jueves, 25 de septiembre de 2008

De "extrema peligrosidad" ayudista de subversivos



El Mercurio


Juez federal ordenó trasladar a chilena Andrea Urzúa a cárcel de B. Aires.

IVÁN FREDES NEUQUÉN, ARGENTINA.-

A la cárcel de máxima seguridad para mujeres de Argentina, ubicada en la ciudad de Buenos Aires, será trasladada en las próximas horas la chilena Andrea Urzúa (28), quien la semana pasada intentó ingresar explosivos al penal de Neuquén, donde están detenidos Marcelo Villarroel y Freddy Fuentevilla por porte ilegal de armas.Así lo dispuso el juez federal Antonio Labate, quien ayer inició una investigación por porte ilegal de explosivos contra Andrea Urzúa, quien deberá recorrer 1.200 kilómetros hasta la capital de Argentina, luego que Labate la calificara de "extrema peligrosidad".El magistrado tiene ahora 10 días para decidir si formaliza cargos contra Urzúa o la deja en libertad. "La detenida ocultaba una cantidad suficiente para volar una pared", subrayó el juez Labate, quien enfatizó la peligrosidad de la mujer y del explosivo (60 gramos de nitrocelulosa o trotil), que pretendió entregar a ambos subversivos, cuya extradición es requerida por el Gobierno de Chile al aparecer vinculados en el asalto al Banco Security y posterior asesinato del cabo de Carabineros Luis Moyano.Derecho al silencio La sustancia explosiva incautada puede ser detonada con dispositivos fáciles de conseguir, como baterías de celulares o de relojes.Labate explicó que en un allanamiento posterior en las celdas de los lautaristas fue encontrada una fórmula escrita para fabricar pólvora.En Santiago, fuentes del Gobierno chileno indicaron que Andrea Urzúa compró el explosivo en Argentina.El magistrado Antonio Labate realizó ayer -durante dos horas- el interrogatorio a la detenida, quien se acogió a su derecho de guardar silencio, pero sí habló con su abogado, el defensor público Eduardo Peralta, asignado gratuitamente por el Estado trasandino.La mujer fue conducida hasta el despacho del juez en medio de rigurosas medidas de seguridad, custodiada por doce gendarmes.Andrea Urzúa llevaba sus manos con grilletes, usaba un chaleco antibalas, ocultaba su rostro con una parca y un gorro de lana.La joven se negó a responder las preguntas que le formularon los periodistas que la esperaron a su ingreso y salida desde el tribunal trasandino. El juez dijo que la chilena arriesga una pena mínima de 5 años y una máxima de quince años de prisión, por la gravedad y calificación del delito.

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