El “doble estándar”, es toda una institución en Chile.
Lo vemos a diario en todo orden de cosas, actividades y principalmente en los más altos cargos del país.
Se trata de utilizar “cara” o “sello”, según nos convenga.
Por ejemplo, los de izquierda trataron de “maricones” a los de derecha, cuando estos últimos pidieron a la ex presidenta Bachelet, asumir su “responsabilidad del mando” en el terremoto de Febrero del 2010, expresando que “maricón, es el que agrede a una mujer”.
Sin embargo aplaudieron que uno de los suyos maltratara a una Carabinero, en el congreso. También lo hicieron con las cientos de mujeres de edad, salvajemente golpeadas por sus legionarios, en la premier de la película “Pinochet”, y podría dar mil ejemplos más, que omitiré por espacio.
En lo judicial, las muestras del “doble estándar” se han amontonado durante décadas, como para llenar estadios completos de casos, pero mencionaré solo tres ejemplos:
-Los militares condenados por la justicia por casos ocurridos hace 39 años atrás, en su mayoría están acusados por tener personas secuestradas. Estas mismas personas supuestamente secuestradas, para los efectos de indemnizaciones para sus familias, están muertas.
-Para abultar las condenas de estos mismos militares, se les inventó la figura de pertenecer a una “asociación ilícita”, pero nuevamente para recibir las suculentas y millonarias sumas de dinero los familiares, mágicamente vuelven a su condición de “Agentes del Estado”, puesto que de otra forma, el bolsillo de “Papá Fisco”, no tendría por qué pagar.
-En dos casos recientes, todos fuimos testigos, que un conocido personaje de programas faranduleros y opinólogo de cosas que ni sospecha (como las operaciones aéreas), fue detenido por conducir su vehículo, después de ingerir alcohol y sin asesinar o herir a nadie, fue llevado a su formalización esposado, y en Temuco un “terrorista” que quemó vivos a dos honorables personas de la tercera edad, entra a su formalización desafiante con el puño levantado, sin esposas, porque eso podría haber molestado a los grandes defensores de los DD.HH.
El actual gobierno, no está ajeno a utilizar esta vergonzosa herramienta, permanentemente manipulada por los gobiernos civiles anteriores y el mundo político en general, donde por ejemplo, se permite llamar “Dictador” a un gobernante que respetó e hizo respetar, la Constitución y las leyes, haciendo entrega de su alto cargo por mandato del pueblo, en elecciones libres, transparentes y soberanas; en contraposición con otro gobernante, que es recibido con todos los honores reglamentarios, al cual le entregó el poder su hermano, sin que nadie más intercediera en esta decisión y que ya cumplieron medio siglo, como dueños de su país.
Puedo hacer mención también, a los últimos acontecimientos de la “zona de guerra”, de la IX Región, en que anuncian con bombos y platillos, “mano dura” con los responsables de los actos “terroristas” y sin embargo, al día siguiente del funeral del matrimonio LUCHSINGER, presentan una querella criminal por la muerte de uno de los peores “terroristas” de nuestra historia, ocurrida hace 38 años, y posteriormente dan de baja a un Carabinero, que haciendo uso legítimo de su armamento, dispara contra un subversivo, dando señales diametralmente opuestas a la mano dura contra el “terrorismo” advertida, y que ni un genio podría entender.
(Lo claro es qué, hasta la fecha la única “mano dura” que hemos visto, ha sido contra nuestras policías, que ya no tienen como poder cumplir con su sagrada misión).
“Responsabilidad del mando”, es un concepto muy amplio y largo de analizar, para lo cual, primero debe ser definido el concepto de “mando”, que en lo legal (de Jure o de Derecho), lo podemos identificar en 4 estructuras:
- Mando político: Jefe de Estado y altos funcionarios de gobierno.
-Mando estratégico: Gabinete de guerra o Estado Mayor.
-Mando Operacional: En nuestro caso ejercido por los Comandantes en jefe.
-Mandos tácticos: Comandantes directos de las tropas en terreno.
Al presidente Augusto Pinochet (Q.E.P.D.), hasta después de su muerte, lo acusaron de “todo” lo que ocurrió en Chile. “Asesino” y “Torturador” son los adjetivos más utilizados hacia nuestro General, que liberó al país de una evidente guerra revolucionaria marxista.
En este caso, se le atribuyen “responsabilidades de mando”, hasta del nivel táctico.
Sin embargo, a la hora de asumir responsabilidades de los señores políticos, los casos se acotan en el nivel que corresponde o sencillamente se corta el hilo por lo más delgado.
Ayer escuché al candidato presidencial independiente, ex DC., Andrés Velasco decir a los medios de comunicación, que los responsables del terremoto 27F, fueron las FF.AA.
Lo cierto es que esa noche, la invitada de piedra de la ONEMI, fue la propia ex presidenta Bachelet, la que al instalarse en esta oficina, asumió el “mando”, en todos los niveles de conducción, evitando un buen desempeño de los respectivos otros mandos. Eso es algo indiscutible, pues está respaldado con filmaciones y grabaciones telefónicas.
Como costumbre ya instaurada, para evitar asumir la “responsabilidad del mando”, contamos con la pirueta antes señalada, del “doble estándar”, pero además el sistema obliga a tener a alguien que se adjudique este compromiso o culpa, para lo cual llegamos al eslabón más débil de la cadena, que llamaré “chivo expiatorio”, o como solemos decir acá “el hilo más delgado”.
Esta expresión se utiliza para denominar a “aquél que ha pagado las culpas de la gran mayoría, librando a éstos de represalias”.
Cuando fallan todas las instancias anteriores, todavía nos queda un recurso que es el llamado “cargar el muerto a otro”.
Esto es tristemente lo que se está haciendo hace muchos años, donde las autoridades políticas del país, “cargan el muerto a otros” de todos sus desaciertos, sus errores, sus descriterios, sus faltas a la probidad, sus faltas de liderazgo, etc., encontrando en un sector obediente y respetuoso, como son los uniformados, los mejores y más disciplinados “chivos expiatorios”.
¿Quién pagó los platos rotos en el proceso revolucionario marxista, donde el país entero pidió la intervención militar, para restablecer el orden institucional?
Los uniformados
¿Quién asumirá las responsabilidades por los muertos del 27F?
Los uniformados
¿Quién ha asumido la responsabilidad de cada escándalo de autoridades políticas, sirviendo como señuelos para distraer la atención y poder tapar con ramas?
Los uniformados
¿Existirá algún chaleco contra balas, que sirva a los “chivos expiatorios” de turno, para recibir tanto disparo?
¿Quién será el que recibirá el honroso mérito, de la muerte de Neruda?
¿Qué estarán tapando con esto?
……….mejor me voy a contar vacas y recoger fardos.
Jorge Tejos Rodríguez (Chileno avergonzado)
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