martes, 6 de agosto de 2013

CHOQUE DE MUJERES



Alerta nacional: choque de mujeres
Escribe don Sergio Melnick

Nadie sabe quién será el próximo Presidente del país, pero sí
sabemos que será mujer. Notable. Histórico. Trascendente
quizás como campaña.
Se abren dos futuros posibles para Chile; uno que mantiene
una trayectoria espectacular de 30 años o más de progreso
sostenido, y otra que, a mi juicio, propone apostar todo a la
ruleta de la calle.
Ya lo hicimos en los 70 y nos fue muy mal.
Una de las propuestas mira a las nuevas ideas e innovación
propia del siglo 21 para resolver los problemas pendientes; la
otra, vuelve a buscar ideas muy fracasadas del siglo 20,
usando eslóganes y consignas que efectivamente mueven a las
masas proponiendo ilusiones populistas, pero que siempre
terminan mal.
No se gobierna solamente con buenas intenciones, porque con
ellas mal implementadas se termina en los desastres como el
Transantiago.
No se gobierna evadiendo los temas, a los periodistas, los
debates y los detalles de cómo se harán las cosas.
No se gobierna “pasando”, sino actuando con ganas y
convicción.
No se gobierna escuchando “a la gente”, porque eso es una
abstracción falsa.
La gente no piensa, lo hacen las personas, que es una cosa
muy distinta.
Pero aun así, un candidato debe tener opiniones propias y
darlas a conocer, ya que la “gente” se equivoca demasiado.
Haga una encuesta a la “gente” de cuánto debe ser el salario
mínimo y verá cómo se equivocan.
En suma, nadie conoce realmente las opiniones personales de
Bachelet, sino la de sus innumerables voceros que tratan de
explicar qué es lo que dijo, pensó o quiso decir.
Paso…
Si se miran las promesas de Bachelet en su programa 2006-10
el resultado es demasiado decepcionante; prácticamente, no
hizo nada de lo que ofreció.
Bachelet representa simbólicamente a la madre permisiva,
cariñosa, contenedora y relajada, pero que no es capaz de
poner orden ni organización en el hogar, y tampoco es capaz
de exigir al “niño” la disciplina para que haga todo el esfuerzo
necesario para salir adelante.
Matthei, en cambio, es la madre responsable, enérgica,
exigente que logra que el “niño” haga sus tareas, haga deporte,
estudie música, se esfuerce y asuma su destino apoyado
desde atrás por la madre.
Uno de esos niños termina siempre esperando que la madre le
resuelva los problemas y pasando el día en la calle, el otro niño
estudiará, será buen alumno, irá a la educación superior y será
libre para siempre.
Es evidente que lo anterior es una metáfora, pero esconde una
realidad muy profunda.
Un niño preferirá siempre jugar que estudiar y eso es pan para
hoy, hambre para mañana, como ha ocurrido en todos los
regímenes de izquierda en América Latina.
Una de ellas enseña a sus hijos que todos sus problemas son
culpa de los otros que son malos, perversos, abusadores.
La otra le enseña que el mundo es difícil, pero que el primer
responsable de su futuro es uno mismo, y que el camino es
siempre de esfuerzo personal aprovechando las oportunidades
que se encuentran en el camino.
Por eso esta última propuesta es la viable, porque maximiza el
aporte de todos. La otra es asistencial, que al final no lleva a
nada.
Matthei deberá mostrar que además de saber bien cómo se
hacen e implementan las políticas públicas es también capaz
de abrazar y contener al débil cuando corresponde, pero sin
nunca ser permisiva.
Bachelet debe mostrar que además de ser contenedora es
capaz de hacer las tareas con sus hijos y que entiende cómo se
hacen las cosas.
El problema es que ya gobernó una vez y simplemente se le
fueron en collera las cosas prácticas.
El Transantiago no funcionó, el 27F no supo lo que debía
hacer, la Enap quebró; EFE, Sename, Senabast, Chile Deportes
y tantos otros no funcionaron; se le acumularon las colas
Auge; hubo mucho desempleo, inflación; disminuyó la
inversión, el crecimiento, la productividad.
No hay ninguna razón para pensar que ha aprendido en estos 4
años fuera del poder, ya que sigue dando opiniones generales
y evadiendo a los periodistas serios.
Bachelet nunca aceptó ir a “Tolerancia Cero”, mientras que
Matthei lo hizo en tanto fue nominada por su partido.
Ambas, para ganar, deberán capturar al centro político liberal;
una, limitada valóricamente por la UDI; la otra, por el PC,
MAS, PR, PS, IC y PPD, que quieren posturas más radicales.
La contienda será magnífica, entretenida y ojalá en base a
ideas novedosas.
La cancha está abierta, ganará la mejor.

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