
Habla el fiscal baleado, víctima de la violencia mapuche: "Nunca habíamos estado tan cerca..."
"Hay que replantearse algunos aspectos. Yo no voy a arriesgar a mi familia..."."Entiendo que para reclamar un derecho no es necesario quemar una casa, incendiar un vehículo, amenazar a una pareja de ancianos con armas y golpearlos".
"En más de una oportunidad (mapuches) me han dicho que soy racista, pero no se acuerdan de que estuve bailando con ellos alrededor del canelo, en un nguillatún. Tengo amigos mapuches".
Por Lilian Olivares y José Pedro de la Carrera
La Segunda
-¿Usted jugó básquetbol alguna vez?
-¿Yo? No. Tal vez vóleibol... ¿por qué?
Fue el trivial comienzo de una conversación no trivial con el fiscal que investiga actos de violencia mapuche, Mario Elgueta Salinas, quien terminó reconociendo que el atentado que sufrió anteayer es, sin duda, el más grave de su vida.
No le gusta hablar, sino investigar. No obstante, se sintió sorprendido cuando le contamos que estábamos haciendo su perfil y que tomamos contacto con una ex polola suya, algunos ex compañeros y profesores de universidad, que coincidieron en calificarlo como "correcto".
-Correcto, pero no fome-, contestó.
-Y que en la universidad tenía éxito con las mujeres...
-Son cahuines de los compañeros que sí tenían éxito con ellas.
Originario de Antofagasta, su formación la vivió en Chiloé desde los 7 años. Su padre era funcionario público y lo destinaron allá.
-Afortunadamente, viví en Chiloé hasta los 17 años, en un ambiente muy sano. Y después me fui a estudiar a la Universidad de Concepción.
-¿Qué lo motivó a estudiar Derecho?
-Una casualidad de la vida. Siempre quise estudiar Medicina, pero me faltaron 7 puntos. Me iba muy bien en Chiloé, entonces pensé: No puede ser que me la gane la PAA. Decidí estudiar Leyes para tener experiencia en la universidad, con la idea de volver a postular a Medicina al año siguiente. Pero me fue tan mal el primer año en Leyes, que dije: "No me la puede ganar. Voy a seguir intentándolo". Y después comenzó a irme bien.
De su vida universitaria, resume:
-La disfruté a concho. Trabajé entremedio, había unos problemas económicos en la casa. Trabajé hasta de garzón, lo pasé genial y aprendí mucho. Fueron situaciones bastante complejas. En más de una situacion atendí cocteles de la propia escuela, y tuve el apoyo de compañeros y profesores.
-¿Recuerda a algún profesor que lo haya marcado?
-Sí, recuerdo a Héctor Oberc y a Alejandro Abuter, procesalistas. Justo en lo que estoy hoy día.
Abandonó por un tiempo sus estudios, porque su madre sufrió un accidente y él regresó a Chiloé: "Estuve un año fuera, de chaperón de mi madre, hasta que se recuperó".
De su hermano Claudio, el director regional de Corfo, cuenta que vivieron juntos cuando él regresó a estudiar a Concepción. "Volví a la universidad más maduro. Di mi examen de grado bastante rápido".
Se recibió a los 26. En ese tiempo le gustaba mucho el área administrativo-económica. Por eso en su tesis (ver crónica en página siguiente) abordó las facultades jurídicas del gobierno regional e hizo una dura crítica a la figura del gobernador... Paradójicamente, su primer trabajo fue en la Gobernación de Arauco, donde llegó por casualidad. Estuvo allí tres años, como coordinador en seguridad pública.
-Nunca me gustó el Derecho Penal y después de tres años tuve este giro. Las cosas las he hecho más por casualidad que por previsión. Mi vida está llena de casualidades, más que de proyectos. En la gobernación conocí el tema mapuche. Tengo grandes amigos mapuches. Tengo excelente relación con muchas personas de esa etnia, básicamente personas anónimas, y eso para mí es más valioso incluso.
-Es curioso, porque en las páginas web de algunos grupos mapuches lo tratan de racista...
-Sí, sí, en más de una oportunidad me han dicho eso mismo. Pero no se acuerdan que estuve bailando alrededor del canelo, en un nguillatún. Es un baile eterno... daba vueltas alrededor del canelo y no paraba nunca al son del cultrún, de la trutruca. De hecho, cuando empecé a trabajar en la fiscalía me echaban mucho en cara "¡pero cómo, si estuviste bailando con nosotros!".
