jueves, 25 de julio de 2013

ATENTADO PATRIOTA





Nuestra memoria está compuesta por la memoria individual y la memoria colectiva -dijo Tengo-. Ambas están estrechamente ligadas. Y la Historia es la memoria colectiva. Si se arrebata o se reescribe, no podremos preservar nuestra personalidad legítima” ('1Q84', Haruki Murakami) 

El Museo stalinista de la Memoria y de los Derechos Humanos es la creación de una mirista cuica del barrio alto de Santiago,  Marcia Scantlebury, y no una idea de la ex presidente Michelle Bachelet. Aun cuando se la adjudican a ella. Es mausoleo en homenaje a los terroristas del Mir, del Frente Lautaro y, finalmente, del FPMR. Como tal es sesgado. Las verdades a medias se convierten en mentiras permanentes. Esas son las ‘víctimas del Gobierno Militar’. Eran personas malas que disfrutaban de la violencia y el asesinato. Esa institución tiene el propósito de demonizar y estigmatizar socialmente a los hombres que combatieron el terrorismo, gracias a los cuales los revolucionarios de antaño se convirtieron en burgueses, exigiendo millonarias indemnizaciones. 
Así en el debate que hubo en ‘El Mercurio’ sobre el Museo de la Memoria, su actual director Ricardo Brodsky Baudet, escribió: “No todos están obligados a participar de la condena que usaron Pinochet y Contreras”. Al parecer las persona de Izquierda si comparten los métodos que usaron los grupos terroristas mencionados, ya sea porque en la vieja democracia había que hacer la revolución, ya sea por el tipo de Gobierno de los militares; aunque éstos últimos se habían fijado un itinerario para devolver la democracia, que la Izquierda destruyó y que despreciaba. 
 Una prueba de lo anterior, es que el año pasado, hubo un atentado en el Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume, dedicado al terrorista del Mir, José Gregorio Liendo, conocido como el Comandante ‘Pepe’. Esa noticia no apareció ni ‘El Mercurio’, ni ‘La Tercera’, sino el sitio comunista latinoamericano, por excelencia, rebelión.orgVeamos cómo lo retrata la Izquierda: “este estudiante de agronomía de la Universidad Austral de Chile, que dejó los estudios y subió junto a otros jóvenes a inicio de la década del ‘70 a la cordillera de la provincia de Valdivia. Allí junto a campesinos y obreros desarrollaron una de las experiencias sociales y políticas más importantes y desconocidas de la Unidad Popular: el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli, una empresa del área social, que administrada por los trabajadores, controló y manejó la explotación forestal sobre 420 mil hectáreas”. 
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Esa noticia aparece en todos los sitios de Izquierda que hablan de la memoria y los derechos humanos. El actual gobierno a través del secretario ministerial de Bienes Nacionales, simplemente, saco una declaración aséptica en que condenaba el atentado. 
Cuando la Izquierda habla de ‘propiedad social’ se refiere que fue expropiada por el Estado. 
Asimismo, ese museo tiene una sala dedicada a la memoria: la experiencia del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli y la Guerrilla de 1981. La misma que niega hubo terroristas o guerrilleros en el país, le dedica una Museo para recordarlos. Así, no sólo recuerda al asesino y psicópata, Liendo, sino también a los terroristas que querían tomarse el país en 1981. Cuenta que en el invierno de ese año, en junio, estaba el Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro entrenado para enfrentarse a los militares. Eso fue lo que se llamó ‘Operación Retorno’. Según ellos, estaban desarmados. Sin embargo, fueron encontrados por el Ejército, quien a través de sus comandos los rodeó. Luego escriben: “Comenzó de esta manera a escribirse uno de los momentos más dolorosos en los planes del MIR destinados establecer frentes guerrilleros, dentro del denominado Plan 78 u operación retorno, enmarcado en la lucha frontal en contra de la dictadura de Pinochet .”Señalan más adelante, que el Ejército les dio caza con dos mil efectivos. Si fuesen auténticos guerrilleros no escribirían lo siguiente: “la utilización de helicópteros y armamento de guerra, estos compañeros resistieron y fueron cayendo en esta desigual contienda”. La Izquierda castrista seguida de la filosofía del ‘Che’ opto por la guerrilla, porque así tenían una ventaja: la asimetría. Murieron 11 terroristas. Supongo que estarán contabilizadas en el Informe Rettig. Y lo más probable que algunos comandos los hayan ajusticiados y otros estén en la cárcel. Este es grupo que los encontraron durmiendo. Estos imbéciles se creían guerrilleros y no estaban haciendo guardia.
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 Volviendo al comandante ‘Pepe’, nos damos cuenta que el mausoleo omite la famosa declaración que realizo José Gregorio Liendo a la periodista de derecha, Nena Ossa y los crímenes que cometió ese estudiante: “Claro que violentamente. Tiene que morir un millón de chilenos para que el pueblo se comprometa con la revolución y ésta se convierta en realidad. Con menos muertos no va resultar”. Por lo que se desprende del debate que hubo entorno al Museo, es que el señor Ricardo Brodsky, los demás miembros directorio y afines de dicho mausoleo comparten los métodos de los terroristas. 
