domingo, 5 de mayo de 2013

GOLBORNE Y ¿ URUGUAY?


Amigos


no es que me haya llegado el Alzeymer, paso a explicarme


Días atrás en ART TV aparecía el escritor uruguayo Benedetti diciendo que país, por su afición a los empleados públicos, fue "la primera Oficina devenida en República" en el planeta.


No se si la primera. En el Chile de los años 60 toda mi familia eran empleados públicos.


En Uruguay cuando se les acabo el "boom" de la exportaciones de lanas, cuero y carnes se fue abajo "el Estado de Bienestar, la Suiza de A Latina" y estallo la guerrilla de los Tupamaros.


Aquí en Chile estamos nadando en bonos, plasmas, autos, porque el boom insólito del Cobre hace que los chinos trabajen por nosotros. Cuando se acabe el boom (lo que parece que esta sucediendo), vamos a tener un reventon.


¿ y que tiene que ver Goldborne en este pastel ?


Resulta que en el caso que Goldborne sea culpable de alzar unilateral mente las cuotas de mantenimiento de las tarjetas de crédito en Cencosud, lo que así parece, el escándalo ha sido mayúsculo y le costo la postulacion presidencial.


Paralelamente, en este país aficionado al Estado, un escándalo muchísimo peor como ha sido un Censo que quizá debería repetirse, ni le resbala a Longueira, titular de Economía y responsable final de lo sucedido.


Tenemos un escándalo apocalíptico como ha sido el Transantiago, no solo por el derroche billonario de fondos públicos sino también por el genocidio psicológico implícito en el trasporte de la gente mas pobre.
Y ahí esta Lagos impertérrito y la Gordi en el umbral de la Presidencia.


Tenemos vocación por el Estado. La mayoría lo mira como un nube celestial que ilumina al país con sus rayos patrióticos y su vocación "de servicio publico"


Esa (disculpen) ignorancia catatónica nos lleva a crucificar a los pecados veniales y subestimar los pecados mortales. Dentro de este supuesto Angel Tutelar hay mafias, corrupción, matonaje, tráficos de influencia, despilfarro, robo, abuso, imbecilidad asombrosa, parasitismo, nepotismo, impunidad, y una hipocresía que provoca arcadas.


Cuando los chinos dejen de mantenernos ¡ ahí te quiero ver Catalina!-
hp




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