-¿Y qué les respondía?
-Una cosa es la amistad, y quiero seguir siendo sus amigos, si me lo permiten, y otra cosa distinta es mi trabajo: investigar delitos.
-Usted está en el tema mapuche desde el año 2005 aproximadamente, ¿qué idea se ha formado de la situación? ¿Son ellos utilizados, o actúan por reivindicaciones?
-Yo tengo la convicción de que cuando hablamos de temas mapuches estamos hablando de las reivindicaciones territoriales y los derechos ancestrales. Ese es un tema que no tiene nada que ver con los delitos que yo investigo: asaltos, robos, incendios. Yo entiendo que para reclamar un derecho no es necesario quemar una casa, incendiar un vehículo, amenazar a una pareja de ancianos con armas y golpearlos.
-¿Hay algún hecho de violencia que lo haya impactado más?
-Un ataque en Ranquilhue, el 10 de noviembre de 2005. Me impresionó primero la violencia con la que actuaron, el hecho que hubieran quemado las casas con la gente adentro. De hecho, si la gente no se percata que había ruidos afuera pudieron haber muerto. Tomarle declaración a la dueña de casa, una mujer joven, y sentir ese terror, esa impotencia, eso a mí me ha marcado. En ese mismo incendio, los hombres antes de retirarse le dispararon a un perro que estaba amarrado. Eso no está dentro de una reivindicación de derecho, de una reclamación; eso es maldad. Eso es lo que yo estoy investigando. Hurtos también, que involucran, creo yo, incidentalmente a mapuches y a gente que no es de la etnia.
"Yo no voy a transar"
Ahora, cuando recién comienzan a curarle las heridas que le dejaron los disparos de escopeta que recibió la noche del miércoles en Tirúa, está preocupado por un juicio pendiente. El 10 de noviembre del año pasado atacaron a un reportero que cubría una toma de carretera a 15 kilómetros de Cañete. Además de golpearlo, le robaron sus pertenencias y quemaron su automóvil.
-El tribunal de hecho nos excluyó porque yo no quise revelar la identidad de los testigos. Ese caso, yo considero que está con bastantes posibilidad de tener condena. Pero no voy a transar: lo mas importante son las víctimas y los testigos. Voy a defender hasta las últimas consecuencias a quienes colaboraron con la justicia. Ellos son testigos del delito y están muy relacionados con el lugar y con los mismos autores del delito. De una u otra forma han sido amedrentados. Espero que el tribunal entienda. De hecho estamos apelando ante la Corte, en orden a mantenernos dentro de la investigación.
-Usted ha sido amenazado en varias ocasiones...
-Las amenazas se iniciaron el 2006, cuando empecé con la investigación de Ranquilhue.
Confiesa que tenía una imagen distinta de lo que sería su actividad como fiscal:
-No sabíamos mucho cómo es esta pega. Pero hemos aprendido que tenemos que ser un poco mentalidad policía investigativa, y eso implica harto sacrificio. Hacer trabajo en terreno, estar varios días fuera de la casa... Sobre todo el miércoles pasamos un susto muy grande.
-¿Qué ha pensado, a partir de ese ataque?
-Hay que replantearse algunos temas: yo no voy a arriesgar a mi familia.
-¿Y van a ganar los que quieren que usted deje de investigar?
-Replantearse los temas significa quizás rediseñar algunas estrategias, pero no significa en ningún caso abandonar estas investigaciones. Porque hay cosas que no deben transarse, como la seguridad personal y de la familia. Lo que nos respalda en la vida, más allá de los títulos, es la familia. Mi familia es el soporte de mi vida y de mi trabajo. Para mí es muy importante la opinión de mi familia. Pero insisto, no significa dejar estos temas. Pero creo que vamos por buen camino...
-¿Con el apoyo de Carabineros?
-Hay carabineros con los que he tenido muy buena relación, que ya no están porque los sacaron hace seis meses. Cambiamos los equipos de investigación. Cuando uno lleva un año trabajando con gente en diligencias muy complejas, siente que de repente está arriesgando un poquito más que el vehiculo y cuenta con alguien que sabe que se las va a jugar con uno, se crean lazos distintos. Lamento no tenerlos al lado, porque, más que buenos carabineros, son gente buena.
-El atentado del miércoles, ¿es el más grande que ha enfrentado?