El 11 de septiembre de 1973, el comandante ‘Pepe’ decidió atacar el Retén de Neltume, ubicado en la zona boscosa de Panguipulli, en la provincia de Valdivia. ‘La Nación’ cuenta los preparativos del ataque: “Por la tarde se preparó la acción. Se fabricaron decenas de cócteles molotov, algunas granadas caseras, y se recolectaron tres o cuatro rifles de calibre 22 y algunas escopetas. …. A las dos de la madrugada del día miércoles 12, unas 60 a 80 personas iniciaron la acción divididas en cuatro o cinco grupos que se desplazaron por distintos sectores”. Ese ataque fue un rotundo fracaso, porque lo que los terroristas huyeron. Sin embargo, el juez Guzmán recrea el 2003 el ataque, o sea, treinta años después para probar que los carabineros eran los malos y los guerrilleros los buenos. 
Hace tiempo apareció una carta publicada en el ’El Mercurio de Santiago’ escrita por Paz Rodríguez Correa en la que relata brevemente el crimen que cometió Liende, y que por cierto, no se considera una violación a los derechos humanos. Ella cuenta que el matrimonio Recaltti Maachel fundó el fundo “La Tregua”. Cuando murió Eneas Ricaltti, su mujer, Antonieta Maachel quedo a cargo de él, hasta que el fundo se lo tomo José Gregorio Liendo. En el momento de ser publicada la carta, el juez Guzmán estaba persiguiendo a los militares por haber fusilado a ese terrorista. Doña Paz cuenta : “Antonieta fue secuestrada y ultrajada en forma brutal por todos los forajidos de esa banda, y en su desesperación se quitó la vida en su dormitorio, mientras sus agresores se daban un banquete en el comedor de la casa. Dejo tres hijos adolescentes librados a su suerte y despojados de sus bienes. Para ella no hubo “derechos humanos”. Por su muerte nadie ha hecho ni hará “mea culpa””.
 En el momento en que el juez Guzmán estaba procesando a los militares por haber fusilados a ese psicópata, ‘La Nación’ chilena hizo un breve reportaje titulado ‘Neltulme en la Memoria’. Allí, cuenta en primer lugar, que el juez de la zona Juan Guzmán recibió una llamada del comandante ‘Pepe’ para comunicarle: "Le comunico juez que vamos a ocupar otro fundo pero, como siempre, todo será pacífico". El juez fue para allá y se encontró frente a frente al terrorista. El diario escribe: “El joven juez Guzmán sabía que no era posible impedir la nueva ocupación, a no ser con el inicio de una verdadera guerra en el área”. El juez no se atrevía aplicar la ley. Nos suena parecido con lo que ocurre en la región de la Araucanía. El Mir ya estaba en guerra. Nótese que treinta años después no se le ocurrió recrear el ultraje que recibió la señora Maachel. 
Después que el conflicto hubo terminado, la Izquierda se venga de los militares que compusieron la Corte Marcial que condenó al comandante ‘Pepe’ al fusilamiento, por haber atacado el retén. Jorge Durán Delgado, mirista de 19 años que atacó el retén de madera, dice: "Armas hubo, intercambiamos disparos, no lo vamos a ocultar, fue una acción directa de resistencia. El objetivo era que los carabineros se rindieran y ocupar el cuartel, tomar las armas, y sumarlos a nuestra lucha". Luego el periodista hace el siguiente comentario: “Los peritos no encontraron huellas de bala disparada hacia el retén. No hubo muertos. No hubo heridos. No hubo incendio ni daño de consideración al retén”. Esas diligencias se hicieron treinta años después. Y agrega que después fueron fusilados a Luis Valenzuela, Luis Pezo, Santiago García, Sergio Bravo, Víctor Rudolh, Víctor Saavedra, Fernando Krauss, Pedro Barría, Enrique Guzmán, René Barrientos y Rudemir Saavedra. El periodista omite el canto del Mir: “Las momias al colchón, los momios al paredón”. Lo que menos pueden hacer esos afeminados del Mir es quejarse por haber terminado en el paredón.
 Puesto que rige la justicia de Izquierda se cuestiona ‘la cosa juzgada’. Así general (R) Héctor Bravo, comandante IV División de Ejército en Valdivia para el 11 de septiembre de 1973, cuenta en el proceso que hubo dos consejos de Guerra, en los cuales se determinó fusilar a los miristas. El juez Guzmán que para 1973 no sabía el Mir le había declarado la Guerra al resto de la sociedad, afirma luego de recrear el ataque: "En mi concepto no podía existir un enfrentamiento verdadero…la respuesta profesional de Carabineros, disparando al aire o sobre las cabezas, y porque está claro que lo que se pretendía por la otra parte era plegar a la fuerza policial para apoyar al gobierno que defendían". Se parece el famoso juez a la loca de Lorena Fríes del Instituto de los Derechos Humanos que dice que los terroristas que ponen bombas y atacan propiedades en el sur no son terroristas. En otras palabras, si a usted lo atacan, le intentan quemar sus propiedades y usted responde, entonces, usted no ha sufrido un ataque. Y si usted es atacado con escopetas o metralletas, y usted es diestro con el arco o una onda y liquida a los agresores, entonces, usted tuvo una ventaja. 
Queda demostrado que el Museo de la Memoria es una mausoleo dedicado a los terroristas. 
El personaje Tengo, dice en la novela 1Q84: “Arrebatar la Historia legítima es igual que arrebatar una parte de una personalidad. Es un crimen”. Ese mausoleo es un intento por reescribir la Historia. Más aún, es una violación en el sentido del ultraje que les hacen a las mujeres. Cada cual tiene sus recuerdos. Sin embargo, la Izquierda con su tendencia totalitaria desea incluso borrar nuestras memorias personales de la Unidad Popular y del Gobierno Militar e imponer las suyas, como si hubiese sacado de la ciencia ficción. De ahí que se alteren cada vez que le refutan su relato.

 JAVIER BAZÁN
V REGIÓN, CHILE

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