permitió, así como permitió una constelación de revistas sañudamente opositoras ("Cauce", "Apsi", "Análisis" y otras) y también diarios ("La Época", "Fortín Mapocho"), dedicados exclusivamente y con amplio financiamiento interno y externo a disparar contra el Gobierno.
"Los Prisioneros" pelearon entre sí y se disgregaron y ahora el principal de sus miembros, Jorge González, lleva una cómoda vida de protesta contra el capitalismo en el riñón del ídem contemporáneo, que es la Alemania gobernada por un régimen derecha. González sólo sale de Berlín si le ofrecen suficientes millones libres de impuestos y, naturalmente, fue invitado al Festival de Viña del Mar, donde voceó sus estribillos revolucionarios en medio del habitual ruido rítmico de tarros que caracteriza su rock, lo cual no tiene ninguna importancia. Pero coronó su actuación iracunda con una frase que sí tiene mucha importancia y que reveló a Chile dónde está "la madre del cordero"; empuñando el micrófono le gritó a la Quinta Vergara lo siguiente: "Señora Bachelet, si no va a derogar la Constitución, no se moleste en venir".
Jorge González, como revolucionario de extrema izquierda violento (tanto que cada vez que se presenta en Viña rompe muchas cosas, presa de la ira característica de los de esa vertiente política) dio en el blanco: Chile hoy es lo que es porque sus bases institucionales no pueden ser cambiadas sino con dos tercios de los votos en el Congreso. Y en Chile, si bien la mayoría puede en cualquier momento cometer cualquier disparate, es muy difícil juntar dos tercios de Michimaloncos que abran las anchas alamedas para destruir casi todo una vez más.
La invocación a Bachelet de Jorge González obtuvo, naturalmente, un tremendo eco en la galería de la Quinta, llena de juventud revolucionaria, "compañeros de ruta" y "tontos útiles" (dicho sin ánimo de ofender, pues son los nombres que les dan a ambos grupos los propios comunistas).
Chile hasta ahora se ha salvado porque es una democracia protegida por los altos quórums constitucionales impuestos a quienes desearían demolerlo otra vez. No es que la Concertación haya sido "moderada" y haya querido "administrar el modelo". Es que nunca pudo reunir los dos tercios para cambiar las bases de ese exitoso modelo, que son la libertad y la propiedad, y que, a la vez, son las primeras cosas que los revolucionarios deben suprimir para imponer su proyecto totalitario.
Los que actualmente propician una "Asamblea Constituyente" lo único que buscan, en el fondo, es lo mismo: derogar los quórums más exigentes de la Constitución de 1980. Logrado eso, el derrumbe general del vendrá por añadidura y en corto plazo. Ahí también apuntaba el "movimiento grande, noble y hermoso" (secundum Piñera), que estremeció al país hasta sus cimientos en 2011 y que pretendía desbancarlo a él, de lo cual fue el último en darse cuenta.
Y como en el país hubo una sola autoridad que reaccionó como tal y recurrió a la fuerza de la ley para derrotar a la subversión estudiantil comunista (el Alcalde de Providencia), los revolucionarios pusieron sus ojos en él para desbancarlo en la siguiente elección. Así, mediando el concurso de los mismos "compañeros de ruta", "tontos útiles" y "kerenskys" de siempre, además de la defección de la "gente buena" que no se dio la molestia de ir a votar, lograron su propósito.
Michelle Bachelet 2.0 ya sabe, pues, lo que tiene que hacer, pues la conminó Jorge González. Si no lo hiciere, los revolucionarios la harán pasarlo muy mal; y si lo hiciere, la fuerza de las cosas la hará, más temprano que tarde, pasarlo aún peor, junto con el resto de los chilenos, como sucedió en 1973.
Pero esa vez hubo quienes supieron hacernos revivir "desde las cenizas", como escribió el gran historiador James R. Whelan hace ya un par de décadas; en cambio ahora no se ve de dónde aquéllos podrían salir, cosa que Jorge González y Michelle Bachelet 2.0 también saben perfectamente bien.
Publicado por Hermógenes Pérez de Arce
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