-Sin duda lo más grave. Hemos estado varias veces expuestos a disparos. En una ocasión íbamos en un helicoptero y nos impactaron. Pero nunca habíamos estado tan cerca... no más de seis metros. Eran más de 10 personas. Nos emboscaron, cortaron el camino. Cuando fuimos a un lugar de protección determinada para un testigo, al regresar encontramos el camino cortado. Cuando paramos a mover los árboles...
El fiscal revive la escena: En medio de la oscuridad sintieron los disparos. Un impacto le llegó en una mano, pedazos de vidrios del auto le hicieron cortes en el cuero cabelludo. Dos inspectores de Investigaciones resultaron con fractura expuesta grave, un colega suyo con una herida en el antebrazo izquierdo, y un sargento de Carabineros con un tiro de perdigón en la zona torácica.
Salvaron con vida de la emboscada.
Lo que dicen de él sus amigos... de qué lo culpan sus "enemigos"
Como un tipo caballero, correcto, tranquilo y que le iba bien con las mujeres.
Así definen sus ex compañeros de universidad a Mario Elgueta, el fiscal adjunto de Coronel que trabaja con dedicación especial en el conflicto mapuche y que este miércoles fue baleado con perdigones en el sector de Puerto Choque, VIII Regió"n, junto a otros cinco funcionarios policiales.
A sus 36 años el fiscal adjunto de Coronel sabe que su pega es así. Riesgosa. De hecho desde el año pasado él y su familia están con protección policial por las amenazas de muerte que comenzó a recibir de parte de comuneros mapuches cuando era fiscal de Cañete.
Sus amigos de la Escuela de Derecho de la Universidad de Concepción lo recuerdan como un alumno estudioso y aplicado. "Le gustaba mucho la carrera, estudiaba harto", dice su ex compañera Bárbara. Otra amiga de esa época, Paulina, lo describe como una persona seria y asegura que "desde sus años universitarios demostró que tenía todas las capacidades para ejercer bien el cargo que hoy tiene".
Ambas colegas del fiscal del conflicto mapuche coinciden en que "era buenmozo y tenía mucho arrastre con las mujeres, aunque no era el típico gallo fiestero y reventado".
Finalmente, se recibió de abogado presentando una tesis sobre "el gobierno regional y la inversión pública descentralizada", "un texto muy sólido con el cual obtuvo una distinción", señaló el decano de Derecho de esas casas de estudios, Sergio Carrasco.
Otro cercano a Elgueta asegura que desde que se dedicó al tema mapuche, los indígenas lo culpan a él de haber logrado desarticular a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) y de detener a sus líderes históricos, José Huenchunao y Héctor Llaitul, en febrero de 2007.
"Efectivamente, Mario participó en los casos y el resultado fue un éxito", señala la fuente cercana, quien precisa que en todo caso los ataques en su contra vienen de antes.
El año 2005 ya la inteligencia policial que opera en la zona de la Araucanía alertaba sobre presumibles ofensivas contra él. Para ese entonces Elgueta ya contaba con algunas medidas de protección.
Durante ese tiempo le tocó ingresar a varias comunidades mapuches y en una de esas visitas vivió una situación similar a la de este miércoles, aunque esa vez no resultó con lesiones.
Tras la detención de los cabecillas de la CAM, se conocieron una serie de hechos que ratificaban la intención de un atentado en contra de Elgueta.
Por eso, junto con entregarle protección policial, fue trasladado desde la fiscalía de Cañete hacia Coronel, donde se desempeña hasta hoy. "Igual nunca ha dejado de moverse por diversos lugares donde hay comunidades mapuches", asegura otro cercano al amenazado, quien aacota que Elgueta "se cree mucho el cuento de fiscal, es muy comprometido con lo que hace, sobre todo con la protección de las víctimas. Lo llaman a cualquier hora y él parte, como ocurrió esta semana".
Ante la seguidilla de violentos ataques que se estaban sucediendo a comienzos de este año en las regiones VIII y IX, el 17 de enero el Fiscal Nacional, Sabas Chahuán, viajó a la zona y designó a Elgueta y Miguel Ángel Velásquez como fiscales exclusivos para indagar a los grupos violentistas en el sur. Actualmente ambos son coordinados por el fiscal Francisco Ljubetic y entre los tres investigan los atentados incendiarios y robos de maderas en la Araucanía.
sábado, 18 de octubre de 2008
Fiscal Victima de la Violencia Mapuche
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